Las iglesias y templos religiosos porteños reabrieron hace diez días sus puertas con un estricto protocolo y el compromiso de no permitir el ingreso de más de diez fieles al mismo tiempo.
El reinicio de las actividades de culto forma parte del Plan Integral y Gradual del Gobierno de la Ciudad, cuya primera etapa finalizará el próximo lunes 3 de agosto.
Para ello se diagramó un protocolo especial ante la pandemia y se volvió a permitir la grabación de las celebraciones por streaming.
Estas actividades estaban vedadas desde que se reimplantó la cuarentena rígida el 1º de julio pasado porque eran consideradas actividades no esenciales.
Entre las exigencias que deben cumplir como medidas de prevención y manejo de Covid-19 figura el ingreso máximo de diez fieles para la oración individual, no pudiéndose dar en simultáneo con la grabación o transmisión de las celebraciones que se realizan por streaming.
Además, y tal como ocurre en otros rubros reabiertos, las personas que asistan deberán hacerlo utilizando tapaboca y tomando las medidas sanitarias correspondientes. Una de ellas es la del distanciamiento social (1,5 metros entre las personas).
Los voceros hicieron hincapié en otro aspecto clave para la prevención: la presencia de un supervisor en la puerta de acceso a los templos que controle estrictamente el número de ingresantes. En algunos casos, también se les tomará la temperatura con termómetros digitales.
