La catedral de sal de Zipaquirá registra más de 50.000 visitantes cada mes entre turistas y colombianos.
Una monumental obra construida por los mineros que trabajaban allí.
Este gran complejo se encuentra en el pueblo de Zipaquirá, capital del departamento de Cundinamarca a pocos kilómetros de Bogotá.
A lo largo de la galería de acceso se encuentran las estaciones del Viacrucis, un recorrido que hace memoria del Camino al Górgota de Jesucristo con su Cruz
El universo fantasmal de esta mina de sal subterránea te atrapa apenas te internas en ella y comienzas recorrido. Desde la luz del día, a la oscuridad de subsuelo, poco a poco una luz fluorescente inunda las paredes de la Catedral de Sal de Zipaquirá.
Situada a 2.652 metros sobre el nivel del mar y dentro de las entrañas de la montaña de Zipa que lleva el nombre que ostentaban los máximos gobernantes de la Confederación Muisca.
Para realizar la catedral y el Vía Crucis, a 180 metros bajo el nivel de la entrada, hubo que remover aproximadamente 250.000 toneladas de roca de sal.
La mina tiene 800 metros de profundidad, con una gigantesca cámara, espejos de agua, una cascada de sal y una fuente para dejar tu moneda y un deseo.
Y no falta la capilla, en este caso con una cúpula de roca que pesa más de 1,000 kilos y donde se representa a la Tierra.
En ese lugar también se puede ver una enorme roca de sal de una tonelada y media en forma de cristal facetado con forma de corazón tallada por un minero en la década de los años 60.
Fuente Agencia Afp.