CULTURA
Alberto Churba en el MNAD

De la periferia al centro

Con curaduría de Sandra Hillar y Wustavo Quiroga, se exhibe en el Museo Nacional de Arte Decorativo (MNAD) Alberto Churba. Diseño infinito, la primera gran retrospectiva dedicada al notable diseñador argentino. Presentada junto al autor, de casi 93 años, la muestra se compone de una selección de piezas organizadas por núcleos temáticos que abarcan desde las décadas de 1960 y 1980 a sus pinturas digitales más recientes, y pone el foco en la apuesta de Churba –como lo hicieran Lina Bo Bardi u Oscar Niemeyer– por propiciar una obra que dialogue con una identidad profundamente latinoamericana.

20_07_2025_alberto_churba_gzasatschgallery_g
Soportes. Alberto Churba, en la antesala de la muestra que lo tiene como protagonista. Diseño infinito puede visitarse de miércoles a domingos de 13 a 19 en el Museo Nacional de Arte Decorativo, Av. del Libertador 1902, CABA. | gza. satsch Gallery

En esto de fabricar futuro desde el Sur los argentinos tenemos la antorcha. Tomás Maldonado capturó la misma en 1958 en Bruselas y con “Diseño y nuevas perspectivas de la industria” marcó el camino del diseño industrial mundial. Pocos años después en una esquina de Belgrano, Alberto Churba en el cubo vidriado y mágico de Cabildo y Juramento de Estudio CH-Centro de Arte y Diseño, trazaría nuestra identidad moderna en una flecha que acompañaba a la florida menesunda del Instituto Di Tella y las muestras del buen diseño del Instituto Nacional de Tecnología Industrial, a través del visionario CIDI –Centro de Investigaciones de Diseño Industrial–. Trascendería Churba las fronteras con los textiles y cristales, triunfando en el mercado europeo y asiático, y su mobiliario y alfombras inspirando a diseñadores norteamericanos e italianos. “Diseño infinito” es la detonante y masiva muestra antológica en el Museo de Arte Decorativo de Buenos Aires del diseñador y artista que pone al diseño en todo, y que cumple la originalidad que nació en estas pampas, la búsqueda de la belleza, el respeto del usuario y la síntesis productiva.

La exhibición es más que un homenaje y apunta a la concreta proyección de un legado que atraviesa materias e industrias. Iniciativa conjunta del museo nacional y de Satsch Gallery, ostenta el propósito “de celebrar el legado de una figura clave del diseño argentino”, como reconocen Sandra T. Hillar y Wustavo Quiroga, los curadores que rastrearon y clasificaron cinco núcleos de la multiversa trayectoria de Churba. “Por un lado la galería reunió una cantidad importante de piezas originales de Alberto, que Sandra ubicó a partir del libro que detalla su trayectoria – Churba. 30 años de diseño (Ediciones Infinito, 2008)”, sostiene Quiroga, y agrega Hillar: “desde hace años Wustavo ha realizado archivos de diseño con miembros del Estudio CH e integrantes de la familia como Federico, Martín (Tramando) y Leticia (Perfectos Dragones). Juntos generamos un mapa simbólico de la producción de Alberto que pudo condensarse por primera vez. Así se verá una compilación tan sólida como potente en la que colaboran MidCentury Buenos Aires y Modernariato Buenos Aires”.

“No se trata sólo de objetos, sino de una visión integral del diseño como lenguaje visual y cultural”, anticipan sobre el inspirador recorrido analítico, que recibe en el Gran Hall del Palacio Errázuriz con las alfombras que exploran el op-art y la geometría blanda, además de la cultura de las tejedoras catamarqueñas, piezas de 16 mil nudos por metro cuadrado reconocidas en el Di Tella en 1964 –mismo año de Julio Le Parc en el premio del Instituto–, y parte del envío argentino al Smithsonian Institute de 1969. La sensibilidad compositiva y paleta cromática que sorprende, además del prodigio técnico, en otros textiles trabajados en frottage, con la impresión por rodillo o el uso de sablones perfeccionadas por Churba, o en los atrevidos estampados de Marimekko.

Esto no les gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
Hoy más que nunca Suscribite

Mientras en Italia los más comprometidos iniciadores de bel design se preguntaban por las implicancias del diseño con inserción y correspondencias sociales en los países emergentes, Churba encontraba una respuesta desde la “obra (que) dialogó con la escena internacional, pero proyectó una modernidad singular desde América del Sur, dejando una marca profunda en el diseño argentino. En lo nacional, su legado es haber modelado una estética moderna, con una mirada sofisticada, artística y accesible a la vez”, destacan los organizadores.

Heterodoxia Churba. En un pasaje del texto de sala Hillar y Quiroga advierten que Churba “impulsó una práctica de diseño y emprendimiento que trascendió su persona, dejando una huella indiscutible en la cultura argentina”. Expanden así esta idea de la Heterodoxia Churba, que desvanece fronteras en sintonía con la etapa heroica fundacional del diseño argentino: “Churba no fue solo un diseñador, sino también un gestor cultural, un emprendedor y un formador de públicos, incluso desde el interiorismo le aportó a la arquitectura moderna el contenido que completó su relevancia. La familia Churba mantiene el adn de diseño, emprendedurismo, producción y comercio. Es un apellido con mucha presencia en Buenos Aires, y en los diferentes ámbitos por los que Alberto transitó de forma pionera”, puntualizan. Y recuerdan que el Estudio CH fue un verdadero epicentro del diseño moderno en el Cono Sur, un centro multidisciplinario con happenings y muestras que integraban arte, diseño y pensamiento, y que además del diseño y venta de productos, se presentaban tendencias internacionales en diálogo anfibio con el Di Tella. No todo el sesenta empolló en la Manzana Loca, a metros de Plaza San Martín y el departamento de Jorge Luis Borges.

