CORONAVIRUS
Desde Madrid

Diario de la peste: matar al padre

La pregunta a esta hora en la que España amanece es dónde está el rey emérito Juan Carlos I. Todo indica que el domingo abandonó el país, reiterando una estrategia en el obrar de la Casa Real.

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Juan Carlos ex rey de españa | AFP-SHUTERSTOCK-CAPTURA-CEDOC

Ayer, alrededor de la seis de la tarde en Madrid, los temas que ocupaban la conversación giraban en torno al rebrote de la pandemia, asunto que ya está asumido y que se observa con bastante temor. No solo por las cifras que crecen aquí sino en sitios que siempre han estado bajo control, como Alemania, que ayer pasó los 500 casos en una sola jornada. La economía tampoco se ausenta como tema de cabecera: España pide un crédito de 24 mil millones a Europa, un préstamo blando en comparación con los fondos de rescate de la anterior crisis. Así estaban las cosas en el primer lunes de agosto, mes similar al enero argentino en el que todo funciona a media máquina, cuando la Casa Real distribuyó un comunicado, una carta, mejor dicho, firmada por Juan Carlos I, dirigida a su hijo, Felipe VI, en la que le informa que abandona el país. Hoy es la única noticia que desborda tapas y portales digitales de los periódicos, satura radios y televisiones, convulsiona las redes sociales.

No es la primera vez que hablamos del rey emérito en este diario ya que Juan Carlos ha ocupado la información en los últimos tiempos a través de la justicia suiza y las filtraciones de las conversaciones su amiga Corinna Larsen con un excomisario que tenía montado un servicio de espionaje.

La pregunta a esta hora en la que España amanece es dónde está el rey emérito ya que todo indica que el domingo abandonó el país, reiterando una estrategia en el obrar de la Casa Real: se comunican hechos consumados. La Repubblica de Italia informa que se encuentra en Santo Domingo, al igual que ABC, periódico monárquico, pero no hay ningún comunicado oficial.

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La carta de Juan Carlos no llega a las veinte líneas y poco dan de sí, salvo si se atiende al párrafo donde escribe que desea trasladarse fuera de España para, a continuación, en el siguiente, agregar que siempre ha querido lo mejor para España. No da ninguna explicación, pero en ese deseo deja todo claro.

Diario de la peste: noche y día

El gran relato de Juan Carlos ha sido, sin duda, la Transición ya que no solo traiciona al dictador Francisco Franco al apoyar la construcción democrática, sino que acumula su capital simbólico al defenderla ante los golpistas del 23F cuando en la madrugada del 24 de febrero de 1983 se pronunció contra la insurrección en un mensaje televisado de apenas minuto y medio. Otra intervención, tres décadas después, cerró el ciclo cuando se vio obligado, ante las cámaras a pedir perdón por un accidentado viaje de cacería, junto a Corinna Larsen, en plena crisis económica.

Con el abandono del país, eufemismo que utiliza la prensa española, más que abrirse un tiempo nuevo, se cierra un ciclo cuyo epílogo comenzó antes. El primer síntoma fue cuando Felipe González se pronuncia contra Pedro Sánchez por no apoyar una segunda legislatura del expresidente Mariano Rajoy. Corría octubre de 2016 y unas segundas elecciones no conseguían que se formara un nuevo gobierno. Sánchez se negaba a apoyar a la derecha y González, aún con influencia, promueve una asonada en el partido que acaba con su renuncia. Pero Pedro Sánchez no solo deja la secretaría del PSOE. Renuncia también a su escaño en el Congreso porque no quiere votar la investidura de Rajoy ni desobedecer un mandato del partido. Se sube entonces a su coche y sin aparato ni recursos recorre cada rincón de España para hacer campaña en las primarias. La candidata oficial, Susana Díaz, entonces presidenta de Andalucía, era el mal menor para el antiguo régimen. Entiéndase por ancien régime, los poderes fácticos que incluyen a los dos partidos tradicionales, socialistas y populares, el núcleo duro económico y el entramado mediático de la derecha y del PSOE, este representado por el diario El País como nave insignia. Contra todo pronóstico, ganó Sánchez utilizando su olfato político que leía los nuevos tiempos y las redes sociales que desplazaron a las viejas maquinarias de la Transición. Dos años después, Sánchez llega a la Moncloa con Podemos. Los accionistas de El País desplazan a Juan Luis Cebrián de la presidencia del grupo (otro tótem de la Transición) y a Antonio Caño, director del periódico para restaurar la línea editorial progresista histórica del medio, perdida en la confusión de aquellos días.

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Nunca sabes el pasado que te espera, suelen decir los cubanos. Ahora se empiezan a revisar aquellos años y no todo es como se narraba. Mientras el expresidente Felipe González defendió estos días a capa y espada a Juan Carlos, ante las tremendas evidencias de los cargos que se le vienen encima y le obligan a partir, el expresidente José Luís Rodríguez Zapatero, se alinea con Moncloa y conversa con todos los dirigentes del Gobierno de confluencia con las izquierdas. Zapatero explícito, dio a entender a González que dé un paso a un costado. Sánchez lo ignora.

Es un nuevo país con todas las contradicciones que ello implica, obstáculos y oportunidades.

Ahora es Felipe VI quien tiene que encontrar su relato. Al menos ya ha matado al padre, cosa que Juan Carlos hizo con el suyo, Juan de Borbón. Puede que Felipe VI dibuje finalmente un camino ya que como escribió Jorge Semprún en sus memorias, mientras en Inglaterra y Francia mataban a sus reyes, en España los pintamos.

 

MR/AB/FF