CORONAVIRUS
Situación sanitaria

¡Tenemos Ministerio!… pero necesitamos un Sistema de Salud

La pandemia sacó a la luz las falencias del sistema de salud en Argentina.

PAMI 08052019
Sede PAMI San Juan. | Twitter

La consigna oficialista que da cuenta de la recuperación del rango de Ministerio del área de Salud en la estructura del Gobierno Nacional, apenas alcanza para disimular, parcialmente, una dura realidad.

Ahora que, a fuerza de las circunstancias, la salud ocupa el centro de la escena pública en la Argentina, bueno es que intentemos un análisis realista, más descarnado del que por la urgencia, se está haciendo por estos días.

El buen desempeño logrado frente a la amenaza del Covid-19, no nos tiene que cegar. Argentina no tiene un “Sistema de Salud”. Sistema supone un orden y una cierta coordinación entre las partes, con estrategias comunes y criterios comunes. Con homogeneización en su financiación y en sus prelaciones.

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Argentina no tiene un “Sistema de Salud”, que supone un orden y una cierta coordinación entre las partes, con estrategias comunes y criterios comunes. 

Nuestro país, en el mejor de los casos, presenta un panorama caótico y descoordinado, en el que coexisten diversos subsistemas. El estatal, con sus distintas jurisdicciones que no ciclan tampoco armónicamente; el de las Obras Sociales que, si son nacionales, se agrupan y rigen con el ANSAL, pero que, si son provinciales, tienen tantos modos de funcionamiento, como provincias hay; el de las prepagas, otra realidad. También tenemos el PAMI, la obra social más grande de América Latina que se encarga de la tercera edad y que tiene su propio escenario; sin dejar de nombrar algunas mutualidades, que responden a agrupaciones por comunidades de origen.

La tensión en que la pandemia puso a nuestro conjunto de subsistemas, habla a las claras de nuestras falencias. Las autoridades debieron recurrir a una cuarentena global, al estilo medioevo –y estuvo bien hacerlo ante las condiciones de nuestro “sistema” sanitario-. El covid-19 había desestabilizado sistemas sanitarios mucho más desarrollados en otros países, y llegaba a la Argentina a enfrentar una realidad de información fragmentada; sin estadísticas confiables; gran carencia camas de terapia intensiva; insuficiente número de enfermeros/as profesionales; áreas con déficit de médicos; con un plan de atención primaria de la salud más que deficiente, e incluso inexistente en muchas zonas de la dilatada y compleja geografía argentina. El aislamiento obligado les permitió a las autoridades ganar tiempo para saldar en parte las carencias del área.

El Ministro de Salud en nuestro país se parece bastante a un Comandante sin tropa

En conclusión; el Ministro de Salud en nuestro país se parece bastante a un Comandante sin tropa (valga la comparación castrense en vista de que a nuestras autoridades les gusta hablar de “enemigo”, “guerra”, etc.). Es un ministerio que no tiene efectores y que debe conformarse, en muchos casos, con generar opiniones rectoras o sugerir protocolos, pidiendo frente a la emergencia la reasignación de partidas extras especiales.

La festiva expresión de ¡Tenemos Ministerio!, pasa a ser parte de un relato épico que, como todo relato, no siempre es acompañado por la realidad.

Cuando pase la urgencia y estemos ocupados con la devastación económica y social, no nos olvidemos de pensar en que haremos con nuestro “sistema” de salud.

CP