Útil y bello, dos veces bueno. Puestos en la disyuntiva de seleccionar dos piezas de Churba para su museo imaginario del gran diseño argentino, los curadores ponen primero el acento en que “en un mapa global donde el diseño ha sido narrado principalmente desde el norte industrial y funcionalista, Churba se inscribe en otra genealogía cercana a Lina Bo Bardi, Gego u Oscar Niemeyer”. Y allí en este modernismo que hace centro en las comunidades y solidaridades se queda Sandra T. Hillar con las “piezas de cristal de Alberto que son una maravilla técnica. El hecho de que Alberto las haya diseñado y producido en vivo con los operarios en los setenta, en la puerta del horno y conjugando los pigmentos que recién dieron su color cuando la pieza se enfrió, es para mí un trabajo de precisión y belleza máximo”. Wustavo Quiroga se sienta en “el sillón Cinta. En 2023-24, cuando fui parte del advisory board por Argentina, de la muestra “Crafting modernity. Design in Latin America 1940-1980” en el MoMa, detectamos que el Cinta –donado al museo neoyorquino en la época que el argentino Emilio Ambasz fue curador entre 1969 y 1976–, no estaba catalogado, y se exhibió por primera vez hace unos meses en Estados Unidos. Por esta razón, le tengo mayor aprecio a este objeto funcional-escultórico”, reconoce.

“El título “Diseño infinito” resume una concepción del diseño como práctica viva, abierta, en constante exploración. Churba no respondía a estilos cerrados ni a modas, sino que desarrolló una lógica propia, rigurosa y experimental, que sigue vigente. Diseño infinito nombra esa proyección sin límites ni agotamientos” rematan al unísono. Expandiendo el maestro Alberto Churba un Exterior que parte de un Interior, en el arte de transformar la cosa útil en una cosa bella.

Alberto Churba: “Los creadores originales son pocos”

M.O.

Alberto Churba es un caso modelo dentro de un momento excepcional del desarrollo cultural e industrial del país. Fruto de una familia inmigrante dedicada a la venta de textiles y de la educación pública en el Teatro Colón, la Escuela Nacional de Bellas Artes Manuel Belgrano, la Prilidiano Pueyrredón y la Escuela Superior Ernesto de la Cárcova; allí donde entre sus docentes se encontraba Julián Althabe, pionero del arte abstracto, y propulsor en cuanto desbordar tradiciones y dogmas con un diseño interdisciplinario local entre artistas, artesanos, técnicos industriales, científicos y filósofos. “A mediados del siglo XX, el diseño empezó a consolidarse como disciplina en Argentina. Aparecieron instituciones como el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires, el Instituto Di Tella y el CIDI –Centro de Investigación del Diseño Industrial–. Ese era mi mundo”, recuerda hoy uno de los fundadores del diseño argentino, y socio del CIDI desde 1966 hasta el cierre en la primera etapa por el gobierno de Isabel Perón en 1974, hoy en los augustos salones del Museo Decorativo, y en su primera retrospectiva con más de cien objetos industriales y obras de arte.

Activo polímata, participó con los curadores en la selección de las piezas y admite sus preferidos, “el sillón Cinta, que se encuentra en el MoMa (Museum of Modern Art) de Nueva York y en el Victoria & Albert –Museum– de Londres; las alfombras artesanales realizadas con Dándolo y Primi; los cristales soplados junto a Cristalería Querandí; los textiles producidos con Alpargatas y Nef-Nelo, y mis obras digitales impresas en Roma. Todos son hitos técnicos y formales que definen un recorrido”, resume destacando que justamente la primera línea de tapicería y lonas para la empresa Alpargatas, fundada en 1885 y que se expandió por toda Latinoamérica, se llamaba “Infinito”, al igual que el nombre de la exposición.

“El diseño es un equilibrio entre funcionalidad, calidad y valor estético. Los materiales imponen exigencias técnicas que hay que resolver con creatividad. En la obra, diseño y material dialogan constantemente, sin jerarquías fijas”, menciona Churba sobre los distintos soportes de estos tesoros argentinos, elegidos entre colecciones privadas por los investigadores. Adelantado interiorista en una estética y ética que revalorice las pertenencias e identidades en la globalización tecnificada, el diseñador rehúsa el término de “diseño argentino”. “No hay un “diseño argentino” en sentido estricto, así como no hay una “pintura argentina”. Muchos diseñadores son en realidad “rediseñadores”, los creadores originales son pocos”, cierra quien retirado desde los noventa, patriarca de tres generaciones de diseñadores –entre ellos León, por más de tres décadas al frente de Gris Dimensión; Federico de Tienda fCH; y Martín, el innovador internacional textil de Tramando–, retornó a sus raíces formativas en pintura y escultura, y creó digital impactantes y geométricas telas en óleo, carbonilla y pastel. Pero sigue dando cátedra: “Buen diseño es cuando se logra un equilibrio perfecto entre funcionalidad, calidad y valor estético. Diseñar no es tan sólo idear un objeto; esa imagen generadora debe materializarse, y no es raro que las exigencias técnicas y los materiales creen conflictos”.