Por si todavía no lo saben: Juan Gatti es el responsable de modelar gran parte de nuestra imaginación desde 1970 en adelante. Gatti fue el que diseñó las tapas de los discos de Spinetta en Pescado Rabioso e Invisible, Crucis, Billy Bond y la pesada, Pappo, Charly García, Sui Generis, entre otros.
Es decir, todo el rock nacional tomó la imagen y la forma que él les dio. Multifacéticas, experimentales, creativas y variadas las tapas que se exhiben son un testimonio de una mente brillante. Una vez superada la nostalgia que invade a quien las mira, que se recuerda tirado en la cama de un cuarto desentrañando las líneas de color pastel que forman la cara de Charly y Nito en la tapa de Confesiones de invierno, pasado ese momento rock un poco alla Capusotto, el escrutinio estético sobrevive a los años. Porque sin dejar de tener fechas, esas tapas de discos son un muestrario de lo que todo diseñador quisiera ser: inteligente, dúctil y con una marca personal que no compita con el artista al que se brinda.
La historia oculta detrás de tres fotos de colección del rock argentino
En 1978, Juan Gatti se va a vivir a Nueva York y de ahí, directo a Madrid. Llegó en 1980 y abrió un estudio de diseño gráfico y trabajó como director de arte y fotógrafo. Sus clientes fueron grandes nombres de la moda: Lagerfeld, Jesús del Pozo, Chloé, por mencionar algunos. Sin embargo, conocer a Almodóvar fue decisivo. Sobre todo, para la estética del director de cine. En 1988, Gatti inicia esta relación con el diseño de Mujeres al borde de un ataque de nervios. Por lo tanto, se puede decir, sin temor a exagerar, que el Almodóvar que se hace más conocido, el Almodóvar pop, es el que salió de los diseños de él.