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CóRDOBA
A un año de Qatar 2022

Signorini: “La tercera estrella sirvió para que nada cambie en el fútbol argentino”

Expreparador físico del seleccionado argentino y entrenador personal de Diego Maradona, tiene una mirada crítica sobre los efectos que produjo la obtención del último Mundial. “En muchos lugares ni siquiera existen las condiciones mínimas que aseguren la salud de quienes juegan, pero todo va para adelante, porque somos campeones”, señala.

Fernando Signorini
LA ESTRELLA DE QATAR. “En nuestro fútbol, cada conquista atrasa y genera que no haya cambios por mucho tiempo. El éxito no se revisa”, dice Signorini. | CEDOC PERFIL

Fernando Signorini es uno de los personajes más interesantes con el que alguien puede toparse en el ámbito del deporte. Un auténtico formador. Fue el preparador físico del seleccionado argentino de fútbol en el Mundial de Sudáfrica 2010, y mucho más que eso. Él mismo reconoce que su vida cambió para siempre cuando a fines de 1983, en la antesala del retorno de la democracia en Argentina, conoció en Barcelona a César Luis Menotti y Diego Maradona, de quien terminó siendo su entrenador personal.

“El Ciego”, como le dicen sus amigos y allegados, es un entrevistado extremadamente agradable e igualmente desafiante. Hablar con él es como abrir una caja de sorpresas, de la que van surgiendo los nombres que van marcando la impronta de su equipo ideal. Ahí juegan ‘el Diego’, Lionel Messi, Ángel Di María y Mario Kempes, y la formación se completa con Federico García Lorca, Noam Chomsky, Atahualpa Yupanqui, Armando Tejada Gómez, Dante Panzeri, Osvaldo Bayer y Rodolfo Walsh.

Sus respuestas, alejadas de lo políticamente correcto, reflejan la coherencia de un hombre comprometido con la realidad del deporte y con la situación social, y que se jacta de haber transitado siempre por “la vereda opuesta del poder”. Sus reflexiones trascienden ampliamente el ‘disparador’ de esta nota: el primer aniversario de la obtención de la Copa del Mundo de la FIFA, por parte de la Selección Argentina, en Qatar 2022.

-¿Qué significó la tercera estrella para nuestro fútbol y nuestra sociedad?

-Ese logro, que es mérito total y absoluto de los jugadores y del cuerpo técnico, sirvió fundamentalmente para que nada cambie en el fútbol argentino, y no para solucionar sus problemas o al menos revisar su realidad, desde todo punto de vista. No sólo desde lo institucional, sino también desde los medios de comunicación, o el tema de las barras, que vergonzosamente siguen siendo dueñas del negocio. Hay clubes que se vacían, resultados que muchas veces están bajo sospecha, chicos que se han quitado la vida por no ser convocados en sus clubes, como pasó en Aldosivi y Colón... En muchos lugares ni siquiera existen las condiciones mínimas que aseguren la salud de quienes lo practican, pero todo va para adelante, porque somos campeones del mundo. Y somos campeones del mundo, si se quiere, porque la suerte estuvo de nuestro lado.

Argentina Qatar 2022LOS CAMPEONES DE 2022. “De los que ganaron la tercera estrella, sólo uno o dos hubieran podido ser parte de los planteles de 1978 y 1986”. /// FOTO: CEDOC PERFIL

-En su momento se destacó el valor que tuvo ese acontecimiento deportivo para unir a un país dominado por las grietas.

-El pueblo salió a festejar porque se ganó, pero sí Argentina perdía la final, no iba a servir de nada. Messi hubiera sido el que nunca gana nada, a Di María lo hubiesen destrozado y a Scaloni, ni te cuento. No olvidemos que Messi fue ferozmente criticado: lo trataban de pecho frío, decían que no cantaba el himno, que no sentía la camiseta. En el caso de Di María, un periodista llegó a arrodillarse ante una cámara para pedir que no lo citaran más. Eso también explica por qué en este país se fabrican toneladas de dulce de leche: hay que rellenar un montón de panqueques… En nuestro fútbol, lamentablemente, cada conquista atrasa y genera que no haya cambios por mucho tiempo. Aquí los triunfos son el árbol que tapa al monte.

-Y esa realidad queda expuesta, de repente, cuando Scaloni plantea la posibilidad de no continuar como DT de la Selección.

