“¿Por qué te arrebataron la vida quienes juraron protegerte? ¿Por qué no te atendieron en la clínica en tus últimos minutos de vida? ¿Por qué no nos dijeron nada a mamá y a mí cuando llegamos y te vimos envuelto en esa bolsa blanca? ¿Por qué esa noche había tantas preguntas y pocas respuestas? ¿Por qué intentaron ensuciar la escena? ¿Por qué intentaron ensuciar tu nombre? ¿Por qué esos policías tenían armas en sus manos? ¿Por qué nos hicieron creer que cambiando dos policías de la cúpula esto estaba resuelto? ¿Cambiará esto en algún momento? ¿Habrá más Blasitos en la historia de Córdoba? Espero que algún día estas preguntas sean resueltas por quien deba responderlas. Que se haga justicia”.
Esas son las preguntas que Juan, el hermano de Blas Correas, hizo al final de la contundente y categórica marcha del silencio reclamando justicia, demandando respuestas y certezas a la inexplicable muerte del adolescente.
Avances. Algunas de esas respuestas corresponden al poder político, que por ahora ha optado por el más absoluto silencio. El resto de los interrogantes es para la justicia que intenta esclarecerlos.
Con el análisis de cámaras, domos, informes del 101, celulares y testigos, en poco más con una semana de una investigación judicial prolija, detallada y rápida, la fiscalía de José Mana y su secretario Gabriel Prunotto, quienes están a cargo desde el primer momento de la causa, lograron reconstruir las secuencias de esa fatídica noche y estableciendo las responsabilidades de los policías involucrados en el crimen de Blas.
Hasta ahora hay cinco policías imputados, tres de ellos están detenidos. La investigación avanza para determinar el rol de todos los efectivos que estuvieron en el procedimiento, incluye también a los agentes policiales que detuvieron el Fiat Argo en la esquina de Chacabuco y Corrientes
“Apuntamos a todos los policías que estuvieron esa noche y vamos a investigar a los jefes” aseguró con convicción una fuente de la causa.
Arma plantada. Además de establecer quién fue el autor del disparo que mató a Blas, en la causa hay otro punto que ha generado casi la misma conmoción, el que se haya plantado un arma para ‘contaminar’ la escena.
Por ese hecho está acusada la policía Wanda Esquivel, imputada por encubrimiento agravado y omisión de los deberes de funcionario público. Fue trasladada al penal de Bouwer y sus abogados presentaron un pedido para que se le otorgue la prisión domiciliaria, ya que tiene hijos menores a su cargo.
Esquivel era la dupla del policía Javier Alarcón, detenido y acusado de homicidio agravado por haber disparado.
La joven policía tiene un año y medio en la fuerza, y dos meses compartiendo patrulla con Alarcón, quien era el jefe de coche. PERFIL CÓRDOBA pudo saber que la decisión de plantar el arma fue de Alarcón quien tenía esa pistola en su poder.
“Andá y poné esta trucha”, habría sido la orden de Alarcón a su compañera.
A la policía Esquivel la iban a notificar únicamente de la imputación por omisión de los deberes de funcionario público. Sin embargo, en el trayecto hacia jefatura se habría quebrado y confesado al comisionado que la trasladaba lo que realmente pasó aquella noche. Así, la fiscalía ordenó el cambio de imputación y su detención.Allegados a Esquivel aseguran que es una ‘perejil’ en la causa.
Lucas Gómez es el otro policía detenido e imputado por homicidio agravado, aunque se esperan los resultados oficiales de las pericias balísticas, hay fuertes indicios que ponen a Gómez como el autor del disparo que mató a Blas.
El subcomisario Sergio Alejandro González es ahora el policía de mayor rango que quedó imputado en la causa. La fiscalía lo acusa por encubrimiento doblemente agravado y omisión de los deberes de funcionario público, aunque sin orden de detención. González era el jefe de la compañía y tenía a su cargo todos los móviles de la zona esa noche y estaba como superior de turno.
“Estamos investigando si González omitió o demoró en denunciar lo ocurrido”, confiaron desde la fiscalía.
También el Fiscal Mana amplió y agravó la acusación contra la oficial ayudante Yamila Florencia Martínez por encubrimiento agravado.
Desde la Justicia intentan ir respondiendo con pruebas y con evidencias, las preguntas que Juan, el hermano de Blas, hizo al finalizar la marcha.
Por su parte, quienes deben brindar respuestas políticas por el momento eligieron el silencio. “El ministro (Alfonso Mosquera) no hará declaraciones”, fue la respuesta textual a la consulta de este diario en el gobierno de la provincia.
“Omisión de auxilio”.En las últimas horas se allanó la Clínica Aconcagua en busca de documentación, pruebas y registros de la madrugada en la que se negaron a atender a Blas. En los próximos días la fiscalía avanzaría en la imputación por el delito de “omisión de auxilio” al personal administrativo que estaba en la atención de la clínica, por no haber notificado de la situación a los médicos que estaban de guardia.