A una década de su fundación, Bienalsur 2025 se celebrará entre junio y diciembre. Organizada por una universidad pública de la Argentina, la Universidad Nacional de Tres de Febrero (UNTREF), y la Fundación Foro del Sur, logró consolidar en diez años un modelo transnacional único en el circuito internacional del arte, con una red concreta de sedes, vinculando a artistas, lugares y públicos en todo el mundo.
Bienalsur presentó su programación 2025 en la sede de la UNESCO en París, el pasado 2 de junio ante Lazare Eloundou Assomo, director del Centro de Patrimonio Mundial de la UNESCO y el artista Michelangelo Pistoletto, padrino de esta edición especial de la Bienal. La presencia simbólica y trayectoria internacional del artista italiano, marcada por su profundo compromiso social, encarnan los valores que inspiran a Bienalsur: resistencia creativa, humanismo y paz. Valores que, este año, le han valido a Pistoletto la nominación al Premio Nobel de la Paz 2025.
El itinerario de la edición 2025 incluye ciudades como Bogotá, Montevideo, San Pablo, Santiago de Chile, Lima, Madrid, París, Berlín, Roma, Dakar, Tokio, Estambul, Beirut, entre otras. La cartografía transnacional va desde el Km 0, sede del MUNTREF Centro de Arte Contemporáneo, en el Hotel de Inmigrantes de Buenos Aires, símbolo del encuentro de culturas, hasta el kilómetro 19640 en Shanghái, China.
Este año el camino empieza el 26 de junio en Bogotá, Colombia. En julio se inaugurarán muestras en Argentina, España, Chile, Bolivia y Hungría, para continuar su recorrido por otros países de todos los continentes.
En su 5ª edición, contará con 140 sedes en más 70 ciudades de 34 países de los cinco continentes, proponiendo un diálogo crítico y sensible que permita seguir construyendo un humanismo contemporáneo, dinámico y universal con los temas más urgentes de nuestro tiempo: inteligencia artificial, cuestiones medioambientales, derechos humanos, migraciones, memoria y futuros posibles.
Ejes curatoriales
En su dinámica única, BIENALSUR recibió, a través de una convocatoria abierta (OpenCall), más de 5.000 propuestas de artistas y curadores. El resultado de esta escucha activa fue la definición de cinco grandes ejes curatoriales:
- Un mundo más justo: aborda las desigualdades sociales, económicas, de género, raciales y territoriales. Invita a imaginar otros pactos de convivencia y justicia distributiva a través de las artes visuales.
- Disidencias y disonancias: amplía el campo de lo visible y lo audible incorporando voces disidentes, saberes subalternos, memorias silenciadas y expresiones que cuestionan las normas dominantes. Aquí tienen lugar las poéticas queer, las cosmovisiones indígenas y las culturas no hegemónicas.
- Devenir territorio: explora las relaciones entre cuerpo, territorio y comunidad. Se vincula con prácticas que reflexionan sobre la crisis ambiental, los conflictos por la tierra, las redes de afecto y resistencia local.
- Modos de habitar: reflexiona sobre las formas contemporáneas de vivir, migrar, convivir, resistir y construir hogar. Las obras reunidas en este eje abordan cuestiones como la vivienda, las fronteras, los desplazamientos y las redes afectivas.
- Memoria y reescrituras: propone una revisión crítica de los relatos históricos oficiales, a partir de archivos, testimonios y ficciones que recuperan otras versiones del pasado. El arte se convierte así en dispositivo de reescritura y reparación simbólica.
“La voz de los creadores, en un contexto global marcado por las desigualdades, los discursos de odio, la crisis medioambiental y los desplazamientos forzados , afirma el compromiso de Bienalsur en proponer un acto político y poético desde el arte, imaginando otras formas de justicia, de pertenencia y de comunidad”, expresó Aníbal Jozami, director general de la bienal.
“En esta nueva edición, Bienalsur reafirma su vocación por una práctica artística comprometida, expandida territorialmente y centrada en las problemáticas urgentes del presente”, completó el director general.
Diana Wechsler, directora artística de Bienalsur, precisó que “la búsqueda de un mundo más justo condensa el espíritu de las propuestas recibidas. Las perspectivas de futuros posibles también están presentes, exhibiendo la tensión entre lo distópico y lo utópico”.
Fiel a su impronta expansiva, Bienalsur 2025 estará en museos, centros culturales, universidades, embajadas, zonas rurales y sitios patrimoniales. Esta multiplicidad de presencia responde a una lógica de territorialización que privilegia el vínculo local y caracteriza el trabajo en comunidad propio de la bienal desde sus inicios.
Bienalsur 10 AÑOS
Creada en el marco de una universidad pública de la Argentina, Universidad Nacional de Tres de Febrero (UNTREF), bajo la dirección general de Aníbal Jozami y la dirección artística de Diana Wechsler, BIENALSUR nació con la intención de redefinir los parámetros habituales de circulación y legitimación del arte contemporáneo. En estos diez años, tejió una red global de colaboración con museos, universidades, colectivos artísticos, organismos públicos y privados, adoptando una lógica de coproducción y curaduría compartida. A diferencia de los formatos clásicos, su recorrido no se limita a un único lugar ni momento, sino que se despliega de manera simultánea en distintas ciudades, desde grandes capitales hasta localidades periféricas.
“Nos propusimos descentralizar la producción cultural y construir una plataforma que conectara artistas, curadores e instituciones más allá de los centros tradicionales. Desde su primera edición, Bienalsur propone una forma alternativa de concebir los grandes eventos artísticos. Lejos del espectáculo y el mercado, su apuesta reside en el trabajo sostenido con artistas y comunidades, la circulación libre de obras, la coproducción institucional y una ética de la colaboración”, detalló Jozami.
“Lo que distingue a Bienalsur no es solo su escala, sino su política cultural de fondo. Nos interesa que el arte dialogue con los territorios, que interpele las condiciones de vida y que proponga otros modos de habitar el mundo. Queremos que el arte contemporáneo esté al servicio de una sensibilidad crítica frente al presente, y que ayude a construir futuros más inclusivos, más equitativos, más diversos”, remarcó Wechsler.
AB/ff