En el Suplemento Cultura de Diario PERFIL, ofrecemos cada semana "Narcolepsia - Coordenadas para una aproximación a la poesía", y el elegido de este domingo 7 de febrero es el inglés Geoffrey Hill (1932-2016), con En Memoria de Jane Fraser, extraído de New and Collected Poems, 1952-1992:
Cuando la nieve como un rebaño yacía en el recinto
Y los vientos iban mendigando en cada puerta,
Y las lejanas colinas estaban azules de frío,
Y un helado sudario yacía sobre el páramo,
Ella mantuvo el asedio. Y cada día
La vimos cavilando sobre la muerte
Como un pájaro fuerte sobre su presa.
La habitación se llenó con el aire de la caldera.
Húmedas cortinas pegadas al vidrio
Sellaban el tiempo. Su cuerpo se congeló
Como para congelarnos a todos, encadenando
La creación a un descanso aturdido.
Murió antes de que el mundo pudiera moverse.
En marzo, el hielo desató el arroyo
Y el agua erizó el cabello del sol.
Los conos muertos sobre el aliso temblaron.
GEOFFREY HILL
Geoffrey Hill nació el 18 de junio de 1932 en Bromsgrove, Worcestershire, una antigua ciudad comercial de Inglaterra. Hijo de un agente de policía, recibió su licenciatura y maestría en Keble College, Oxford, donde estudió literatura inglesa.
Su primera colección de poesía, For the Unfallen: Poems 1952-1958, se publicó en 1959, seguida de King Log (1968) y Mercian Hymns (1971), por el que recibió el Alice Hunt Bartlett Prize.
Hill continuó publicando numerosos libros de poesía, incluidos Broken Hierarchies: Poems, 1952–2012 (2013), Odi Barbare (2012), Los huertos de Syon (2002), The Triumph of Love (1998), Canaan (1996) y Tenebrae (1978). La poesía de Hill es conocida por su hermeticidad y erudición, inmersa en giros y referencias históricas, culturales y religiosas. Al respecto, el crítico Harold Bloom escribió: “Geoffrey Hill es el poeta-profeta central de nuestra creciente oscuridad, y hereda la autoridad de los visionarios, desde Dante y Blake a D.H. Lawrence”.
En 2006 se publicó Selected Poems, al que siguió una avalancha de críticas y elogios. Patrick Kurp, al revisar el volumen para Quarterly Conversation, comentó: “Empuja los recursos del inglés –etimología, música, multiplicidad de significados, recursos retóricos– más allá de lo que otros escritores se atreven. Sus poemas pueden ser tan densamente alusivos, multilingües, polilingües, disonantes y radicalmente lúdicos como Finnegans Wake. Muchos poetas despliegan la dificultad superficial para enmascarar el vacío esencial; sin embargo Hill tiene algo que decir que no se puede decir con soltura y, por lo tanto, recompensa a los lectores atentos”.
Murió en Cambridge el 30 de junio de 2016, a los 84 años.