CULTURA
Lilith Fair

El festival de mujeres que la prensa discriminó como "Música para mamás" cumple 25 años

“Lesbopaloza”, fue otro de los nombres que le pusieron con sarcasmo a la iniciativa. Lo real es que el evento resultó un éxito en el que tocaron artistas como Fiona Apple, Tracy Chapman, Missy Elliot y muchísimas otras.

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Festival Lilith Fair | Cedoc Perfil y Agencia Shutterstock

En 1997, mucho antes de que se crearan las consignas “Ni una menos” o “Me too, varias mujeres de la escena musical norteamericana se cansaron de que empresas discográficas y organizadores les pusieran cupos diferentes a los que les ponían a los hombres. Escuchaban que no podía haber “dos chicas que hagan folk” o “dos chicas indies” en una misma firma. En un evento si estaba anunciada Fiona Apple, Sheryl Crow quedaba afuera.

En una entrevista le consultan mucho más acá en el tiempo a la artista Tori Amos sobre lo que ocurría en la escena musical en los '90 y sobre su vínculo con PJ Harvey y Bjork (las tres representaban una especie de alianza de chicas que ganaron cierta fama). La artista le contesta que recuerda con cariño la época, pero que también era restrictiva: “Teníamos que cuidarnos de hacer una música muy diferente a la de la otra, porque cualquier similitud significaba competir en los pocos lugares que había para nosotras”.

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A finales de los noventa la canadiense Sarah McLachlan, se hartó y comenzó a pensar en un evento donde no hubiera tope para las mujeres. En Lilith Fair todas las artistas serían mujeres. “Cuando quería tocar en un evento me decían que ya había otra chica que hacía folk y yo me preguntaba ‘por qué no le cuestionan lo mismo a Nirvana, Pearl Jam y Soundgarden, que hacen todos grunge’”, recordaba la música en un programa televisivo de Canadá.

Con estas experiencias que la mayoría traía en su cabeza, cuando Sarah abrió la convocatoria en 1997 para realizar el primer festival que le pisara los talones al Lollapalooza y que su composición fueran todas mujeres, fueron varias las que dieron el sí. Esto no significaba que no tuvieran miedo, sobre todo, con la prensa cuestionando la iniciativa. “Música para mamás” etiquetaron con malicia algunos periodistas, “Lesbopalooza”, fue otro de los calificativos. “Una completa estupidez”, escribió la crítica musical Gina Arnold, en ese entonces.

El resultado, desde donde se lo mire, fue positivo. Lilith Fair realizó más de 130 paradas de gira en América del Norte, participaron aproximadamente 300 mujeres artistas y asistieron más de 1,5 millones de personas. Recaudaron 52 millones de dólares y 10 millones fueron donados a organizaciones benéficas para mujeres.

Por Lilith pasaron Fiona Apple, Sheryl Crow, Missy Elliot, Erykah Badu, Lhasa de Sela, Nelly Furtado, Tracy Chapman, Christina Aguilera, Lauryn Hill, Sinéad O’Connor y muchísimas más. 

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25 años después de aquel evento Jessica Hopper, autora de Una historia oral de la Feria de Lilith, destacó en diálogo con NPR que las lecciones de Lilith siguen siendo relevantes actualmente: "El espacio seguro es algo que todavía estamos tratando de fomentar y mantener como un ideal: esto se logró tres veranos seguidos con los nombres más importantes de la música y mostró a la gente modelos de posibilidad".


¿Qué pasaba en Argentina con las mujeres y los festivales?

En los primeros años del nacimiento del rock se instauró el monedazo: el público tenía tolerancia cero a cualquier banda que no representara los valores establecidos del rock, si una banda era “diferente” ligaba el monedazo brutal de los espectadores. Le pasó a Virus, le pasó al bandoneonista Juan José Mosalini cuando subió a tocar con Luis Alberto Spinetta en el Luna Park y a las bandas de chicas que tocaban de teloneras de otros artistas más legitimados.

La periodista Romina Zanellato, detalla en su libro Brilla la luz para ellas: Una historia de las mujeres en el rock argentino 1960-2020, varios datos a los que no se había puesto demasiado foco anteriormente. Allí Celsa Mel Gowland, una de las mentoras la Ley de Cupo Femenino en los escenarios, recuerda un episodio de 1989:

“Recuerdo muy bien una nota que hicimos algunas cantantes en el año 89, eran las cinco mujeres que estábamos más en el candelero en ese momento y estaba: Hilda (Lizarazu), Claudia Puyó, María Gabriela (Epumer), Celeste Carballo y yo. Era una nota de mujeres músicas. Y ahí Celeste nos dice: ‘Chicas, no se dan cuenta cómo nos discriminan, no ven que nosotras solamente somos cantantes o coristas, no podemos tocar otros instrumentos’”.

Ya en los noventa la creciente presencia de mujeres en medios como MTV (Bjork, Spice Girls, Gwen Stefani, Alanis Morissette, etc.) empezó a impactar positivamente en algunas cabezas. Fue también en tiempo de Lilith Fair que Pat Pietrafesa de She Devils gestó Belladona, un festival under que se llevó a cabo desde 1997 hasta el 2001. También Erica García creó un espacio de rock para mujeres que se llamó Rosa Rosa y se llevó a cabo en el 2000 en Cemento. 

25 años después de aquellos importantes pasos para ganar lugar, Romina Zanellato, señala a PERFIL: “En los 90, obviamente, no había una consciencia feminista de las desigualdades como la hay ahora, y que hacer cosas solas no era bien visto. Era como ‘negar a los compañeros’”. “En lugar de leerse como la creación de un espacio seguro para fortalecer un circuito de músicas mujeres se leía como una agresión hacia los varones. Ser feminista se consideraba ser anti hombre. Nada que ver con los pactos a los que llegamos ahora. Y eso pasó en Estados Unidos y acá también”, remarca.

En los últimos años el avance de la visibilidad de las mujeres y de personas de LGBTIQ+ tuvo uno de sus hitos en el premio Gardel de oro que recibió Marilina Bertoldi en 2019. La artista se convirtió en la segunda mujer en llevarse ese reconocimiento. La primera había sido Mercedes Sosa 19 años atrás. Todavía queda un largo camino, pero los pasos se están dando.

RB / MCP