CULTURA
Muestra

La revolución de los tipos móviles

Todos hemos oído hablar de la revolución de la imprenta, pero pocos somos capaces de asegurar cómo, de qué manera, con qué elementos, por qué razones y con qué consecuencias esa revolución fue efectivamente posible. La exposición “Printing R-Evolution 1450-1500”, lo que a fin de cuentas logra es hacer visible un cambio de época.

Printing R-Evolution 1450-1500: La revolución de la imprenta. Cincuenta años que cambiaron el mundo.
Printing R-Evolution 1450-1500: La revolución de la imprenta. Cincuenta años que cambiaron el mundo. | Cedoc

El alfabeto es, sin dudas, el descubrimiento más genial, ya que logra, con una cantidad reducida de caracteres, el infinito de la escritura. Fue inventado hace más de treinta y cuatro siglos y sigue deslumbrando por esa capacidad extraordinaria de combinar economía de recursos, simplicidad y extraordinario potencial de expansión. La idea ocurrió en Tierra de Canaán, según hay acuerdo entre historiadores, arqueólogos, lingüistas, filólogos, y demás estudiosos del tema. La tesis más difundida indica que, fue la necesidad de simplificar la escritura jeroglífica del Egipto y la cuneiforme –que era tradicional en el Valle del Tigris y el Éufrates–, por parte de los comerciantes cananeos, lo que impulsó el diseño del alfabeto. Recordemos que la escritura, inventada por los sumerios en el 3100 a.C., empezó con la palabra dibujada: se hacían representaciones gráficas de las cosas que se hablaban para luego adoptar los símbolos comunes simplificados que las indicaban. La jeroglífica y la cuneiforme son sistemas de escrituras de tipo simbólico.

El tráfico comercial fue la principal razón de este invento, ya que este tipo de escritura no era práctica y acarreaba pérdidas económicas. La respuesta que hallaron fue muy simple: descubrieron, que necesitaban tan sólo veintidós símbolos o signos para todas las palabras que requerían, haciendo repetir el símbolo, cada vez que un determinado sonido apareciese. De esta manera, inventaron la escritura para siempre. 

Si bien pasó mucho tiempo entre este hallazgo del abecedario y la construcción de una prensa para imprimir con tipos móviles, comparten el común impulso de revolucionarios. Porque hasta el siglo XV, los monjes eran los responsables de las únicas fuentes escritas de peso en la sociedad: el feudalismo les había otorgado el monopolio de la difusión y la reproducción del conocimiento. Eran los que llevaban a la escritura, la “agenda” de la Iglesia Católica y ahí se tomaban las decisiones de qué iba y qué no. Con la invención de Johannes Gutenberg, en Alemania, en 1450, en poco tiempo, el trabajo de copista se amplió y aparecieron las imprentas y la expansión de las publicaciones, la circulación y el consumo fue extraordinario. 

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Mientras que los monjes tenían el poder de controlar los escritos en toda Europa, los índices de alfabetización eran ínfimos. Una vez que el copiado de libros pasó a ser realizado por las imprentas, éstas se regían por los temas que más se solicitaban e imprimían por encargo. Una vez superada la censura previa, había libertad para imprimir libros de distintas temáticas, y este círculo se fue abriendo con el paso de los años. Por consiguiente, la Iglesia y las monarquías absolutas perdieron el poder de controlar absolutamente todo lo que se imprimía, la difusión de ideas contrarias al feudalismo y a la religión establecida corrieron por toda Europa.

Imprenta. La obra maestra de la primera imprenta de Gutenberg en Maguncia fue la Biblia de 42 líneas.
Imprenta. La obra maestra de la primera imprenta de Gutenberg en Maguncia fue la Biblia de 42 líneas.

En esos cincuenta años, sobre todo, está focalizada la muestra Printing R-Evolution 1450-1500: La revolución de la imprenta. Cincuenta años que cambiaron el mundo, curada por Cristina Dondi, profesora de la Universidad de Oxford y directora del 15cBooktrade Project. El montaje incluye una sección argentina que cuenta con el asesoramiento y la investigación de Roberto Casazza, de la Biblioteca Nacional Mariano Moreno, y la curaduría de Ana Mosqueda, directora editorial de Ampersand. Inaugurada en el Museo Correr y la Biblioteca Nacional Marciana de la ciudad de Venecia en 2018, Printing R-Evolution consiste en una serie de videos que incluyen imágenes digitales de bibliotecas europeas y estadounidenses, infografías, mapas y gráficos animados. De esta manera, los visitantes pueden acceder a miles de datos sobre el uso de libros que es una investigación constante de la red internacional del proyecto 15cBooktrade.

La otra correspondencia entre la posibilidad de escritura tal y como la conocemos hasta hoy y la ocasión de imprimir puede ser pensada desde la perspectiva de Peter Burke en el nudo central de su obra Historia Social del Conocimiento. De Gutenberg a Diderot, que trata “La venta del conocimiento: el mercado y la imprenta”. Para el historiador que trabaja conceptos de la sociología del conocimiento al campo histórico y parte de la actualidad para intervenir en discusiones sobre mercantilización del conocimiento, se pregunta por la “novedad” excesiva que algunos economistas y sociólogos han dado a esta época. Trabaja pormenorizadamente, en el marco temporal de su libro, el tema de la producción del conocimiento económicamente rentable y su relación con el auge de la sociedad consumista del siglo XVIII. Le interesan las preocupaciones por la propiedad intelectual, el espionaje industrial, las diputas por plagios, y la tendencia cada vez más creciente que hubo durante los siglos XVII y XVIII en que el conocimiento académico se convirtiera en mercancía. La imprenta es la parte central del capítulo y todo lo que implicó sobre la venta de conocimiento. Analiza tres casos: Venecia en siglo XVI, Amsterdam en el siglo XVII y Londres en el siglo XVIII. Por lo tanto, el imperativo económico es central en ambos momentos de cambios radicales en la historia de la escritura y su difusión. 

