CULTURA
FERIA DEL LIBRO 2019

Feminismo, desobediencia e historia: Rita Segato inauguró la Feria del Libro

La reconocida antropóloga fue la encargada de dar inicio al evento más importante de la industria editorial local. Es la tercera mujer en inaugurar la feria de forma consecutiva.

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Rita Segato. | Sergio Piemonte

"La gente me saludaba en Buenos Aires y mi hijo Ernesto me dijo: 'mamá un país donde se es célebre solamente por pensar es un gran país'". Así, la antropóloga y referente feminista, Rita Segato, comenzó su discurso en la inauguración de la 45° edición de la Feria del Libro.

Muy esperada y aplaudida, pasadas las 20 -tras el discurso accidentado del secretario de Cultura Pablo Avelluto- en la Sala Borges de La Rural, Segato leyó un texto acerca de las "virtudes de las desobediencias", con referencias al feminismo, al pluralismo, a la lengua española, a Europa y América latina, y al mundo editorial.

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"Nombremos nosotros. La lengua española es numerosa, pero no es hegemónica. No produce un pensamiento teórico destinado a atravesar la gran frontera global desde el sur hasta el norte", dijo, y llamó a que "pensemos desde acá, no deleguemos a que nos piensen el mundo en que vivimos desde afuera".

Reconocida investigadora y estudiosa de la violencia de género, autora de varios libros, es la tercera mujer en inaugurar la feria de forma consecutiva, un guiño al movimiento de mujeres y a las luchas que protagonizaron en los últimos años.

Entre el público la escuchaban las integrantes de la Campaña por el Aborto Legal, con sus pañuelos verdes. Y afuera, quienes no consiguieron entrada, siguieron el discurso en pantalla gigante.

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Segato habló de sus propias desobediencia, como cuando en su infancia se negaba a escribir en la escuela en "modo del tú", y al malestar que le produjo el discurso de Gabriel García Márquez al ganar el Premio Nobel de literatura, acerca de la soledad de América Latina. "Parecía decir que América Latina estaba sola porque Europa no la miraba".

Hizo mención, también, a la situación de la industria editorial nacional, a la destrucción que tuvo en la dictadura y la década del noventa, y a modo de homenaje mencionó algunas editoriales que sobrevivieron "a los peores momentos".

Sobre el final, llamó a construir la propia desobediencia en lo que refiere al feminismo y la lucha de las mujeres. "No confundamos el Ni Una Menos con el Me Too". "Cada movimiento y cada feminismo solo puede ser construido con los elementos de su propia historia".

MS CP