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Talleres, bajo cero

El equipo albiazul sigue sin sumar y su presente futbolístico intranquiliza. Las causas de las dos derrotas y las explicaciones del DT Juan Pablo Vojvoda.

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Mal arranque. El esfuerzo de Guiñazú sigue siendo una de las características sobresalientes de Talleres. Al | Club Atlético Talleres

Frío, frío. El nuevo Talleres no levanta temperatura y el presente del equipo albiazul empieza a inquietar. Dos jugados, dos perdidos: 0-1 ante el poderoso Boca de Guillermo Barros Schelotto en La Bombonera e igual marcador frente al timorato Rosario Central de Edgardo Bauza en el Kempes. Más allá de la resignación que mostraron los hinchas albiazules luego del traspié del último viernes, está claro que no cierra la ecuación. 

“Me hago cargo de estas dos derrotas. Nos duelen y entiendo que pueden generar preocupación. Pero en mi caso, más que preocuparme debo ocuparme y trabajar para mejorar el juego del equipo y levantar a los jugadores en lo anímico”, sostiene el DT Juan Pablo Vojvoda. 

¿Qué le pasa a la “T”? ¿Cuáles son los motivos de este mal arranque de campeonato? PERFIL CÓRDOBA analiza el presente del equipo, cotejando lo que se observa adentro y afuera de la cancha con las palabras del entrenador del conjunto de barrio Jardín.

El plantel. De los ocho nuevos, Andrés Cubas es el único que rindió. Brian Montenegro y Tomás Pochettino van sumando minutos y Gonzalo Maroni y Miguel Araujo por ahora son alternativas. Diego Valoyes está lesionado y Ezequiel Mastrolía y Mauricio Toni se foguean en la reserva. Los que llegaron a principios de año y siguen –Franco Medina, Samuel Sosa y Joel Soñora- todavía no llegan a ser importantes. Se extraña a Lucas Olaza y también a los que se fueron a mitad del torneo pasado: Sebastián Palacios, Emanuel Reynoso y Jonathan Menéndez. “Confío en lo que tengo, no es momento de quejarse. El plantel fue armado por la institución y yo fui parte de ese armado. Mi función es armar el mejor equipo posible y darle un buen rendimiento”, enfatiza Vojvoda.

La falta de gol. A Talleres le costó incomodar al fondo de Rosario Central. Tuvo el mérito de intentar de media distancia (Cubas, Godoy, Pochettino) para tratar de suplir la falta de profundidad.  “Nuestro rival se cerró bien y no pudimos convertirle. Ellos tiene jugadores de experiencia que saben manejar muy bien los tiempos y se nos complicó. Es un déficit que estamos teniendo y estamos ocupados en solucionarlo”, dice el técnico.

Pelota parada. Rosario Central se encontró con la victoria en una jugada preparada y después defendió la ventaja con uñas y dientes. Llamó la atención la facilidad con la que Fernando Zampedri burló al fondo albiazul. “Otra vez nos convirtieron de pelota parada, y otra vez de un córner. Es otro de los temas que vamos a tener que analizar”, afirma Vojvoda. 

Sin reacción. Talleres nunca logró sobreponerse a la adversidad. Intentó llegar al empate sin demasiadas ideas y las variantes tampoco dieron resultado. Dio la impresión de que Maroni fue desaprovechado como volante por izquierda y el ingreso de Araujo, si bien sumó más presencia arriba, dejó al equipo casi partido en dos. “Nos golpeó fuerte el gol. La reacción no fue buena. Habíamos estado bien ese momento. El ingreso de Maroni por Ramírez tuvo que ver con la idea de buscar un jugador similar, que pudiera darnos más juego asociado. Y la salida de Pochettino fue para poner a un jugador más rápido o más desequilibrante, pero no pudimos lograr lo que buscábamos con Aldo (Araujo)”, explica el entrenador.
  
La “solución” Maroni. Había gran expectativa por la presentación del juvenil del Sub 20 argentino, pero Vojvoda lo mandó a jugar muy lejos del área rival y lo cargó de responsabilidades al meterlo apenas Talleres quedó en desventaja. “Maroni jugó de menor a mayor. Le costó un poco entrar en sintonía, pero tuvo tres o cuatro acciones interesantes.
 Creo que algunas soluciones vamos a encontrar a partir de él”, dice el DT.
 
El sistema. Fue lógico el cambio de ordenamiento táctico (4-4-2), ya que este Talleres no parece tener por el momento los intérpretes apropiados para jugar “a lo Kudelka”. El equipo tuvo más equilibrio en el mediocampo, sin superposiciones entre Guiñazú y Cubas. Si Maroni se consolida, y lo ponen a jugar de lo que sabe, el planteo podría mutar a un 4-2-3-1. “Jugar con dos delanteros nos potenció la generación de juego y también la insistencia. Me convenció más este sistema que el anterior, pero eso no quiere decir que no volvamos a modificar”, afirma Vojvoda.