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Lucas Salim: “La nueva grieta es entre los que trabajamos toda la vida contra los que no trabajaron nunca”

El CEO de Grupo Proaco dice que no está condicionado políticamente para opinar. “No me voy a quedar sin obras por lo que digo”, asegura.

salimproaco04-02-2024
SALIM. “Lo voté a Milei por descarte, pero no soy de derecha ni libertario”, dice el CEO de Grupo Proaco, muy activo en redes sociales. | CEDOC

Sabe que sigue en el centro de la escena. Y no parece incómodo. Desde los primeros minutos del 1 de enero, cuando le comunicaron que se había formado un socavón en el frente de uno de los proyectos más emblemáticos que desarrolla la empresa de la cual es fundador y CEO, Lucas Salim entró en una polémica atrás de la otra a partir de su activa participación en las redes sociales. Lejos de renegar de eso, sostiene que sin las redes, la empresa no sería lo que es.

“En el 2008 fuimos la primera desarrollista de Córdoba que vendió una casa por Internet y desde hace un tiempo me he especializado en la materia. Lo que dije en Tik Tok, que maneja otros algoritmos y otra lógica que el resto de las redes sociales, es lo que siento, pero dicho con el lenguaje acorde a esa red social”, asegura en diálogo con este medio.

La idea es ir más allá de esos dichos que los usuarios y los medios pusieron de relieve. “Si no vienen a laburar, de patitas en la calle, están avisados”, les dijo a través de Tik Tok a los operarios que se habían comprometido a trabajar un feriado y no asistieron.

-Después de eso le agregaste mucho contenido político a tus mensajes.
-Yo me siento un empresario libre a nivel político, nunca trabajé en política, no hago obras públicas y nunca le cobré una factura de Estado. Mi relación con el Estado pasa por cumplir las ordenanzas y por tener la relación lógica con las autoridades para encarar proyectos. Yo no estoy condicionado políticamente.

-¿Hay empresarios que si?
-Habrá algunos que sí, pero yo puedo opinar porque sé que no me voy a quedar sin obras. Para ser más claro: no lo conozco Milei y no soy un tipo de derecha ni libertario…

-Cómo mucha te catalogó después de esos mensajes
-Es más, te soy sincero: lo voté a Rodríguez Larreta en la primera vuelta, la voté a Patricia Bullrich en la segunda y lo voté a Milei en el balotaje pero por descarte. No lo conocía a Milei. Lo conocí (a Milei) a través de mi hija de 14 años que me decía que lo veía siempre en las redes. Pero había gente en mi entorno que sí lo conocía.

-Más allá de las formas y el estilo. ¿El gobierno está haciendo lo que se tenía que hacer o se pasaron de rosca?
-Hay algo que el 56% de los argentinos vieron. Con este modelo de país no es que nos íbamos a chocar, ya nos chocamos. Argentina está quebrada. Las distorsiones eran tremendas e insostenibles: la nafta a 30 centavos de dólar, los contratos de alquiler licuados por la inflación, con un 200% de inflación. Algunos pagaban U$S 30 un alquiler de un departamento que tiene un valor de US$ 60.000… En C5N vi a alguien de la cámara de inquilinos insultando por el por el precio del alquiler, pero los ingenieros tienen que insultar por los malos salarios de Argentina. Hoy, el valor del alquiler es muy simple de calcular: es una tasa sobre el valor de la propiedad y si no da esa tasa no se produce inmuebles. Ojo: en unos años no va a habar dónde vivir. Ahora, si ‘matamos’ a la ciudadanía con una ley de alquileres nefasta, como la que hizo Daniel Lipovetzki, es tremendo. El daño que le hizo ese tipo al sector inmobiliario es monstruoso. Acá el tema es que la gente tiene que ganar más plata.

-En un posteo en X dijiste que “la nueva grieta en la Argentina es entre los que trabajamos toda la vida y los que no trabajaron nunca”. ¿Esa grieta es más profunda que cualquier otra?
-Sí, sin dudas y tiene algo muy profundo que deriva de eso y tiene que ver con la educación, que está en crisis. En realidad, por la falta de financiamiento en el sistema educativo. Ahora, todo esto tiene un contexto: hace 20 años que se le regala plata a la gente. Los planes sociales aparecieron como una medida de emergencia en 2004 porque salíamos de una crisis monstruosa con gente que se estaba muriendo de hambre, pero hoy tenemos 20 millones de planes. ¿Qué es eso? Bueno, la gente está cobrando planes y se ha convertido en una cuestión de oferta y demanda: si alguien cobra lo mismo que podría cobrar por trabajar, va a elegir quedarse en la casa.

-¿Qué opinión tenés de Milei?
-No puso un peso en la campaña y desde que soy chico se dice que para ser presidente en Argentina hay que poner 100 millones de dólares. Es para tener en cuenta. Ni bien ganó Milei alguien me pasó su teléfono, que lo deben haber tenido dos mil tipos esa noche en todo el país. Yo le había mandado un mensaje a través del mismo lugar que él logró ser presidente de la Argentina. Sí, por una red social. Le dije que si quiere desarrollar la vivienda en Argentina, que cuente conmigo. Si quiere resolver el déficit habitacional de la Argentina, y es un tipo inteligente, tendría que llamar a los 5 o 6 empresarios que más saben de construcción en Argentina.

-¿Hoy Grupo Proaco es una de las desarrollistas más grandes del país?
-No hay quien construya la cantidad de metros que estamos construyendo nosotros. Estoy dispuesto a laburar por Argentina. Vos me dirás: este tipo quiere hacer beneficencia y en realidad lo que quiero es que a mi empresa le vaya bien. Argentina tiene que despegar y nos va a ir bien a todos.

-¿Qué demostró el socavón de la Vélez Sársfield? ¿Mala planificación urbana, falta de control a los desarrollistas?
-Es necesario tener en cuenta algunas cuestiones técnicas, sino queda como una cuestión política. No es lo mismo que caigan 70 milímetros de agua en todo el día, a que lo haga en sólo 10 minutos y en una cuenca. ¿Por qué se reventó la zona sur y no pasó nada en la zona norte? Bueno, por las cuencas. Está bueno aclarar que el diseño de la ciudad no está hecho para resolver una situación de volumen de agua caído en ese tiempo. Diez días antes habíamos hecho una prueba en el muro colado y funcionó. Tampoco se puede cargar contra la ciudad: las calles están calculadas para lo que se llama “una lluvia cada 25 años”, pero lo que pasó acá fue otra cosa, es algo que pasa cada 70 años. Hoy tenemos obras abiertas en buena parte de la ciudad, estamos construyendo el equivalente a 100 edificios y mientras más cosas hagamos, más cosas van a pasar.