Guido Briscioli presentó Autóctono, un álbum que pone en diálogo la improvisación creativa, el jazz y los sonidos folclóricos de la región. El artista, que comenzó su aprendizaje musical de la mano del blues, contó a PERFIL que el jazz lo conquistó porque le brinda “libertad total y mucho contenido, mucha sustancia”.
Del álbum encabezado por Guido Briscioli en la guitarra, participan Nicolás Sanucci en bajo y Cristian Judurcha en batería. Luego de editar en 2021 el EP “Corazonada”, en este nuevo disco la propuesta pasa por sumar un invitado que plantea un juego diferente en cada pieza.
Franco Luciani (armónica) hace su aporte en el vals “Tres Paisajes”, Martín Sued (bandoneón) propone lo suyo en “Pendular”, Gustavo “Colo” Silva (piano) se suma en “Chaca Rea” y la milonga “Huidiza”, Edi Dimmer (teclados y shyntes) en el huayno “Siete Colores” y por último, Yamile Burich (saxo soprano) hace su aparición en la única pieza no original del disco, la versión libre “Manuelita La Tortuga” de María Elena Walsh.
La búsqueda de Briscioli fue la de ampliar el lenguaje de la música argentina, sus vínculos y posibilidades por medio de la puesta en diálogo con el juego de la improvisación creativa y la libertad del Jazz. “La música no es algo quieto y dogmático, sino que es un campo permeable y en constante transformación, que se mueve, que se ve afectado, influenciado por el tiempo y espacio en que vivimos”, reflexionó el músico.
En Autóctono, Briscioli buscó “revisar los orígenes con mirada nueva para tomar envión hacia adelante con más fuerza y encontrar nuevas perspectivas sonoras que representan hoy, a este grupo, como Músicos Argentinos del Siglo XXI”.
Guido Briscioli: “En medio de este caos la música funciona como meditar”
El músico creció en una casa donde se escuchaba mucha música y un día decidió que escuchar solamente no lo conformaba, quería tocar. “Con mis hermanos tocaba rock y blues, música que sigo escuchando, pero un día me crucé con el primer álbum de Pat Metheny, Bright Size Life, y fue un antes y un después, quería saber cómo lograba hacer lo que hacía”, contó Briscioli. “Ahí había una libertad total y mucho contenido, mucha sustancia”, agregó.
En un contexto nacional y mundial complejo, la pregunta por el rol del arte vuelve a resonar. “Es justamente en medio de este caos que la música funciona como meditar, es un encuentro de algo profundo y que busca transmitir también, en mi caso, por ser música instrumental, sentimientos, un mensaje en otro tipo de lenguaje”, reflexionó.
“Bill Evans cuenta en una entrevista que le preocupaban las guerras, las crisis, etcétera, pero que él no puede resolver todo entonces, se decía, ‘voy a enfocarme en lo que hago y tratar de hacerlo de la mejor manera posible’, y yo confío que eso genera un efecto en los otros”, reflexionó.
Guido Briscioli, compartió escenarios con artistas como Roberto "Caracol" Paviotti, James Suggs, Patán Vidal, Yamile Burich, Sergio Wagner, Baltasar Comotto, Rafael Nasta, Carlos Campos, Alambre González, Cristian Judurcha y Ernesto Snajer, entre otros. Además, a fines de 2018 editó su libro "Del Blues al Jazz y del Jazz al Blues", en el que confluyen su experiencia como docente y músico y una minuciosa investigación en torno a la particular relación que mantienen ambos géneros musicales.
