Dentro del plan de flexibilización de la cuarentena en el ámbito de la Ciudad de Buenos Aires, el próximo miércoles reabrirá sus puertas uno de los rubros más esperados: las peluquerías. Para ello, se determinó un protocolo entre el Gobierno porteño y el sector que contempla la instalación de mamparas divisorias entre cada puesto de atención y las alfombras para higienizar el calzado al ingreso del local. Además, estará prohibido ofrecer café o revistas a los clientes.
Las peluquerías porteñas reabrirán sus puertas por primera vez desde que entró en vigencia el proceso de aislamiento social obligatorio por el coronavirus el 20 de marzo.
Entre las normas establecidas por el protocolo que aprobó el Ejecutivo porteño para el funcionamiento de peluquerías y centros de estética se destaca la atención de los clientes solo con turnos previos, por lo que no se podrá permanecer dentro de los locales a la espera de ser atendido. El protocolo también establece que los clientes deberán usar barbijo mientras permanecen en el salón, al tiempo que las peluqueras y peluqueros tendrán que colocarse una máscara facial. Sobre el tapabocas de los clientes, las autoridades sugirieron el uso de aquellos con sujeción en las orejas, para mantenerlo en su lugar y que interfiera lo menos posible durante la realización del servicio.
Gasto extra. "El protocolo está perfecto, aunque generará un gasto extra que se sentirá sobre todo al principio", aseguró a la prensa Roberto Iturria, presidente de la Unión de Peinadores Argentina (UPA) y peluquero del barrio porteño de Palermo Queens. Es que adaptar los locales a los nuevos protocolos requerirá, entre otras cosas, el uso de una serie de elementos descartables: "En el baño hay que poner dispenser de papel, las toallas no van más", comentó el peluquero. Por otro lado, se recomendó, "en la medida de lo posible", usar mamparas o pantallas para separar a trabajadores de clientes, por lo que debieron instalarse estas divisiones en las cajas de cobro y, también, modificarse los espacios de manicura y pedicura.
En términos más generales, la sugerencia oficial es "llevar al mínimo posible la convivencia simultánea de personas en un mismo espacio físico", por lo que dentro de los locales podrán permanecer solo aquellas personas que están siendo atendidas siempre, "disponiendo de un espacio de 15 metros cuadrados para cada cliente-profesional".
Clientes habituales. En los días previos a la apertura, Iturria recibió varios llamados de clientes habituales que consultaron cómo se atenderá en esta nueva etapa y, aunque tiene expectativas puestas en la reapertura, percibe algo de miedo en las personas. En ese sentido, Iturria, que es peluquero hace 42 años, consideró que hubiese sido más oportuno comenzar a trabajar "dos meses atrás".
Al participar como jurado en varios certámenes internacionales de peluquería, Iturria mantiene contacto con colegas de países que ya transitaron la flexibilización de sus cuarentenas, y, estimó finalmente que llevará "un mes y medio alcanzar la cantidad habitual de clientes".
