A más de dos meses de la detención del empresario Javier Marieschi y de otras ocho personas que operaban junto a él en el desarrollo y comercialización de inmuebles, los clientes y familias damnificadas siguen esperando por el avance de la causa. Y también por algunas señales que los ayuden a determinar si es posible recuperar parte de los recursos que destinaron para la compra de inmuebles que nunca les fueron entregados. Las detenciones se activaron a mediados de marzo a pedido del fiscal de Delitos Económicos Complejos, Enrique Gavier, quien investiga si hubo una asociación ilícita que buscó estafar a compradores de departamentos y casas en urbanizaciones de la zona noroeste de Córdoba y en Nueva Córdoba. Una de las hipótesis en las que trabaja la fiscalía es que Marieschi y sus asociados -entre los que se cuentan escribanos, corredores inmobiliarios y arquitectos- aprovecharon la confianza generada en su entorno de amistades y conocidos para comercializar unidades que se vendieron a más de un propietario y que no se terminaron de construir. Así, se estima que hay entre 150 y 200 compradores que concretaron entregas de entre US$50 mil y US$170 mil. Un cálculo que se considera conservador estima el supuesto desfalco en cerca de US$ 15 millones.
Nueva hipótesis. Mientras se define la situación procesal de los detenidos (Ver “La defensa volvió…) la estrategia de la defensa se focaliza en plantear que la empresa desarrollista de Marieschi no pudo hacer frente a sus compromisos producto del mal desempeño comercial de la firma en el marco de la complicada coyuntura económica y financiera del país, a lo que se sumaron malas decisiones empresariales. Esa línea viene siendo cuestionada por los propios damnificados. Semanas atrás uno de los compradores que entregó un inmueble como parte de pago de una propiedad en el complejo Manantial de Torres, en Villa Warcalde, dio su testimonio y aportó material a la fiscalía que abona la teoría de que parte del dinero cobrado no se perdió en una mala gestión, sino que pudo haber sido desviado.
Una ruta. PERFIL CORDOBA dialogó con el damnificado que presentó esta hipótesis ante la fiscalía y que tenía una relación de amistad de muchos años con Marieschi. Según reconstruyó, a partir de testimonios y de conversaciones con el propio Marieschi antes de que fuera detenido, el empresario encaró una serie de movimientos y de “negocios” en simultáneo con la caída en desgracia de la compañía y de sus proyectos inmobiliarios. “Nos pusimos a investigar porque perdimos la casa y fuimos por todos lados tratando de juntar información y recuperar algo de plata, o la casa o el terreno. A partir de eso nos enteramos de los viajes que venía haciendo Javier desde hace un tiempo. Y yo me reuní con él antes de que fuera detenido y sin saber la magnitud de esto y me contaba que estaba haciendo viajes a Buenos Aires por negocios con un amigo de él, M.R.”, recrea.
M.R. Esta persona (de quien se reserva su identidad para no entorpecer la investigación) sería quien ayudó a Marieschi a desviar fuera del país parte de los fondos captados por las operaciones de venta. “Es una persona que se mueve en el mercado financiero, que trabajó para bancos suizos y que conoce los detalles de la operatoria para sacar plata al exterior. Y tiene otros negocios: es representante de jugadores aunque de bajo perfil. Con él Marieschi viajó varias veces a Buenos Aires, tenía otro viaje agendado para unos días después de que cayera detenido y creemos que lo ayudó a mover plata de Córdoba a Buenos Aires, de ahí a Uruguay y luego a Suiza”, relató el damnificado.
Según el comprador, estos movimientos comenzaron a principios de este año cuando Marieschi divulgó entre su círculo de conocidos y amigos que estaba en quiebra y continuó hasta pocos días antes de ser detenido. “M. R. trabajó en un banco suizo y tenía contactos con inversores extranjeros. No anda en negocios chicos, se junta con gente con la que sabe que puede hacer negocios grandes y si se juntaba con Javier era porque sabía que había guita de por medio. Cuando Marieschi cayó preso M.R. se fue a España. Creemos que aún no volvió”, apunta el damnificado.