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DERECHO ANIMAL

1300 caballos fueron recuperados y ya no serán explotados por los carreros en las calles de Córdoba

Desde el municipio de la ciudad se presentó un proyecto para eliminar la tracción a sangre en la ciudad. La fundación "Sin Estribo", junto con otras organizaciones, se encargará de recibir y cuidar a los caballos rescatados. Cómo fueron sus inicios.

Eliminación de la tracción a sangre
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La fundación "Sin Estribo" que opera hace aproximadamente 15 años en Córdoba, ha logrado rescatar hasta la fecha un total de 1300 equinos. En una lucha constante por defender los derechos animales y eliminar la tracción a sangre de las calles de la ciudad. Un trabajo donde pocos se involucran y son los mismos voluntarios de la organización, sin ayuda estatal, quienes utilizan sus propios fondos para que la organización pueda seguir operando. 

Aproximadamente un mes atrás, el intendente Martín Llaryora envió al Concejo Deliberante un proyecto de eliminación de la tracción a sangre en la ciudad de Córdoba. Una iniciativa que impulsa la entrega voluntaria de caballos utilizados en los carros al municipio.

Como parte del proyecto lanzado, se firmó un convenio entre diferentes organizaciones, quienes se ocuparán de recibir y mantener a todos los caballos que sean entregados voluntariamente. Es el caso particular de esta fundación.

Adios a los caballos, ahora será ley eliminar la tracción a sangre en la ciudad

“La Municipalidad desde el inicio de la gestión está preocupada por el tema del derecho animal. No solo con todo lo relacionado a la tracción a sangre, sino también con las castraciones de animales callejeros”, comenta la fundadora de la fundación, Andrea Heredia. 

Además, “el proyecto y la ordenanza para la eliminación de la tracción a sangre está hace más de 10 años. Pero la Municipalidad decidió ir con la idea de un programa, lo que lo hace aún más difícil porque hay que tratar de negociar con los carreros y buscar el consenso”, explica la proteccionista.  

Si bien el proyecto de ley todavía tiene que aprobarse. El municipio estableció el plazo de un año para terminar con todo lo relacionado con caballos en la vía pública. 

Para la fundación este hecho es un gran logro, porque “nunca nadie se puso de lado del animal. Esto es un gran hito para Córdoba, de los cordobeses y de los vecinos, que ya no querían ver más esta maquinaria de matar. Fueron los propios vecinos quienes pusieron el tema en agenda”, agrega Andrea. 

Los inicios

Desde sus inicios hasta ahora, la fundación ha rescatado un total de 1300 caballos. Al respecto comenta, “no fue fácil. Nosotros tuvimos que pasar por todo un proceso de cambio cultural. La gente nos insultaba porque discriminábamos al pobre, porque le quitábamos su herramienta de trabajo. El caballo no es una herramienta, es un ser”, resalta Andrea.

Buscando su yegua perdida, la también abogada y docente, se encontró con el negocio que había en algunos lugares con los caballos y otros tipos de animales. De esta forma armó este proyecto y se propuso a detener cualquier forma de maltrato animal.  

“Empecé a trabajar, en ese momento me enteré de que había mucha gente preocupada por el derecho animal, pero que no estaba junta y ni organizada”, agrega la profesional.

A pesar de sus buenas intenciones, muchos sectores estuvieron en contra de la fundación y su accionar. 

“Tuvimos muchos problemas con las cooperativas de carreros, quienes suelen recibir en nombre de los recuperadores urbanos los subsidios y luego a esa plata la reparten como quieren. No solo eso, sino que roban caballos y los venden”, resalta Heredia.  

Desde la fundación explican que muchas veces son los propios dirigentes de esta actividad los que se reúsan a parar con estas prácticas y que, por el contrario, son los restauradores urbanos quienes tienen intención de cambiar y buscar mejores formas de trabajo. 

“En muchas ocasiones me tocó cumplir un rol político-social, iba a hablar con ellos y luego me pedían que hablara por ellos porque me decían que querían cambiar. Son los dirigentes los que no quieren cambios”, resalta.  

¿Qué pasa después?

Una vez recuperados estos equinos, desde la fundación proceden a mantenerlos para luego promover instancias de adopción responsable

“Buscar buenos adoptantes. Gente que quiera salvar un caballo. Es carísimo mantener un caballo, hay que tener un buen lugar para albergarlo, contar con fondos para cuidarlo, nutrirlo, contar con antibióticos necesarios, no es un animal para pobres. Después el que sufre es en animal, no el dueño”, explica la fundadora de la organización.

Actualmente, la fundación trabaja con las donaciones y colaboraciones que reciben de terceros y los que las personas del equipo de “Sin Estribo” están dispuestos a poner. 

“No recibimos ni un peso del Estado. Buscamos otras formas de recaudar fondos, a veces hacemos rifas, proponemos iniciativas como ‘días de campo’ para que gente que quiera visite el refugio, talleres, cursos y otras cosas”, 

Además, desde "Sin Estribo" impulsaron la creación de una materia en la facultad de derecho sobre derecho animal, "la UNC fue la primera universidad del país en considerar esta temática en su plan de estudios para las carreras de derecho", concluye Andrea Heredia.