¿Leen solicitadas y cartas públicas los dictadores de izquierda? Si así fuera, el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, y su esposa, la esotérica Rosario Murillo, tienen material para rato. Desde que la fiscalía de su país -en una acción que fue denunciada como otra operación política contra los que se oponen al gobierno nicaragüense- ordenó la captura del escritor Sergio Ramírez por conspirar e incitar al odio, escritores e intelectuales hispanoamericanos alzaron su voz en repudio a la persecución. La Justicia nicaragüense también acusa al Premio Cervantes 2018 –de 79 años y que fue vicepresidente del gobierno que presidió Ortega entre 1985 y 1990- de lavado de dinero. Organizaciones de derechos humanos informan que en Nicaragua hay cientos de presos políticos.
Ramírez, que se halla exiliado en Costa Rica desde junio, reconoció que había pasado días difíciles desde que se conoció la noticia. La semana anterior, el escritor difundió en redes sociales un video en respuesta a la orden de captura, que se viralizó y encendió la alarma de la intelectualidad en América Latina y España. “No es la primera vez que ocurre en mi vida –dijo el autor de Castigo divino-. En el año de 1977 la familia Somoza me acusó por medio de su propia fiscalía, y ante sus propios jueces, de delitos parecidos a los de ahora: terrorismo, asociación ilícita para delinquir, y atentar contra el orden y la paz, cuando yo luchaba contra esa dictadura igual que lucho ahora contra esta otra”. Y agregó: “Nunca me impondrán el silencio”.
A partir de entonces, reconocidas instituciones internacionales como la Real Academia Española, el Instituto Cervantes y PEN Internacional repudiaron la persecución enmascarada de proceso judicial. Autoridades del Gobierno español, como el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, se manifestaron al respecto y ofrecieron apoyo al escritor. Aunque los funcionarios del gobierno argentino aún no se manifestaron sobre el “caso Ramírez”, sí lo hicieron escritores, periodistas e intelectuales del país, que firmaron cartas y solicitadas públicas junto con colegas de América Latina y España.
“La persecución que lleva a cabo el Gobierno de Nicaragua contra el escritor Sergio Ramírez es un atentado a la libertad y un insulto a la inteligencia”, comienza la carta pública firmada por los colombianos William Ospina y Héctor Abad Faciolince, el venezolano Rodrigo Blanco Calderón, la chilena Lina Meruane, los mexicanos Jorge Volpi y Guadalupe Nettel, y los argentinos Claudia Aboaf, Jorge Lanata, Graciela Fernández Meijide, Marcelo Birmajer y Nelson Castro, entre muchos otros. La Comisión Directiva de la Sociedad de Escritoras y Escritores de la Argentina (SEA) también repudió la persecución del Gobierno de Nicaragua a Ramírez.
Este lunes, en el marco de la inauguración del Festival Centroamérica Cuenta, el Nobel de Literatura 2010, el peruano-español Mario Vargas Llosa, se expresó sobre la persecución a su colega nicaragüense. “Acaba de sufrir un atropello escandaloso que ha motivado muchas respuestas en el mundo y creo que tendríamos que rendirle un homenaje –dijo Vargas Llosa-. Él es un magnífico escritor, pero también ha participado de manera muy activa en la vida política de su país y lo ha hecho siempre de la manera moderada, que es la que se asocia más a sus convicciones, a su carácter, a su manera de ser y también a su manera de escribir”.