CRíTICAS
Crítica: series

Veep: para reírse de los generadores de las desgracias absolutas

La comedia de HBO retrata con ferocidad a los políticos y sus asesores.

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Ella. Louis-Dreyfus brilla como la eterna aspirante a presidente. | HBO

Si bien su punto fuerte son dramas como Los Soprano, también se ha especializado en comedias. Al igual que en los hoy clásicos que le otorgaron el reinado mundial en cuanto a calidad en la pantalla chica, a la hora de hacer reír la señal de la Warner también ha sabido diferenciarse del resto. Y acertando, una vez más. Prueba de ello es Curb Your Enthusiasm, por nombrar solo una, donde Larry David daba rienda suelta a todo lo que le había quedado en el tintero a la hora de hacer Seinfeld, y demostraba que le quedaba cuerda (y mala leche) para rato.  

En esa línea Veep permite que se luzca Julia Louis-Dreyfus, la inolvidable Elaine de Seinfeld. En la serie, la actriz encarna a Selina Meyer, una congresal que se lanzó a la presidencia y terminó por ser “la vice” (de ahí el título original). Dado que los sistemas políticos norteamericanos y argentinos son bastante similares, para el público local resulta fácil captar que la idea de la serie es mostrar a una persona que aspiraba a todo (presidencialismo, al fin y al cabo) y termina en un cargo honorario, irrelevante por más que se utilice como moneda de cambio a la hora de forjar alianzas: obtener algo (lo que sea) a cambio de, casi literalmente, nada (la vicepresidencia). Salvo el rol de desempate en alguna votación crucial, que puede darse cada unos cincuenta años, o que se muera el titular del Ejecutivo (de hecho, la serie bromeaba mucho en sus primeras temporadas con el deseo culpable, y no tanto, de Meyer por que el presidente estirara la pata), el cargo es decorativo.

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Con un sistema de diálogos rapidísimos y filosos, a los que hay que prestar atención, Veep plantea, desde Estados Unidos, algo vigente para el resto del globo terráqueo: algo huele a podrido, y es el sistema representativo. La Selina Meyer de Dreyfus ha sufrido una más que interesante mutación: comenzó siendo una víctima del sistema, y con el correr de las temporadas se convirtió lisa y llanamente en un ser despreciable, lo cual le resulta indispensable para sobrevivir en el sistema. 

La serie se regodea también en lo que muchos sospechamos: los asesores, que la van de sabelotodos en público, y en el fondo no son más que asnos obsecuentes cuyo único objetivo es mantener en el poder a quien los contrató. Por más que, claro, nadie sepa bien para qué quieren el poder, a excepción de salir en muchas fotos y hacer uno que otro negocio personal. 

Calificación: Muy buena

CP