“Bilardo: el doctor del fútbol”, es la serie televisiva del momento. Se estrenó el pasado 24 de febrero, en coincidencia con el 39° aniversario de la formalización de “El Narigón” como director técnico del seleccionado argentino de fútbol, un episodio en el que Córdoba tuvo mucho que ver.
Diez días antes, en “el Chateau”, el Pincha se había consagrado campeón del certamen de Primera División de 1982 al vencer por 2-0 a Talleres con goles de José Luis Brown y Hugo Gottardi. Aquella misma noche, Independiente, el otro candidato al título, igualó 2-2 con Racing de Nueva Italia en la cancha de Instituto y se quedó con las manos vacías. Precisamente en Alta Córdoba (victoria 1-0 contra la Academia cordobesa) el conjunto de Bilardo había dado el puntapié inicial en ese torneo.
La elección del sucesor de César Luis Menotti no venía sencilla para Julio Humberto Grondona, el entonces presidente de la AFA. De su lista de favoritos, ya había tachado los nombres de dos entrenadores: los cordobeses Miguel Ángel López y Carlos Timoteo Griguol.
“No acepté la selección porque ya le había dado la palabra a la gente de Nacional de Medellín; hoy lo hubiera pensando un poquito más”, le contó “el Zurdo” a PERFIL CÓRDOBA. En el caso de Griguol, el pulgar abajo fue por un expreso pedido de Santiago Leyden, exmandamás de Ferro Carril Oeste: “Por favor, no me lo saques”. A “Don Julio” no le quedaron muchas alternativas y tuvo que echar mano a un recurso siempre efectivo y objetivamente irrefutable: elegir al entrenador del último equipo campeón.
POSTAL DE SELECCIÓN. Junto a Diego y “el Cocayo” Dertycia, el único jugador de un club cordobés que fue convocado en la era Bilardo.
Cordobeses
Al igual que Menotti, Bilardo dirigió dos Mundiales: fue campeón en México ’86 y subcampeón en Italia ’90. Pero a diferencia de su antecesor, “el Doctor” no se metió “tierra adentro” y eligió cimentar su ciclo en la figura de Diego Maradona, nuestro mejor embajador en el exterior.
“Ya era otra época del fútbol. Había muchos jugadores nuestros afuera del país y Bilardo prefería utilizar los amistosos para medirse con selecciones, sobre todo las europeas”, recuerda el ex-Instituto Oscar Dertycia, el único futbolista de un club cordobés que fue convocado durante la era bilardista.
Oscar Ruggeri, oriundo de Corral de Bustos, fue otro jugador emblema del seleccionado de Bilardo. Formó parte de la primera convocatoria del DT y estuvo en la final de la Copa de la Fifa del ’90 ante Alemania (0-1) en el estadio Olímpico de Roma, el último de los 81 partidos -ninguno en territorio cordobés- que tuvo al “Narigón” en el banco albiceleste.
José Luis Cuciuffo (campeón del mundo en el ’86), Juan Carlos Bujedo, Eduardo Saporiti, Luis Amuchástegui, Ernesto Corti y Gustavo Dezotti completan la lista de ocho cordobeses citados por el entrenador.
Volver
Ya desvinculado del seleccionado nacional, Bilardo regresó a Córdoba en 1991 para dictar una clínica de fútbol en el estadio mundialista, donde hizo gala de su reconocida habilidad para dibujar flechitas en los pizarrones. Aunque apremiado por los horarios -lo esperaban para una cena y una disertación en un local céntrico-, se empecinó en cumplir con la palabra empeñada e hizo subir a este periodista a una traffic para “hacer la nota en el camino”. Allí tiró una frase que define de cuerpo entero su obsesivo vínculo con el fútbol: “Cuando dejé de dirigir, descubrí lo que era la vida”.
“El Doctor” no se tomaría mucho más que un año sabático. En 1992 se fue a Sevilla para ocupar la silla de DT y reeditar la sociedad con Maradona. Un par de semanas después de su debut en el club andaluz, ambos aparecieron por La Docta para jugar un partido amistoso ante Boca Juniors. El 13 de diciembre de 2014, el velatorio de Cuciuffo lo trajo de vuelta a la provincia donde reconoció haber tenido sus primeras vacaciones. “Era una excelente persona y así lo recordaremos”, expresó sobre el exdefensor.
Un capítulo aparte fue su regreso como DT de Estudiantes de La Plata después de 20 años, el 4 de mayo de 2003. Su equipo le ganó 3-1 a Talleres y 23 mil personas coparon la cancha de Gimnasia sólo para verlo a él. Lo acompañaron varios de los campeones mundiales del ’86 y en las tribunas pudo identificarse a algunos exponentes de la “farándula” pincharrata, como el abogado Fernando Burlando y el filósofo Darío Sztajnszrajber. Aquella tarde, las narices de goma fueron furor en la venta ambulante.
SOCIOS. Bilardo y Maradona compartieron dos Mundiales y también coincidieron en el Sevilla de España, que jugó un amistoso en Córdoba.
La tarde del “Gatorei”
El exreferí cordobés Héctor Baldassi fue testigo privilegiado de uno de las anécdotas más célebres que protagonizó Bilardo, el 22 de febrero de 2004 en el Estadio Monumental. “En la semana lo habían criticado mucho por su estilo de juego y entonces entró a la cancha con una botella de champán, una frapera y una mesita. El delegado de Estudiantes me avisó que Carlos iba a hacer eso y entonces le advertí que no podía tener alcohol. Creo que lo salvé”, cuenta Baldassi. Y añade: “En el entretiempo entró una fiscal y se lo quería llevar, y él decía ‘Señorita, es Gatorei’. Intercedí para que lo dejaran seguir dirigiendo el partido. Fue muy gracioso y me reí mucho”.