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CóRDOBA
CON JURADOS POPULARES

El martes se inicia el juicio por el femicidio de Carina Drigani

La defensa de Hugo Salas cuestionará que la mujer haya sido asesinada. “La muerte se produjo por un accidente. Las autopsias avalan eso”, sostuvieron las abogadas que defienden al acusado.

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CARINA DRIGANI. En un arroyo de Icho Cruz fue hallado el cuerpo sin vida de la mujer el 5 de mayo de 2016. | Cedoc Perfil

La Cámara 4°del Crimen , integrada con jurados populares, habilitará el martes próximo la audiencia para debatir sobre la muer te de Carina Drigani (45 años), ocurrida en mayo de 2016. Su cuerpo fue descubierto por jóvenes que circulaban cerca del arroyo La Aguada, ubicado en Icho Cruz a 47 kilómetros de la ciudad Córdoba. La autopsia confirmó que falleció por asfixia por sumersión.

Tres días antes se había denunciado su desaparición. Llega a esta instancia acusado por el homicidio doblemente agravado por el vínculo y por femicidio su última pareja, Hugo Antonio Salas, un empresario 27 años mayor que ella quien permanece con prisión domiciliaria y es defendido por dos mujeres, las abogadas Andrea Amigó y Teresita Larrazábal.

La acusación contra el hombre está basada en una suma de indicios. Apenas desapareció Drigani, la sospecha estuvo dirigida a su exmarido, Daniel Baretta, a quien ella había denunciado 11 veces por violencia de género, e inclusive había una causa abierta en su contra en la fiscalía de Violencia Familiar N° 1, y la propia Drigani tenía botón antipánico, por lo que en virtud de esa investigación se produjo la detención del exesposo, quien pocos días después recuperó la libertad.

Dominación. A partir de allí, la investigación se orientó hacia su última pareja. Al elevar la causa a juicio, Mercedes Ballestrini, por entonces fiscal de Instrucción, consideró que Hugo Salas tenía con Drigani una relación de “preeminencia y control” con el fin de “dominarla, aislándola de su núcleo familiar y amistades”. Ella tenía una personalidad influenciable, aunque las pericias psicológicas descartaron que tuviese algún impulso suicida.

La reconstrucción de los hechos estableció que ambos habían acordado simular la desaparición de Drigani para incriminar a Baretta. “Así las cosas, en día y hora que no se pudo establecer con exactitud -se lee en la acusación- Salas actuando solo -o en coatuoría o en participación de otro sujeto aún no individualizado por la instrucción- trasladó en un vehículo aún no identificado a la referida Drigani hacia la localidad de Icho Cruz, (…) más precisamente al cauce del arroyo ‘La Aguada’ lugar en el que con el fin de causarle la muerte a su pareja, y mediando violencia de género la sumergió en el arroyo allí existente, causándole finalmente la muerte por asfixia por sumersión, siendo hallado el cuerpo sin vida de Drigani a las 11.45 aproximadamente del día cinco de mayo del 2016”.

Accidente. Las defensoras de Salas cuestionan el momento cero de esa hipótesis. “La muerte fue por un accidente porque las autopsias avalan eso -subrayaron una y otra vez a PERFIL CORDOBA Amigó y Larrazábal-; no se han establecido con claridad y precisión las circunstancias de tiempo, lugar y modo del hecho”. Y a partir de desterrar la sospecha del homicidio concluyen que Salas no fue responsable del deceso con varios argumentos entre ellos que no se ausentó de la ciudad de Córdoba mientras Drigani estuvo desaparecida, que ella nunca lo denunció por violencia de género a él siendo que la mañana previa a su desaparición había estado en la fiscalía por la causa contra Baretta.

La Cámara de juicio estará presidida por Antonia de la Rúa y el fiscal será Raúl Gualda. Tres querellas particulares, por sus hijos, serán sostenidas por Carlos Nayi, Gustavo Nuñez y Germán Matheu.

 

INDICIOS QUE ABONAN EL HOMICIDIO

Algunos de los detalles que colocan a Hugo Salas en el centro de la escena del crimen son: 

◆ Restos de drogas en el organismo de la víctima insuficientes para lograr inconciencia o la muerte, pero coincidentes con medicamentos hallados en el vehículo del imputado. 
◆ Guantes de latex y bisturí junto al cuerpo a los que Salas podía acceder sin dificultades. 
◆ Inconsistencias entre su relato y el resto de la prueba. 
◆ Actitudes asumidas luego del hallazgo. 
◆ Una relación posesiva y dominante. Celos y vigilancia congeniaban con el temor generado en ella para mantener un lazo que consideraba agotado. 

La jueza de Control, Cristina Giordano, admitió que no fue posible precisar detalles del hecho pero dijo que no es obstáculo para sostener la acusación. “Algo sucedió ab initio, o probablemente luego, -sostuvo- cuando Carina ya se encontraba en ese lugar desconocido y sólo contaba con la presencia de Salas, para que la desaparición progresara hacia el homicidio. Desentrañar qué sucedió específicamente, cuál fue el último condimento que dio empuje a la decisión homicida (…) no resulta necesario para asumir la hipótesis incriminatoria adoptada por la Instrucción”.