La obra móvil más grande de Julio Le Parc se emplaza en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza
Quienes pasen por el aeropuerto se van a encontrar con el “Sol” del artista plástico argentino, una obra compuesta por más de 2.000 piezas de acero y de más de 2.000 kilos. Será la postal para quienes llegan y se van del país.
El Sol de Le Parc en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza |
Gtlza. Prensa Aeropuertos Argentina
Yamil Le Parc, hijo del artista plástico argentino Julio Le Parc, presentó la obra de su padre el “Sol” que desde este viernes 26 de abril se encuentra en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza. Se trata de la obra móvil más grande del artista y la única en dorado. La misma se encuentra a 19 metros de altura en el hall central de la Terminal de Partidas del Aeropuerto. Detrás de ella el enorme ventanal y el paso de la luz hacen que la imagen se transforme de acuerdo al clima.
Yamil Le Parc monitoreando la instalación de la obra de su padre.
Yamil Le Parc junto el "Sol" de su padre.
“Con el arte buscamos aportar placer en un momento de estrés como puede ser el paso por un aeropuerto”, explicó a PERFIL Jorge Rosales, director de asuntos corporativos de Aeropuertos Argentina. “Por acá embarcan 30 mil pasajeros por día, si a eso se suma al menos un acompañante por persona y los 25 empleados de las empresas que trabajan en el aeropuerto, se compone una pequeña ciudad y por eso una obra como esta cobra sentido”, agregó Sebastián Villar Guarino, gerente general de la unidad de negocios del aeropuerto.
Mediante videollamada, Julio Le Parc fue testigo de la colocación de su obra.
La obra “Sol” fue creada especialmente por el artista (realizada durante 2023) como homenaje visual a la bandera argentina. Mide 10 metros de diámetro, está armada con 2913 piezas de acero inoxidable espejado dorado (comprado en Japón) y pesa 2100 kilos.
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El proyecto de sumar una obra del artista comenzó en 2019, pero por la pandemia, la espera de que se terminara de construir la nueva terminal de partidas y luego las elecciones nacionales, la concreción se hizo esperar. Ahora quien lo desee puede visitar el Sol de Le Parc y sus juegos lumínicos cuando el sol asoma.
Yamil Le Parc tenía mucha ilusión con la presentación de la obra de su padre, ya que, aunque nació en Paris, Argentina es su lugar en el mundo. Julio Le Parc tiene 95 años y vive en Francia. No pudo viajar por cuestiones de salud, pero su hijo aseguró: “Mi padre sigue dibujando, se levanta y se coloca su delantal y trabaja; es de una cepa argentina de mucho trabajo y esfuerzo y por eso a sus 95 años tiene la fortaleza que tiene”.
La Nueva Terminal de Partidas, que opera desde abril pasado, tiene 50.000 metros cuadrados y su diseño arquitectónico incluye una estructura edilicia dentro de otra con la forma de un zeppelin gigante a la altura del primer piso, por el que los pasajeros acceden al área de controles de seguridad y migraciones, al área comercial y a los sectores de pre-embarque. Este es un espacio 190 metros de largo dentro de la terminal, contenido por una estructura metálica de 950 toneladas en forma de red que está revestida por más de 2100 vidrios laminados templados, que permiten el contacto con el exterior y el ingreso de luz natural.
El arte de Julio Le Parc
Julio Le Parc es una de las figuras más reconocidas en el campo de la investigación y las artes visuales experimentales centradas en el pop-art moderno y el arte cinético, cuya influencia se extiende desde mediados del siglo XX hasta la actualidad. Estudió en la Escuela Nacional de Bellas Artes de Argentina, donde inició su interés por las relaciones entre luz y forma. Inmerso en el entorno radical de los movimientos estudiantiles de su país natal, entre 1955 y 1958 fue partícipe de las ocupaciones en la Academia de Bellas Artes y en las reformulaciones de sus planes de estudio, orientándose por las propuestas de artistas de vanguardia como el movimiento Arte-Concreto-Invención y donde conoció al influyente crítico de arte Jorge Romero Brest.
En 1958 viajó a París tras recibir una beca del Servicio Cultural Francés, donde conoció a artistas como Victor Vasarely y otros importantes representantes del arte cinético. Allí incorporó una perpectiva crítica del arte la necesidad de democratizarlo. De esa motivación nacen las prácticas colectivas del Groupe de Recherche d’Art Visuel (GRAV), del cual fue miembro fundador; guiado por un rechazo de la posición del arte en el capitalismo. El colectivo enfatizaba la anonimidad y la participación de los espectadores a través de la aplicación de técnicas industriales, mecánicas y cinéticas por igual.
Posteriormente, participó en el Atelier Populaire de Francia durante mayo de 1968 y en diversas publicaciones radicales de vanguardia, afianzando su producción, siempre cercana al cientismo, en un compromiso social y político que concibe a los espectadores ya no solo como participantes en la obra, sino como co-autores.
A lo largo de su vida recibió importantes premios como el de la Bienal de Venecia en 1967. También fue nombrado Officier des Art et des Lettres por André Malraux en 1968 y condecorado con la legión de honor por el gobierno francés de Emanuel Macron en 2019. Actualmente vive y trabaja en París, Francia.
