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OBRAS SIN TERMINAR

El puente sin terminar y que aísla a dos comunidades entre Río Tercero y Villa Ascasubi

En 2009 una creciente destruyó la construcción original. La provincia lo instaló nuevamente pero nunca terminó los caminos para poder utilizarlo. Los pobladores deben desviarse varios kilómetros para ir a la escuela o trabajar.

El puente los Poteros
Los vecinos reclaman que se terminen las obras | Perfil Cedoc

El puente Los Potreros está terminado pero no se puede usar. Son media docena de columnas de hormigón que sostienen la nueva estructura. Pero no hay caminos en sus extremos, no están los terraplenes para poder ingresar o salir.

La construcción está ubicada en la zona rural, entre Río Tercero y Ascasubi, en un paraje llamado Los Potreros. En 2009, una creciente del río Ctalamochita destruyó el viejo paso. Luego de varios reclamos vecinales y de la comunidad educativa, en 2016 se comenzó con los trabajos que aún no están terminados. 

Los vecinos se reunieron nuevamente para encontrar los caminos burocráticos y conseguir que el puente vuelva a unir, a ser transitado, tanto para los alumnos como para los productores rurales. 

Viejo puente caído en 2009

Según Gladys Salomone, integrante de la comunidad de colonos “nadie se hace cargo. Se logró hacer el puente, hace unos 7 u 8 años, pero nunca se hizo el camino para transitarlo”, reconoce. No es algo desconocido, ni para las autoridades locales ni las provinciales. Afirman que esta obra no la pueden terminar los vecinos y que los funcionarios creyeron que la falta de finalización era una broma del lugar. “El jefe de vialidad provincial sabe de esto. Recibió la nota, pensaba que era una broma y no, no es broma, es real”, cuenta molesta Galdys.

Un puente clave para la región

En la zona funciona una escuela rural, con niveles primario y secundario, y parte de sus alumnos deben cruzar desviándose hacia otros caminos o puentes ubicados a más de seis kilómetros o usando caballos para cruzar el río. Mientras, los vehículos deben recorrer 15 kilómetros hasta el puente más cercano. 

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La última convocatoria de los pobladores rurales fue grande. “Fueron muchísimos vecinos. Muy preocupados. Ese paso imposibilita el que los niños vayan a la escuela, la primaria y la secundaria. Y eso significa alargar entre 4 a 6 kilómetros para llegar a la escuela. El paso de los fieles para ir a la iglesia o las mismas familias que tienen que ir a otros puentes, que se construyeron después”, relata Myrian Cabo, otra integrante de la comunidad.

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El director de la escuela de Los Potreros, Omar Spaccesi, reconoce que se ha bajado la matrícula en la primaria. De continuar la disminución puede cerrar el colegio. “Los chicos debían hacer tres veces el recorrido para poder cruzar a la escuela. Deben irse a Río Tercero para llegar al frente. Un papá nos comentó que su hijo va a la escuela en la ciudad porque no puede cruzar sin el puente”, se lamenta el director.

“Me duele ver la obra, el puente está terminado. Solo falta el camino”, concluye Galdys.