"Es un empujón para el tenis"

Inés Gorrochategui sabe de qué se trata. Fue en Roland Garros, el torneo sobre polvo de ladrillo más importante del mundo, donde cumplió una de las actuaciones más destacadas de su carrera como tenista, alcanzando los cuartos de final en 1994. 

Para la cordobesa, que llegó a ocupar el 19º puesto en el ranking femenino, el Abierto de Francia es un grato recuerdo y también un disparador para hablar del presente a partir del destacado desempeño de Nadia Podoroska, la rosarina que se metió entre las cuatro mejores de la edición que acaba de concluir. 

“Lo de Podoroska en Roland Garros fue una sorpresa. No tanto por las posibilidades de pasar la qualy y hacer un buen torneo, porque ella venía jugando bien, sino por la explosión del nivel de su tenis”, destaca Gorrochategui en dialogo con PERFIL CÓRDOBA. 

“Que haya llegado a semis es algo extraordinario y me parece que tienen que ver muchísimo la confianza y el trabajo. Se nota que se está preparando muy bien. Ha entrenado mucho su parte mental, que es la que le faltaba terminar de madurar y mejorar”, señala la representante olímpica en Atlanta ‘96.

Una Rusa en Villa Allende

Podoroska, que el año pasado en Lima ganó el oro panamericano y el pasaje para los Juegos de Tokio, registra un último paso por Córdoba en un Future que se jugó en 2012, precisamente en la academia de tenis que Gorrochategui tenía en Villa Allende.

 

PODOROSKA. La rosarina se destacó en Roland Garros y puso sobre el tapete nuevamente al tenis femenino argentino.
 

“Ya desde muy chica, con 14 ó 15 años, Nadia tuvo un par de triunfos muy importantes. Recuerdo uno en 2013 ó 2014 cuando le ganó a Paula Ormaechea, una jugadora que estaba entre las 100 del mundo. Siempre se destacó en su camada como la de mayor proyección, aunque pensé que iba a dar el salto un poquito antes”, refiere Inés sobre la jugadora que llegó a Francia como 131º del mundo y que a partir de esta semana estará cerca del Top 40.

“Cuando yo viajaba con algunas jugadoras que se entrenaban conmigo nos cruzábamos mucho en los torneos con ella y se veía una tipa muy decidida, con muy buena técnica y muy profesional”, dice Gorrochategui sobre Podoroska.

“Desde chica se la notó sumamente consistente, no sólo en el juego sino en el trabajo. Tuvo una buena formación de base y el cambio de coach de los últimos años influyó para bien. Además hizo un trabajo mental que le permitió terminar de madurar y también mostrar su potencial adentro de la cancha y con resultados”, añade.

Un buen momento

“Creo que estos bombazos que han pegado en las últimas semanas tanto (Diego) Schwartzman como Nadia generan un revuelo, una movida importante”, señala Gorrochategui sobre la actualidad del tenis argentino.

“Estos logros animan a los que vienen a la par o atrás de ellos. Hay jugadores como (Federico) Coria y varios más que estuvieron luchándola  por mucho tiempo, remando en los Futures y en los Challengers, y ahora ven que no es imposible meterse en la discusión”, agrega. 

 

BUEN RECUERDO. Gorrochategui y la alemana Steffi Graf se enfrentaron en cuartos de final del Abierto de Francia de 1994.

Sobre el circuito femenino y las jugadoras de nuestro país, Gorrochategui señala: “El año pasado se sumó Mercedes Paz a un trabajo que está desarrollando la AAT (Asociación Argentina de Tenis). Ella, como capitana de la Fed Cup, ha tomado un rol preponderante y extraordinario tratando de incentivar la actividad, de estar cerca de las jugadoras y de generar oportunidades. En cierta medida el logro de Nadia también tiene que ver con eso”. 

La cordobesa estima que la resonante actuación de Podoroska en Roland Garros generará un efecto contagio y representará un incentivo para la práctica del llamado “deporte blanco”: “Puede ser un empujón positivo, sobre todo para las más chicas. Creo que es buen momento para nuestro tenis. Ojalá que la situación en Argentina mejore para que esto siga para adelante”.

Con calma y lejos de los courts

Inés Gorrochategui atendió el llamado de PERFIL CÓRDOBA en  Estados Unidos, donde se encuentra de viaje por estos días. Cuenta que “el virus hizo más sabático de lo esperado“ un 2020 que había pensando tomárselo “con más calma” luego de 13 años al frente de la academia de tenis que desarrolló en Villa Allende.

“Con mi socio, Marcelo Pacheco, decidimos cerrarla a fines del año pasado, un poco por la situación económica del país. La verdad es que termino siendo un alivio, ya que hubiera sido durísimo trabajar en este contexto de pandemia”, reflexiona.

“En lo personal estoy muy bien. Con mis hijos Luca (17) y Ema (14) creciendo y con mi marido (Gustavo Oliva Funes, presidente de la Agencia Córdoba Deportes entre 2001 y 2003) tratando de desarrollar otro tipo de emprendimientos y negocios. Realmente estoy muy tranquila y muy contenta con mi vida”, concluye Inés.