-Exacto. Pasa que el éxito no se revisa. Todos corren para adelante y, como decía Tejada Gómez, el incendio va con ellos.

 

“En el fútbol argentino, los triunfos son el árbol que tapa al monte”.

 

-El famoso ‘siga, siga’.

-Chomsky, cuando habla de manipulación de las masas, señala cómo el fútbol, por su gran penetración cultural, es utilizado por el sistema para quitarle a la gente la capacidad de pensar por sí misma. Se utiliza al deporte para manipular a las masas, que son frívolas, estúpidas y groseras. Y aquí entra en juego el rol de muchos de tus colegas, a los que disfrazan de saco y corbata para que sean más creíbles, pero son vulgares y algunos hasta terminan haciendo publicidad de su propia vulgaridad. Yo pregunto: ¿dónde están los organismos que tienen que hacer control de contenidos? Y no hablo de censura. Muchos de los discursos que escuchamos tienen que ver con hacernos pedazos como sociedad, con mantener un sentido tribal de pertenencia y con promover que ganar es lo único que importa, y que hay que jugar y vivir de cualquier manera. Y Argentina no se merece eso.

-¿En qué medida contribuyen los medios a mantener ese statu quo?

-En mucho, lamentablemente. Hoy cualquiera dice cualquier cosa, ya no existe esa impronta de Panzeri, Osvaldo Ardizzone, ‘Pepe’ Peña o Ulises Barrera. El deterioro es brutal: están estos ‘muñequitos’, con los productores que los alientan desde ‘la cucaracha’ para que sigan metiendo cizaña y explotando el morbo. Ahí también hay una culpa del público, que se queda en esos lugares en vez de leer un buen libro o ver una película o una obra de teatro. La sociedad futbolística vive estupidizada y el sistema lo sabe, y por eso es preocupante que no se pongan en marcha mecanismos que tiene el Estado para revertirlo. Es una batalla durísima y casi perdida, pero esto se arregla con cultura. Aquí me remito a aquella célebre frase de García Lorca, cuando dijo ‘Yo, si tuviera hambre y estuviera desvalido en la calle, no pediría un pan; sino que pediría medio pan y un libro’. Algunos son tan débiles que necesitan acumular poder y dinero, y hacerse ver. ¡Pobre gente! Tan vulgares, tan groseros, tan berretas... No entienden que la cuestión no pasa por acumular cosas materiales y que la riqueza espiritual no puede sustituirse por ningún otro bien… ¡Cuánta poesía!, jaja.

Signorini SelecciónCAMBIA, TODO CAMBIA. "No observo en los campos de juego aquellos destellos artísticos del pasado. Tampoco hay hinchas, hay clientes", afirma Signorini. /// FOTO: CEDOC PERFIL

-En estos tiempos ha tomado renovado impulso la prédica de las sociedades anónimas en nuestro fútbol. Hasta hay quienes lo justifican citando el destino actual de los jugadores de la Selección Argentina.

-Que compren un predio y funden un club, nadie se los prohíbe. ¿Por qué hay que regalarles las historias de esfuerzo y de ternura que posibilitaron la construcción de espacios tan preciados? Los que promueven las SAD no las quieren para educar a los chicos; sino para hacer negocios y figurar. Son tipos brutos e insensibles, que abandonan todo cuando no les va bien. Pero aquí también hay que hablar de la responsabilidad de los jugadores.

-¿Cuál sería esa responsabilidad?

-Yo viví una vida inimaginable gracias a un futbolista, que fue Maradona, así que siempre voy a estar del lado del futbolista. Pero hay una gran paradoja: todo ese lujo y esa ostentación que hoy vemos en los Mundiales está edificado en base a un montón de pibitos que salieron con una pelota en los pies de abajo de cuatro chapas o tres cartones. Si al fútbol lo hacen ellos, ¿para qué quieren dirigentes? Lo que pasa es que los han convencido de que no tienen que luchar por sus derechos, para poder mantenerse en el sistema. ¿Quién de los integrantes del equipo argentino habló de los 6.500 obreros de la construcción muertos en Qatar? Y eso que todos surgieron de clubes de barrio, y los trabajadores muertos podrían haber sido sus propios padres. ¿Quién levantó la voz en señal de luto por la muerte de Hebe de Bonafini? ¡Diego hubiera salido a la cancha disfrazado de Hombre Araña! Hoy son archimillonarios, pero los han convertido en ovejas de rebaño. Y nadie quiere educar al jugador, no sea cosa que la pirámide se invierta.

