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CóRDOBA
CLAVES DE UN PERONISMO QUE CRUJE

El PJ intenta salir del shock de las Paso y apuesta a una "derrota digna" en octubre

El oficialismo cordobés trata de reiniciar el GPS tras una semana durísima. Cuestionamientos entre todos y con muchos que miran más allá de las Legislativas.

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DISPUTA. La relación entre Schiaretti, De la Sota y Llaryora, clave para el seno del PJ hacia octubre. | CEDOC Perfil
El soberbio impacto en las urnas del domingo pasado tras el triunfo de Cambiemos en las Paso provocó que el peronismo cordobés entre en estado de shock y se vea obligado a rediseñar la estrategia de cara a octubre. Porque de lo contrario, la coalición puede apretar el acelerador y ocasionar un descalabro aún mayor.

Todo lo que se dijeron esta semana delasotistas, schiarettistas y llaryoristas parece ser difícil de digerir en el seno de un partido que hoy apura el tranco más por conseguir una derrota digna -al estilo Los Pumas- que por dar vuelta el resultado en las Legislativas. "Hay que apurarse, porque si esto sigue así, en 2019 nos liquidan. Estos vienen por todo, pero acá algunos no se dieron cuenta" lanzó esta semana un delasotista en un enojo que sirvió para agrandar la grieta que existe entre los sectores que lideran el gobernador Juan Schiaretti y su antecesor José Manuel de la Sota.

Detrás de este cuestionamiento, la respuesta del schiarettismo fue letal: “si ‘el Gallego’ era candidato, perdíamos peor y nos iban a tirar con munición más gruesa. Con cuestiones que en esta campaña ni asomaron y que a él lo complican”.

Halcones y palomas. A la hora de las críticas todos coinciden en señalar como el culpable ideal a Darío Lanis, el cotizado publicista que manejó los lineamientos de la campaña. Sin embargo, debajo de esos disparos, el fuego amigo no cesó en toda la semana. En contacto con PERFIL CORDOBA, un delasotista paladar negro cuestionó no solo al gobernador sino también a Alejandra Vigo, primera dama provincial y segunda en la lista de candidatos. “La señora quiere ser intendenta en 2019 y en Capital nos fue mal. Muy mal”.

En este sector del peronismo cordobés tampoco cayó bien que el primer discurso sea “conservamos los tres diputados”. Esta situación pone el foco en Llaryora, Vigo y Paulo Cassinerio, pero deja afuera al delasotista que tiene la nómina: Daniel Passerini.

Si esa estrategia se mantiene, el sector que responde al exgobernador endurecerá su postura y pondrá toda la carne en el asador para levantar el tono de la campaña. Eso incluye, también, la posibilidad de hacer una autocrítica a la gestión provincial que pueda dañar a algunos ministros.

En el schiarettismo, sin embargo, insisten con el mensaje de –al menos- conservar las tres bancas. “Hasta acá nos replegamos, más de eso no se puede”, afirmó a este medio uno de los dirigentes con peso en el Gobierno provincial, en referencia a la relación con la Nación. En el entorno del gobernador están convencidos que la polarización entre Mauricio Macri y Cristina Fernández de Kirchner tuvo efecto en todo el país y no saldrán de ese argumento.  

Más allá de esto, y en pleno reinicio del GPS de campaña, en el Gobierno  tampoco siguen convencidos en insistir con “plantar bandera”. “Tenemos que ser concretos, hablar más claro, tirarle a los candidatos de ellos acá en Córdoba. Pero tirar con cuestiones sólidas, no con abstractos”, afirmó un schiarettista.
Encima, en el interior tampoco cayó bien que se apunte a los intendentes. Este argumento es otro de los que divide aguas en el oficialismo provincial: están aquellos que creen que los jefes comunales trabajaron; los que creen que no, que se están guardando recursos para sus propias reelecciones en 2019; o lo que es peor, que piensen en nuevas referencias.

A esto se suma otro pase de factura puertas adentro: el abrazo de Schiaretti con Macri el mismo jueves del cierre de campaña en Córdoba. Aquí los cuestionamientos a la cúpula de El Panal llegaron desde delasotistas y llaryoristas. Desde el entorno del exgobernador afirman que el enojo del caudillo aquel día fue tal, que lo llevó a no hablar en el cierre de campaña de UPC en Studio Theatre. Con lo cual, lo del viaje en pleno domingo de elecciones no los sorprendió.

Por su parte, cerca del candidato de San Francisco, aseguran “no entender” por qué Schiaretti lo hizo. “Macri venía a cerrar la campaña, no era un acto institucional. Fue raro”, dijo uno de los hombres más cercanos a Llaryora. Quien también agregó que si no se cambia en la Capital, se va a poner muy difícil.

La Liga, la gobernabilidad y después. Conocida la derrota, la pregunta de varios fue cuál es el peso ahora de Schiaretti en la Liga de Gobernadores y la disputa con el salteño Juan Manuel Urtubey. Ahí, creen que el cordobés mantiene el liderazgo; pero lejos del entorno del titular de El Panal, sostienen que en la promocionada “gobernabilidad”, ya no tiene incidencia exclusiva.
Ahora apuestan por una foto junto a todo el PJ Nacional sin CFK (con Massa, la CGT, los gobernadores y los senadores) para proponerle a Macri un Acuerdo Social.

En tanto, en el después, aparecen varios aspectos a tener en cuenta. Los sub-45 están preocupados por las decisiones de los caudillos y un escenario que los pone en peligro hacia 2019. “Si te vas, no sabés cuándo volvés”, sentenció un joven dirigente. El mismo, consultado acerca de si hay o no dudas en Llaryora para asumir la banca, afirmó: “hoy no está discusión, asume. Aparte se le podría volver en boomerang con la gente. Pero…”.

En este contexto, el peronismo local se convirtió en la versión local de Juego de Tronos; pero aún con más capítulos y temporadas por delante.