Por otra parte, Burke concluye con un estudio comparativo entre Oriente y Occidente, como hace con frecuencia en varias partes de su obra. En China y en Japón, desde el siglo VII se practicaba la impresión, pero el método empleado era “impresión en bloque” que era apropiado para culturas que empleaban miles de ideogramas y no un alfabeto de veinte a treinta letras. Probablemente por esta razón fueron tan escasas las consecuencias de la invención china de tipos móviles en el siglo XI. Sin embargo, a comienzos del siglo XV, los coreanos inventaron una forma de tipo móvil de “pasmosa similitud con la de Gutenberg”, como dijo el estudioso francés Henri Jean Martin. El invento occidental bien pudo haber estado estimulado por las noticias de lo que había ocurrido en Oriente, pero es una hipótesis. 

La práctica de la impresión se difundió por toda Europa gracias a la diáspora de los impresores alemanes. Hacia 1500, las imprentas se habían establecido en más de doscientos cincuenta lugares de Europa (ochenta en Italia, cincuenta y dos en Alemania y cuarenta y tres en Francia). Los impresores llegaron a Basilea en 1466, a Roma en 1467, a París y Pilsen en 1468, a Venecia en 1469, a Lovaina, Cracovia y Buda en 1473, a Westminster (que no debe confundirse con la ciudad de Londres) en 1476 y Praga en 1477. En total, hacia 1500 estas imprentas produjeron alrededor de 27 mil ediciones, lo que significa, suponiendo una tirada media de quinientos ejemplares por edición, que en una Europa de unos cien millones de habitantes circulaban en esos días alrededor de trece millones de libros. De esos libros, aproximadamente dos millones se produjeron sólo en Venecia; otro importante centro editor era París, que en 1500 contaba con ciento ochenta y un talleres.

En este sentido, además de la exhibición de incunables, la muestra reconstruye la circulación en el territorio argentino de aquellos primeros libros impresos. Aparece el concepto de incunable americano que refiere a las primeras obras que se imprimieron en América. Si bien en México hay impresiones del siglo XVI, la llegada de la imprenta al territorio del Virreinato del Río de la Plata fue más tardía. Por lo tanto, hay libros que tienen esa categoría de incunable, es decir en los inicios de la imprenta, con fecha muy posterior a su invención, en siglo XVIII, por ejemplo.

La obra maestra de la primera imprenta de Gutenberg en Maguncia fue la Biblia de 42 líneas, así llamada por el número de renglones a dos columnas que componían las 1.286 bellas páginas de la obra, impresa en dos volúmenes a tamaño folio. Gutenberg quería demostrar que mediante la imprenta podía elaborarse un libro tan hermoso y perfecto como los más soberbios manuscritos de la época, con la diferencia de que podían realizarse doscientas copias iguales, que fue la tirada que se hizo. Se tardó alrededor de tres años en imprimirla, y se cree que se emplearon cuatro prensas funcionando simultáneamente, seis tipógrafos y una docena de prenseros.

Una de las cuales está en el tesoro de la Bibiloteca Nacional Mariano Moreno con la siguiente descripción: Biblia latina, 42 líneas [fragmento], Maguncia: Johannes Gutenberg y Johannes Fust, ca. 1454-1455. Folio. ISTC ib00526000. Junto con valiosísimas obras como Antonino (arzobispo de Florencia, santo), De censuris ecclesiasticis: sive de sponsalibus et matrimonio. Tractatus notabilis de excommunicationibus suspensionibus interdictis irregularitatibus et penis, Venecia: Johannes de Colonia, 23 de septiembre de 1474. 4º. ISTC ia00776000 y Agustín de Hipona, De civitate Dei, Venecia: Bonetus Locatellus, Octavianus Scotus, 5 de febrero de 1486/87. 4º. ISTC ia01238000, entre otras que vale la pena una visita. 

 

Quienes lo hicieron

La exposición fue diseñada por la arquitecta Giorgia Voltan; el diseño gráfico estuvo a cargo del Studio Girardi; la realización de los videos, de Studio Visuale, todos de la ciudad de Venecia. Por otro lado, el montaje fue realizado por el equipo de Muntref, junto con Estudio Lepes y Fuerzas animales. En el marco de la muestra se publicará un catálogo a cargo de Ampersand, en versión bilingüe, titulado Printing R-Evolution, 1450-1500: La revolución de la imprenta. Cincuenta años que cambiaron el mundo, editado y prologado por Cristina Dondi, con traducción y prefacio de Ana Mosqueda, y textos de Roberto Casazza para la sección argentina.

 

* Printing R-Evolution 1450-1500: La revolución de la imprenta. Cincuenta años que cambiaron el mundo. Podrá visitarse desde el 7 de diciembre en Muntref, Centro de Arte Contemporáneo Sede Hotel de Inmigrantes. Av. Antártida Argentina s/n, entre Dirección Nacional de Migraciones y Buquebus. Ingreso por Apostadero Naval. Puerto Madero, CABA.