La comitiva integrada por una veintena de intendentes de todos los signos políticos —en representación del conjunto— se retiraron de la Legislatura el miércoles con la promesa de conformar en el transcurso de la semana una mesa de diálogo político-legislativa. Algunos son más optimistas, otros no tanto, pero todos se quejan del “manoseo” para con quienes ejercen representación territorial ante un tema que debe resolver la política.
Legisladores de distintas expresiones políticas admiten abiertamente que se debe revisar el “error” de la retroactividad de la ley 10.406, cuyo cepo impide a casi 300 intendentes y jefes comunales con dos mandatos poder presentarse en elecciones en 2023.
No obstante, la situación no se destraba. El bloque oficialista —en línea con la posición del gobernador Juan Schiaretti— le reclamó al radicalismo hacerse cargo de su cuota de costo político en la modificación de la norma. En tanto, los nueve legisladores de Juntos UCR sostienen su rechazo y le tiran la pelota al peronismo. “Tiene los votos para sacarla”, retrucaron.
En medio de los mensajes cruzados entre espadas peronistas y boinas blancas que se asemeja a una calesita —se gira en el mismo lugar, sin arribar a una definición— el alineamiento de jefes territoriales autoconvocados se mostró compacto y redobló la presión. En ese plano, el núcleo variopinto afirmó que en esta “patriada” se la juegan “el todo por el todo”, al tiempo que destacó que resulta “un hecho histórico” que estén unidos por una misma causa que aglutina a peronistas, radicales, vecinalistas, del PRO y del Frente de Todos.
Lo que se juega. “El partido está 1 a 1”, resumió en voz alta un intendente tras la reunión con los legisladores de Juntos por el Cambio. Una hora antes habían hecho lo propio con los representantes de Juntos UCR, no sin antes atravesar un momento de tensión que no pasó a mayores con el radical Marcelo Cossar, quien milita con fervor el rechazo a la demanda de los jefes comunales.
El “ninguneo” del exfuncionario mestrista tiene a mal traer a los correligionarios afectados por el cepo a la re-re. El encono es indisimulable y se está a una chispa de distancia para que se active el fogonazo. También cayeron mal las declaraciones posteriores del jefe de la bancada, el riocuartense Juan Jure, quien reafirmó la negativa y lanzó la pelota en terreno oficialista.
El exintendente de Río Cuarto les recomendó a los jefes comunales pedir “una definición del oficialismo, que es quien cuenta con los votos para modificar la ley que ellos piden, y que hasta el momento no se expresaron”, dijo el parlamentario boina blanca. Fue el intendente Daniel Salibi (Mendiolaza) quien salió al cruce en un audio que se filtró en un grupo de WhatsApp.
Justamente, la bancada oficialista no recibió a la delegación de intendentes que se apersonó en la Unicameral a mediados de la semana pasada. Desde el radicalismo tiraron la piedra al advertir esa señal: “Ellos le cerraron la puerta”, lanzó un legislador de la UCR al encender la mecha.
Más presión. De todos modos, la presión se hizo sentir ante la negativa de Hacemos por Córdoba de recibirlos. Fruto de una deliberación en los pasillos de la Legislatura, un grupo reducido de intendentes de signo peronista fueron a tocarle la puerta al jefe de la bancada, Francisco Fortuna.
Tras un diálogo informal con la espada oficialista, y al hacer un balance de la jornada, el alineamiento variopinto expresó que hubo un compromiso de las tres bancadas de articular, “esta semana, en una mesa de diálogo”, la posibilidad de un acuerdo político-legislativo para reformar el artículo 7 de la ley 10.406 ante la queja de su “retroactividad”.
En concreto, el reclamo de los intendentes apunta a que se tome como primer mandato el período 2019-2023 y no el 2015-2019. “No es una reelección indefinida”, reafirmó el núcleo de gestores locales. En medio de este laberinto en donde —por ahora— no se avizora la salida, un intendente peronista del palo K redobló la apuesta y se mostró optimista de que salga la modificación a la ley en cuestión. Otro peronista del sur provincial aportó su mirada: “Hoy creo que hay 50% que salga y 50% que no”.
Por su parte, un jefe comunal radical que milita “la patriada” desde la primera hora reafirmó que continuarán “hasta el final”. Junto a sus pares, fogonean una reunión a comienzo de semana con los referentes de la UCR (por caso Mario Negri, Rodrigo de Loredo y Ramón Mestre).
¿Qué se busca? Conciliar un mensaje para “ablandar” el rechazo inicial y que llegue a oídos de los parlamentarios de Juntos UCR, quienes tienen “la llave” para destrabar la situación, según las voces oficialistas. A su vez, el grupo de intendentes espera el llamado de la bancada mayoritaria para habilitar la mesa de diálogo. Aunque, desde el oficialismo manifestaron durante el fin de semana que “no hay nada todavía” en cuanto a la reunión. Compás de espera en medio de la tensión.