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EN DOS AÑOS

Creció un 61% el déficit habitacional en los hogares pobres de todo el país

Son más de dos millones de personas. Al contemplar todos los segmentos, el déficit subió casi 5%. Lo refleja un estudio del Foro de Análisis Económico de la Construcción recién publicado.

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SIN FRENO. El incremento en la cantidad de hogares pobres con déficit habitacional a nivel país crece año a año. | Cedoc

El Foro de Análisis Económico de la Construcción adelantó a PERFIL CÓRDOBA las conclusiones de su más reciente trabajo sobre la evolución del déficit habitacional en el país y en los principales conglomerados urbanos, incorporando como base los datos de la Encuesta Permanente de Hogares publicados esta semana. El trabajo, que elabora la consultora cordobesa Economic Trends, permite dar cuenta cómo se está comportando una de las problemáticas más críticas y crónicas a nivel nacional, focalizando la mirada en un período concreto: el segundo trimestre de 2018, que coincide con el inicio de la recesión actual hasta el segundo trimestre este año, profundamente afectado por la pandemia y las políticas de aislamiento para intentar contenerla.

En ese sentido, los datos que registra el trabajo del Foro de Análisis Económico, marcan que, con información de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del segundo trimestre de 2020, es posible estimar que actualmente hay 3.289.865 hogares con déficit habitacional en el país, de los cuales 2.165.334 hogares tienen ingresos familiares por debajo de la línea de pobreza. Estas estimaciones para el segundo trimestre del año implican un incremento del 4.7% en el déficit habitacional total durante los últimos dos años, pero un 61.3% de incremento, en igual periodo, dentro del segmento de hogares pobres. “Esto es consecuencia, naturalmente, del fuerte deterioro social producido durante los últimos años, que ha hecho incrementar el segmento de hogares pobres”, asegura el reporte.

En tanto, detalla que la EPH del Indec permite estimar el déficit habitacional, y segmentarlo de acuerdo al nivel de ingresos del hogar. Así, extrapolando la estimación de los 32 aglomerados urbanos al total del país, teniendo en cuenta la relación entre la población de dichos aglomerados y la población total del país, se obtienen las estimaciones de 3.289.865 hogares con déficit habitacional, de los cuales 2.165.334 hogares tienen ingresos familiares totales por debajo de la línea de pobreza. Habría otros 1.100.226 de hogares con déficit de ingresos familiares de entre 1 y 4 líneas de pobreza y unos 24.304 hogares con déficit habitacional e ingresos por encima de 4 líneas de pobreza. Si se considera el registro del año 2018, la cantidad de hogares con déficit habitacional era de 3.142.447. Pero la cantidad de hogares con déficit e ingresos por debajo de la línea de la pobreza era de 1.342.315. En dos años, el déficit habitacional es un flagelo para otros 818 mil hogares con ingresos pobres. “Estos números muestran la magnitud del problema social a resolver, que muestra durante los últimos años una evolución decepcionante”, remarcan desde el Foro.

Inquilinos Córdoba: "La pandemia cristalizó que los inquilinos son los nuevos pobres" 
El déficit habitacional se combina con otro fenómeno que ha demostrado ser de difícil abordaje para los gobiernos como es la falta de acceso a la vivienda para amplios sectores de la sociedad. Algo que se evidenció en los últimos años y escala en momentos de crisis y caída del poder adquisitivo de los sectores asalariados. Al respecto, Maximiliano Vittar, al frente de la Asociación de Inquilinos Córdoba cree que la clave para explicar la falta de acceso a la vivienda radica en la ausencia de una política integral nacional. “Hay una discusión histórica porque nos han convencido como inquilinos que vamos a ser inquilinos por un tiempo, de forma transitoria, pero que después vamos a ser propietarios. Y la realidad es que la gente que es inquilina, lo es cada vez es más tiempo. Esto no se resuelve solo con la construcción de más viviendas; la construcción de más viviendas no hizo que haya más propietarios. El mercado está dolarizado y solo acceden quienes tienen capacidad de ahorro y en esas condiciones las mismas personas siguen acumulando viviendas. En 2008 hubo un boom inmobiliario de la mano de la soja, ciudades como Río Cuarto se llenaron de edificios, pero eso no implicó siquiera que bajaran los alquileres, se concentró la vivienda en las mismas manos”, plantea.

Para Vittar, “hay que abordar esto con una política crediticia para un acceso real y hay que plantear el tema de la vivienda ociosa, hacer un estudio para analizar qué está pasando con las viviendas que no se usan. La familia pobre, pero que a su vez alquila, destina el 50% de sus ingresos al alquiler, entonces es más pobre. En definitiva, lo otro que se cristalizó con la pandemia es que los inquilinos son los nuevos pobres de la Argentina”.