 

“El sistema ha convertido a los futbolistas en ovejas de rebaño”.

 

-¿Se lo extraña a Diego?

-Muchísimo. Fundamentalmente por estas cosas, porque él era un rebelde con causa. Jugó como pocos lo han hecho, pero nunca se quedó en ese lugar de comodidad. A Diego le dolía la injusticia. Él nunca se olvidó de lo que tuvo que padecer de chiquito, de las carencias que tuvo que soportar, algo que inexplicablemente todavía involucra a seis millones de argentinos.

Maradona, Signorini y Messi10 MÁS 10. Junto a Maradona y Messi. “El Profe” fue entrenador personal de Diego y preparador físico de Lionel en el Mundial de Sudáfrica 2010. /// FOTO: PERFIL CÓRDOBA

-¿Cómo observa a la dirigencia del fútbol argentino?

-Menotti dijo alguna vez que los estúpidos son como las hormigas, están en todo el mundo. Es increíble que este país de San Martín, de Güemes, de ‘Chacho’ Peñaloza, de Osvaldo Bayer y de Rodolfo Walsh, también haya parido semejantes alimañas. Tienen espacios en los medios, andan en coches de alta gama y creen que ese lujo obsceno los posiciona, y nada que ver. La gente mira sus coches, no a ellos. Son cosas dentro de otras cosas.

-Aún en medio del desorden y de la falta de organización, afortunadamente siguen surgiendo futbolistas en este país.

-Sí, pero cada vez son menos. Los hábitos sociales han cambiado mucho. Los campeones del mundo de 1978 y 1986 se formaron pateando la pelota en los potreros ocho horas por día, jugando a las ‘cabecitas’ con un amigo o tirando paredes con una maceta. Hoy existe la tecnología, el celular… Y también el fútbol se ha convertido en un circo perverso. Algún día también va a morirse, como todo, pero mientras dure, habría que utilizarlo para que todos podamos ser mejores.

-En la AFA se llenan la boca con la tercera estrella, pero la iconografía de los logros mundialistas se reduce a las imágenes de Maradona y de Messi, y deja entre el olvido y el estigma a los primeros campeones. 

-Si analizamos jugador por jugador, de los que ganaron la tercera estrella sólo uno o dos hubieran podido ser parte de los planteles de 1978 y 1986. En aquellas selecciones había futbolistas extraordinarios, como Fillol, Galván, Ardiles o Valencia, por citar sólo a algunos. ¡O Kempes! Lo que pasa es que no eran aptos para el merchandising. Aquellos eran futbolistas en serio, de una sociedad en serio. No de esta sociedad plástica de hoy.

 

“Los que promueven las SAD quieren a los clubes para hacer negocio y figurar”.

 

-¿Le gusta lo que está viendo en las canchas?

-Alguna vez, Adolfo Pedernera le dijo al ‘Flaco’ Menotti: ‘Lo que veo ahora, ya lo vi. Y lo que vi antes, no lo voy a ver más’. Cambió todo. No observo en los campos de juego aquellos destellos artísticos del pasado. Tampoco hay hinchas, hay clientes. Se inventan cosas por inventar, y ni en la final del Abierto de Polo de Palermo las entradas salen tan caras como en los partidos de la Selección. Es el negocio por el negocio mismo.

-¿Cómo cree que impactará en nuestro deporte el fuerte ajuste impulsado por el nuevo gobierno nacional?

-Lo que viene es durísimo. Creo que, más que nunca, el deporte va a jugar a favor del gran negocio y la dominación de las masas. Ya perdió lo que tenía de genuino, lo que representaba en valores y lo que impactaba en calidad de vida. Hoy sólo se apunta al nivel, con la famosa ‘meritocracia’. Te bajan ese mensaje de que querer es poder, pero hay muchos chicos que quieren comer y no pueden, y tenemos una tasa del 7.2% de mortalidad infantil. Nos tienen engañados con eso de la cultura del esfuerzo. Me hace acordar al cuento del empleado que le dice al patrón ‘qué lindo auto’, y el tipo contesta: ‘¿Te gusta? Si te esforzás más en tu trabajo, el año que viene voy a tener uno mejor’. Obviamente, las vaquitas seguirán siendo ajenas.