“Todo tiene que ver con todo. El Gobierno va a seguir diciendo que la gira a China de mayo fue excelente y que todos los proyectos de inversión están firmes y en marcha. Pero nosotros sabemos que no es tan así. De acá los chinos se fueron eufóricos con nuestras instalaciones y ya estábamos haciendo proyecciones. Pero después se enfrió lo de las represas y llegaron los resultados con las inspecciones que nos hicieron. Cambió todo”. El relato que reconstruye un ejecutivo vinculado al sector de las industrias frigoríficas de Córdoba trata de explicar el nuevo escenario con el que están encontrándose un grupo de frigoríficos nacionales que tenían intención de comenzar a comercializar sus cortes en el gigante asiático.
Córdoba cuenta hoy con un sólo frigorífico que logró consolidar su perfil exportador y que envía cortes a China: la firma Logros, de Río Segundo. A fines del año pasado un grupo de funcionarios de la agencia sanitaria oficial de China visitaron frigoríficos vacunos y dedicados a la producción aviar en distintas provincias argentinas. Después de la visita se hace una reunión final donde los técnicos dan una primera opinión verbal y la opinión es que estaba todo en orden. Se van a Beijing y de allá vuelve un informe con otra realidad.
Una realidad muy distinta a lo expresado cuando estuvieron aquí. Del total de los 5 frigoríficos de carne vacuna le dan el ok a uno sólo, a dos le devolvieron observaciones porque necesitaban garantías adicionales del Senasa y a dos les bajaron el pulgar, les dijeron que no calificaban para enviar cortes”, contó el mismo ejecutivo del sector cárnico. Se trataba de 5 frigoríficos de distintas provincias que buscaban sumarse a la ola de compras de alimentos que desde hace tiempo comenzó a concretar China.
La cuestión hidroeléctrica. En el sector no buscan otras explicaciones. Para los empresarios y ejecutivos de la carne la explicación del pulgar abajo que recibieron las empresas argentinas tiene que ver con las demoras en la reactivación de las obras de las represas hidroeléctricas en el sur. Obras millonarias donde hay compañías chinas expectantes de participar y que además encuentra a China como el financiador principal con unos US$4700 millones. “A diferencia de visitas anteriores donde todo era más rápido ahora es todo más lerdo. Un ruido en la línea hay. Se está preparando una visita en agosto del secretario de Agricultura a China para ver si se puede agilizar esto. No sabemos si está pasando en otros mercados. Es algo llamativo porque los tipos tienen interés, tienen necesidad, pero luego no se traduce en los hechos”, cuentan desde el sector.
La cuota Hilton, otra vez mal. El cortocircuito en las relaciones comerciales con China se da en el marco de un contexto apretado para las operaciones de exportación de cortes vacunos. El de la cuota Hilton es sólo una muestra del momento que viven las empresas que lograron consolidar un perfil exportador. Este año el país volvió a incumplir con la “Cuota Hilton” (el cupo de exportación de cortes de alta calidad que la Unión Europea otorga a los países productores). Según se difundió, se comercializaron 6.000 toneladas menos de las 29.500 que el país tiene asignadas. Y no se trata sólo de contar con más establecimientos habilitados para faenar y enviar esos cortes a los mercados exigentes.
El problema de fondo es, como tantas veces, la competitividad: “Ya van 9 períodos en los que no se cumple el cupo. Con los frigoríficos existentes, si fuese negocio se puede cubrir, la limitante es que la exportación no es negocio, no hay competitividad en el sector. Esto no trae aparejado penalidades ni perjuicio, pero está en sintonía con como viene el negocio. Tenes un valor de haciendo alto en dólares pero igual no sos competitivo porque el valor de la mano de obra en Argentina es el triple al de Brasil. Y la materia prima en dólares es más cara acá que en Brasil y Uruguay. El comprador internacional paga US$200 de más, pero no US$2000”, explica desde el sector.