Una vez más, los argentinos demostramos que la unidad es posible. Como en otros momentos de nuestra historia, dejamos de lado las diferencias y apostamos por el esfuerzo colectivo. El coronavirus, está sacando nuestra mejor versión como sociedad.
El coronavirus, está sacando nuestra mejor versión como sociedad.
Y no son palabras, son hechos cotidianos. Desde la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT) venimos trabajando codo a codo con Juanjo Méndez, secretario de Transporte y Obras Públicas de la Ciudad de Buenos Aires; Alejo Supply, subsecretario de Transporte de la provincia de Buenos Aires; y todas las provincias del país. A diario coordinamos el traslado de miles pasajeros que quedaron varados en un distrito ajeno y quieren volver a su casa. En simultáneo, controlamos que -como nos instó nuestro presidente, Alberto Fernández-, el transporte público no sea un medio de contagio. Implementamos medidas higiénicas, desinfección en las unidades y controles viales. Y hasta la medianoche seguimos supervisando tareas. Lo mismo sucede con funcionarios, empresas y gremios de distintos puntos del país. Todos con un solo objetivo: cuidar a los argentinos.
Nuestro ministro de Transporte de la Nación, Mario Meoni, fue taxativo al respecto: no importan los sellos partidarios, importan los ciudadanos. Hoy, el tiempo es vida. No hay margen para el oportunismo ni la mezquindad. Mucho menos para la grieta.
Sergio Massa, Mario Negri y Graciela Camaño, líderes de las principales fuerzas en la Cámara de Diputados, también lo entienden así. Por eso, el presidente de dicha institución solicita a los ministros nacionales que brinden informes a los legisladores. La información es sinónimo de certeza y los tres poderes de la República tienen que estar al servicio de la ciudadanía.
En una crisis hay que priorizar. Un líder es aquel que sabe distinguir lo urgente de lo postergable. Eso es lo que está haciendo nuestro Presidente cuando pone la salud de los argentinos por encima de todo, incluso de la economía. “De la economía se vuelve, de la muerte no”, dijo. Tenemos que asimilar esta concepción humanista. Una vez superada la crisis sanitaria, será turno de levantar nuestro sistema productivo. Y nuevamente, no habrá oficialismo ni oposición, sino un pueblo arremangado empujando para el mismo lado.
La sociedad está acompañando el rumbo marcado por el jefe del Ejecutivo. Según Dalia, una plataforma que se dedica a la investigación de la opinión pública en los cuatro hemisferios, Argentina destaca como uno de los países donde la ciudadanía percibe que sus líderes están “haciendo todo lo necesario” frente al Covid-19. No podemos aflojar ahora.
La diversidad tiene que ser una fortaleza para potenciar nuestra convivencia en coyunturas extraordinarias como la actual y en la rutina democrática
Asoma otra forma de entender la política: lejos del conflicto, cerca del encuentro. La diversidad tiene que ser una fortaleza para potenciar nuestra convivencia en coyunturas extraordinarias como la actual y en la rutina democrática. Debemos naturalizar el trabajo entre fuerzas políticas distintas. Fomentar aquello que Aristóteles llamaba “amistad cívica”: unirnos para resolver los problemas públicos. Sin perder el sentido crítico, pero tampoco el sentido común.
La democracia del siglo XXI estará marcada por la cooperación. Y Argentina no puede ser la excepción. Necesitamos a todos, nadie sobra. Como dijo el pensador israelí Yuval Noah Harari: "El coronavirus es un test mayúsculo de ciudadanía". ¿Estamos listos para superarlo? Estoy convencido que sí. A los hechos me remito.
*Director Ejecutivo de la Comisión Nacional de Regulación del Transporte, CNRT.