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“Yo no me dejaba ayudar”: una granja en Río Ceballos demuestra cómo se puede recuperar a adictos y delincuentes

Una iniciativa impulsada por una parroquia cordobesa brinda refugio y ayuda a 33 personas con problemática de consumo. “Quieren que crezca, quieren salvar y ayudar a tantas personas como puedan hacerlo”, comentan los chicos que forman parte del proceso.

Espacio Granja
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En una sociedad que a menudo pasa por alto a las personas con problemáticas de consumo, la Granja "Virgen de Guadalupe", ubicada en Río Ceballos, se destaca como un faro de esperanza y compasión. Este refugio se ha convertido en un hogar para quienes buscan dejar atrás la vida en la calle y emprender un camino hacia la recuperación y la autonomía.

“Nosotros ayudamos a personas que tienen problemáticas de consumo, eso es lo primordial. Después a eso le rodean muchas vulnerabilidades: personas sin techo, conflictos legales, conflictos con la familia, etc.”, explica Cristián Greme, coordinador del espacio La Granja. 

El proceso, sin embargo, comienza mucho antes. “Primero recibimos a las personas como en una especie de hogar que se llama Refugio, ahí se inicia con el proceso y les brindamos techo y comida”, agrega Greme.

GRANJA

A la par empiezan a transitar el llamado Centro Barrial, ubicado en Córdoba, en el barrio Comercial. Después de un período de tiempo, cuando estas personas están de acuerdo, comienzan a ir a la Granja "Virgen de Guadalupe". 

“Yo me encuentro en la granja de varones en Río Ceballos. En este momento somos 33 hermanos que viven de forma residencial. La idea de todo esto es que empiece a sentirse y vivirse como una familia, como una hermandad, esa es nuestra ideología”, comenta el coordinador del espacio. 

“Todo comenzó cuando el Padre Pablo llegó el primer día a la parroquia en barrio Comercial. Ahí aparece una persona a las corridas a devolver todas las imágenes y decir que casi comete un error grande porque se quería robar a dios. Padre Pablo ahí se dio cuenta de que había personas que buscaban elementos para vender para tener consumo. Desde ese momento comienza toda esta labor”, agrega Nehuén Rodríguez, acompañante de Granja. 

El proceso en Granja

En este nuevo entorno, los participantes se sumergen en tres etapas que les permiten adaptarse gradualmente a la vida en la granja. Participan en talleres de espiritualidad, actividades físicas como gimnasia, yoga, y también aprenden habilidades prácticas, como la fabricación de bloques hechos con botellas reciclables, talleres de serigrafía, herrería, peluquería, etc. 

“Los chicos conviven permanentemente, llevan adelante toda la granja porque se van dando responsabilidades y roles: cuidado de los animales, de la huerta, del establecimiento. Con esa idea les brindamos la posibilidad de que se encuentren como familia”, resalta Cristián Greme. 

Residentes del espacio también comentan su experiencia: “la primera etapa, que es cuando nosotros llegamos, consiste en encontrarse con uno mismo y de ver la realidad. Ya después está la segunda y tercera etapa donde trabajamos más nuestras fragilidades, qué creemos que fue lo que nos llevó al consumo, las debilidades que tenemos cada uno. Todo eso lo trabajamos acá”, comenta Agustín Amezaga

En esa misma línea, “todo esto para mí consiste un poco en ordenar la vida. Nosotros venimos de una vida desordenada. Acá es tener más responsabilidades, levantarnos temprano, cumplir algunas tareas, compañerismo, mantener la granja…”, agrega Leonardo Gómez. 

Herrería

Experiencias

De acuerdo a una investigación llevada a cabo por la Universidad Católica de Argentina (UCA), Argentina se posiciona como el segundo país de la región con un mayor índice de consumo de sustancias psicoactivas.

Si bien en general el consumo de drogas es más dominante (prevalente) en los sectores de nivel socioeconómico más alto, los trastornos de consumo son más prevalentes en las personas de menor nivel socioeconómico.

Según la Sedronar (La Secretaría de Políticas Integrales sobre Drogas de la Nación Argentina), el porcentaje de personas que buscaron tratamiento por consumo de riesgo de alcohol en nuestro país es del 3,3% y sube a 13,5% y 29,5%, para personas con dependencia de la marihuana y la cocaína, respectivamente. Sumado a esto, 4 de cada 10 personas que buscaron ayuda acabaron sin acceso a ningún tipo de tratamiento.

“Yo me encontraba en situación de calle antes de conocer el espacio. Me había ido de mi casa, tengo una hija de 4 meses. Mi mamá tiene una amiga que conocía del lugar y ella me contó un poco. El problema era que yo no me dejaba ayudar. Me había ido de mi casa, andaba en la calle. Tomé la decisión de dejarme ayudar, de reconocer el problema que tenía y de ir al Centro Barrial y al Refugio”, cuenta Agustín. 

Como bien se dijo, el proceso en Granja es voluntario y no tiene un límite de tiempo establecido. Los participantes avanzan a su propio ritmo, trabajando en áreas identificadas para mejorar. Una vez que completan la tercera etapa, se les ofrece la oportunidad de dar el siguiente paso hacia la autonomía al mudarse a una casa en Córdoba capital, donde pueden buscar empleo y realizar otras actividades.

Ferias

Futuro

“A mí me gustaría seguir en el espacio ayudando. Pero también retomar el estudio y seguir una carrera de chef”, comenta Maxi Almada

Al respecto, Cristián agrega que, “hay personas que se quedan en el espacio, otras a las que se les abren otros rumbos, pero así y todo, prefieren quedarse y tener un trabajo paralelo para no despegarse de nosotros. Planteamos que ellos mismos sean la luz para los hermanos que vienen en camino”. 

Quienes forman parte de la Granja "Virgen de Guadalupe" tienen una visión clara: seguir invitando gente y extender una mano amiga a más personas necesitadas, ya que con plena conciencia de sus propios pasados y orígenes, reconocen el valor de este espacio en ayudar a otros a encontrar “la salida”.  

Finalmente, “el tema no es dejar de consumir y desintoxicarse, es sanar todas esas heridas que arden internamente que nos llevan al consumo, más allá de lo problemático, es alejarse de la familia, el dolor propio. Acá los chicos se encuentran con todas las herramientas para poder sanar”, cierra Nehuén Rodríguez.