La escena es la siguiente: se ve un humilde centro vecinal de la zona sur de la ciudad de Córdoba . En primer plano, una mujer hace las veces de maestra de ceremonia del evento que se está transmitiendo en vivo por Facebook. Agita varias veces una bolsa que contiene papelitos con números escritos a mano y arranca el sorteo.
El primer premio es un combo de desayuno que incluye juguera y tostadora; la mujer saca el papel del ganador y dice “espectacular combo de desayuno”. De inmediato, se siente la voz de un hombre enfocado en ese momento por el celular que dice: “Obsequio del señor viceintendente Daniel Passerini”.
El hombre, casi ya en un primer plano, es Guillermo Kraisman, dirigente histórico del PJ de la ciudad y actual secretario del bloque oficialista en el Concejo Deliberante capitalino. Acción seguida, la mujer vuelve a agitar la bolsa y señala “seguimos haciendo el sorteíto (sic) por el cumpleaños del barrio y ahora tenemos los bolsones de mercadería y los kits sanitarios”.
Todo sucedió en una transmisión que tiene varias semanas y que algunos aseguran fue parte de los regalos que se hicieron en esa zona -Ampliación Ferreyra- para el Día de la Madre, en un octubre que este año tuvo una particularidad: atravesó una pandemia y no solo eso, fue el mes más crítico del coronavirus en Córdoba, según lo afirmaron los propios funcionarios provinciales y las estadísticas lo avalaron.
En ese contexto, esa tarde se sortearon kits sanitarios que habían sido promocionados para ser entregados puerta a puerta a los sectores más vulnerables de la ciudad. En aquellos hogares donde la pandemia azotaba aún más por tratarse de sectores que no podían hacer frente, con esta situación económica, al costo que implicaban los elementos para el cuidado sanitario.
En mayo de este año y en un acto desarrollado en el Centro Cívico encabezado por el gobernador Juan Schiaretti y la diputada nacional Alejandra Vigo -coordinadora del Gabinete Social- se lanzó el programa de la entrega de los kits sanitarios/de limpieza para distribuir en los 427 municipios, cuyo cronograma contemplaba arrancar por Capital y el Gran Córdoba y cuyo objetivo era llegar a 61 mil familias, según lo señalado en su momento por los funcionarios que estuvieron en el acto.
Los mismos constaban de barbijos, jabón de manos, lavandina, alcohol en gel y folletos informativos sobre las medidas preventivas. Mismos elementos, misma bolsa y mismo kit que sorteó Kraisman junto al centro vecinal en el sur de la ciudad y en de los barrios más humildes.
Una mancha más al Puma. El video circuló poco. De hecho, el hermetismo y el personaje cercenaron las chances de que llegue a alguno de los numerosos grupos de WhatsApp. Pero sondeados algunos dirigentes del oficialismo y la oposición, casi que no hubo sorpresa, aunque sí preocupación.
“Qué le hace una mancha más al `Puma’”, dijo un conocedor de los barrios, en referencia al apodo del polémico funcionario. Kraisman atravesó varios momentos complejos como funcionario.
En 2006 tuvo que abandonar su banca como concejal al tener tres imputaciones penales en la Justicia provincial; en 2013, también siendo edil, quedó involucrado en una denuncia que tenía como protagonista al club Avellaneda -entidad vinculada a él y que luego dijo no ser el presidente-, por una conexión eléctrica clandestina.
“El club estaba ‘colgado de los ganchos’”, recuerdan algunos. Tiempo después también quedó envuelto en una serie de acusaciones que estaban relacionadas con entradas a los teatros de Carlos Paz y al Concejo Deliberante. Este año se enfrentó a golpes de puño con empleados municipales en el momento más complicado del conflicto entre el Ejecutivo y el Suoem.
Actualmente, se desempeña como secretario del bloque de Hacemos por Córdoba en el Concejo, y por esa función en el oficialismo percibe un sueldo de $95.314 de bolsillo. Cargo al que llegó luego de plantarse a las altas esferas del peronismo provincial, reclamando un lugar por lo realizado en la seccional 12ª en la campaña del 2019.