El exministro de Economía de Menem y Fernando de la Rúa tuvo un fin de año agitado, a partir de una activa participación en medios locales, nacionales e internacionales que lo requirieron para recordar los 20 años de la crisis del 2001. “No queda mucho por decir, hay que mirar para adelante”, asegura Cavallo.
Aunque el diálogo con PERFIL CÓRDOBA se inicia con su opinión respecto a la designación de Carlos Melconian como presidente del Instituto de Estudios sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana (IERAL) de la Fundación Medirterránea, “lo que va a permitir posicionar a la FM a nivel nacional”, enseguida muta a la realidad económica que atraviesa el país y las dificultades del gobierno Nacional “para encontrar soluciones para la gente”.
“Con el aporte de los economistas del Instituto, más otros economistas de Córdoba, se pueden hacer muchas cosas”, dice Cavallo. “Desde que yo me fui de la Fundación, no hubo un vocero nacional que hiciera conocer lo que se estaba haciendo. Hay gente muy preparada y que puede hacer cosas importantes para lo que viene. No tengo dudas de que se puede diagramar un plan económico para el gobierno que venga. Vamos a ver si algún espacio político lo requiere”, sostiene Cavallo.
-Es decir que usted piensa que en el 2023 habrá cambio de gobierno.
-Si bien es difícil prever lo que puede pasar, está claro que este gobierno no sabe cómo resolver la crisis por la que estamos atravesando. Los problemas de la gente continúan y no hay soluciones, apenas algunos parches en algunos casos, pero no alcanza.
-¿Por qué cree que no se pueden resolver los problemas básicos?
-Hay una multiplicidad de factores, pero lo que está claro es que no se está haciendo nada.
El factor Guzmán. A la hora de buscar razones en el estancamiento del gobierno en temas clave como el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), Cavallo es muy duro con el ministro Martín Guzmán. “No tiene ningún poder”, asegura. Y citó como ejemplo lo que sucedía cuando él mismo ejercía el cargo que hoy ostenta Guzmán. “Yo contaba con un total respaldo del Presidente y le explicaba qué había que hacer. Me apoyaban y no había nadie que me contradijera. Esa es la fórmula. Claro que había gente que opinaba diferente, pero existía cierta cohesión dentro del Gobierno”, sostuvo.
-¿El ministro Martín Guzmán tiene margen de acción o la política le impide hacer su trabajo?
-Mire, el ministro no puede resolver algo tan sencillo como es el tema de la deuda…es sorprendente que hayan pasado dos años y todavía no se pueda resolver ese tema.
-¿Usted cree que es fácil llegar a un acuerdo con el FMI?
-Sí, pero el problema de fondo es que no hay plan económico, no hay proyecciones, no hay Presupuesto. No hay un horizonte claro, entonces no hay acuerdo.
-Insisto. ¿Es culpa de Guzmán?
-Guzmán es una especie de gestor, no puede presentar un plan. Entonces, no tiene margen de maniobra. Para que se entienda bien: Guzmán es como un Secretario de Finanzas, no tiene los resortes para conducir una negociación con el Fondo.
-La política juega un rol clave.
-Sí, porque más allá de lo que se dice, en Argentina hay un poder bicéfalo y no se sabe quién nada. No importa lo que digan los protagonistas: queda claro que es así. Insisto: hace dos años que asumieron y todavía no tienen un plan económico.