Donald Trump volvió a ocupar el centro de la escena con un explosivo discurso en la Cumbre de Líderes de APEC, reunidos en Danang , Vietnam, etapa final de su extenso viaje que incluyó Japón, Corea del Sur, China y Filipinas. El discurso constituyó un ataque al multilateralismo, incluyendo la OMC, y una fuerte advertencia a los países que mantienen superávit comercial con los Estados Unidos. China tuvo un superávit de 347 mil millones, Japón 69 mil, Vietnam 32 mil y Corea 28 mil millones en 2016.
El presidente Trump sostuvo que no puede haber libre comercio mientras algunos países mantienen cerrados sus mercados, manipulan el valor de la moneda, no respetan los derechos de propiedad intelectual y recurren a prácticas depredatorias para ganar mercados. Con el mismo fervor agregó que la OMC no puede funcionar correctamente cuando no se respetan las reglas establecidas por la organización y que los Estados Unidos estaban listos para firmar acuerdos bilaterales con cualquier país de la región Indo-Pacífico que se comprometa con un comercio recíproco justo.
El discurso de Trump contrastó con la participación del presidente Xi Jinping, convertido hoy en el héroe de la globalización y que pareció no tomar nota de las palabras del mandatario norteamericano. “Las últimas décadas la globalización económica ha contribuido significativamente al crecimiento global. Sin duda constituye una tendencia histórica irreversible”, agregando después: “Manteniendo el objetivo de la globalización económica, debemos trabajar para hacerla más abierta, más equilibrada, más justa y más beneficiosa para todos”.
El presidente Trump también modificó el concepto Asia Pacífico utilizado por los Estados Unidos para referirse a la región. En esta oportunidad se dirigió a sus interlocutores como Indo-Pacífico dando a entender la voluntad de incorporar a India para nivelar el papel protagónico de China con relación a los otros países de la zona.
El presidente Trump ha modificado la forma de mirar el comercio internacional como un instrumento para impulsar el crecimiento de los países en desarrollo facilitando el ingreso a los mercados más avanzados. En 1968, la UNCTAD aprobó el SGP que recién fue adoptado por el GATT en 1979 habilitando el otorgamiento de preferencias para el ingreso de los productos exportados por los países “subdesarrollados”. En la Ronda Uruguay se incorporaron por primera vez compromisos para limitar los subsidios en el sector agrícola y se introdujo el trato especial y diferenciado (S&D) y la fallida Ronda de Doha fue lanzada bajo el nombre de Ronda para el Desarrollo. Los Estados Unidos jugaron un papel importante en el crecimiento de China al concederles en forma definitiva el tratamiento de NMF y la firma del Acuerdo para el ingreso a la OMC en 1999.
Los años en los que la bonanza de los países desarrollados que permitieron una mirada distintiva de las relaciones Norte-Sur parecieran entrar en un cono de sombra. Trump ganó las elecciones recurriendo al nacionalismo y pretende repetir la misma línea en las relaciones internacionales. Los anuncios del Departamento de Comercio sobre los acuerdos de empresas norteamericanas por 250 mil millones de dólares representan un ejemplo de la diplomacia de Trump para mostrar eficiencia y los deseos de la contraparte china de tranquilizar a su oponente sin que nada cambie. Entre los acuerdos se incluye el compromiso para la exportación de soja por 3.400 millones.
El ataque al multilateralismo y la reiteración del eslogan America First constituyen un golpe a las expectativas de alcanzar resultados positivos durante la próxima Conferencia Ministerial de la OMC que tendrá lugar en Buenos Aires la segunda semana de diciembre y donde se esperaba un avance en la agenda agrícola según lo aprobado en las Conferencias de Bali y Nairobi. La Conferencia requerirá un gran esfuerzo diplomático para aislar estas pretensiones hegemónicas y disruptivas de las normas internacionales.
*Embajador.