Luis Manuel Blanco (60) recita de memoria los nombres del plantel de Belgrano que dirigió en el arranque de la temporada 1998/1999 de la Primera B Nacional. “Ragg, Zaccanti, Alarcón, Medina, Garcete, Testa, Guendulain, Ávalos, García, Sosa, Carnero, Artime, Zárate, González, Manrique, Cerutti, Sala… ¡Teníamos un equipo buenísimo!”, recuerda. “Lo dirigí los primeros partidos y después me tuve que ir por un problema familiar. Recomendé a Ricardo Rezza para que fuera mi sucesor y después ese equipo terminó ascendiendo”, le cuenta a PERFIL CORDOBA.
Blanco está radicado en Málaga y trabaja en Gibraltar, el territorio de dominio inglés ubicado a pocos kilómetros de la ciudad del sur español. Allí dirige al Mons Calpe Sports Club, elenco de la Premier League al que –según cuenta- volvió en enero pasado para “dar una mano en un mal momento” luego de una exitosa primera experiencia entre 2017 y 2019.
Trotamundos del fútbol, con antecedentes en Argentina, México, Bolivia, Costa Rica, Albania, China, Paraguay e Indonesia, el DT porteño fue noticia reciente por haber padecido coronavirus. “Aún no tengo el alta definitiva, pero voy bien con la recuperación. Salgo a caminar y hago ejercicios en el departamento, pero me falta fortalecer los músculos. Tengo los brazos flaquitos… La verdad es que me hizo mierda este bicho”, dice.
La tos, que entrecorta su relato, es otro resabio de la enfermedad que lo obligó a estar internado durante 38 días en el Hospital Costa del Sol de Marbella. “Estuve seis días en coma. El virus me puso contra las cuerdas y me salvé sólo porque mi organismo generó los anticuerpos. Acá no hay vacuna ni antibiótico; te meten oxígeno directo al pulmón y ahí es el virus contra vos. O te salvás o te vas al crematorio. No es joda”, sostiene.
“Vi morir mucha gente”
“Empecé con una fiebre insoportable y cuando llamé al médico ya no podía caminar. Daba dos pasos y era como si me pusieran una bolsa en la cabeza, casi no tenía respiración. En la clínica me hicieron un test y confirmaron el diagnóstico, y después no me acuerdo más. Cuando me desperté, sentí que me había pasado un camión por arriba. Tenía 10 kilos menos, me veía el fémur y estaba con catéteres y tubos por todos lados”, refiere Blanco.
“En la terapia intensiva vi morir mucha gente. En un solo día se llevaron a 16 personas. Yo estaba adentro de una cápsula y lloraba porque quería salir de ahí. A decir verdad, a veces no sabía si estaba vivo o estaba muerto. Los médicos y las enfermeras también lloraban… A ellos los reconocía por los zapatos, porque andaban vestidos como astronautas. Nunca les vi la cara. Cuando me fueron a avisar que ya estaba recuperado se pusieron a bailar delante de mí para que pudiera darme cuenta”, añade el director técnico.
“Lo peor es que pasé todo esto solo, ya que mi familia está en Buenos Aires”, relata Blanco. Y agrega: “Mi señora y mis dos nietas más grandes se quedaron con los pasajes en la mano, porque justo cerraron las fronteras. Por suerte, cuando me desperté, los doctores me prestaron una tablet para que pudiera verlos, escucharlos y nada más. Yo sólo podía reír o llorar”.
“Quiero abrazar a mi familia”
Blanco lleva con precisión la cuenta de los días que transcurrieron desde su salida del hospital. No es para menos. “Yo toqué fondo. Nunca fumé, nunca tomé, siempre cuidé mi físico, y así y todo el virus casi me lleva. Cuando salí era puro hueso, me costaba caminar, no podía hablar, comía un chocolate y no le sentía el sabor… Fue como volver a ser un bebé”, señala.
“La gente debe tomar conciencia de la gravedad de este virus imparable. Muchos están cansados del encierro, pero no queda otra: o vivís adentro de tu casa o salís a la calle y corrés un 90 por ciento de riesgo de contagiarte”, enfatiza.
“Lamentablemente siempre hay irresponsables y también están aquellos que aprietan con el tema económico porque están ganando un poco menos que antes. En España hay 28 mil muertos y países como Italia, Inglaterra y Estados Unidos tampoco la están pasando bien. Por suerte en Argentina no se llegó al mismo punto, y espero que no se llegue”, precisa.
Al respecto señala: “En este tema, Alberto Fernández la hizo bien. Y no lo digo por interés o conveniencia. Yo voté a todos: radicales, kirchneristas, macristas… Si se postulaban (Aníbal) Pachano y (Marcelo) Polino creo que también los votaba. No me interesa hacer política partidaria”.
Respecto a su futuro profesional, Blanco señala: “Aquí me ofrecieron contrato por cuatro años y les dije que no. Una vez que tenga el alta voy a ir a la embajada a pedir un vuelo de extradición para volver a mi país. Quiero abrazar a mi familia, que ha sufrido muchísimo. Y cuando decida volver a trabajar, le voy a dar la prioridad al fútbol argentino”.