CULTURA
hallazgo

Libro medieval manuscrito, un extraordinario tesoro del arte en Orleans, Francia

La Mediateca de Orleans, Francia, que conserva varios libros de horas (manuscrito ilustrado conocido como horarium), al menos seis manuscritos y una decena de obras impresas, realizará hoy la presentación de un tesoro recién adquirido: el Manuscrito 2626, un “libro de horas iluminado para su uso en Orleans”, así su nombre. La entidad había pagado 140 mil euros por la obra en julio del año pasado.

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Iluminados. La obra en sí, realizada sobre pergamino, contiene 171 folios, se encuentra encuadernada desde el siglo XIX. La Mediateca la digitalizó por completo y está disponible online en mediatheques.orleans-metropole.fr. | cedoc

Un libro de horas (conocido como horarium) es un manuscrito iluminado (ilustrado en sus márgenes), muy común en la Edad Media. Cada libro de horas resulta único porque se realizaba un solo ejemplar para una determinada persona (en general perteneciente a la nobleza). Los textos involucran rezos y salmos, y en ellos abundan iluminaciones alusivas a la liturgia cristiana.

Esta colección de textos religiosos destinados a católicos laicos apareció a finales del siglo XIII y se utilizó ampliamente durante el siglo XV, primero en forma manuscrita y luego también impresa, a partir del uso de la invención de Johannes Gutenberg en 1450. Trabajo normal para la época, los artistas mostraban en su composición y elección de textos ciertos estereotipos, también reiteraciones. 

El cuidado dado a la forma varía mucho y refleja los medios disponibles tanto como la atención prestada por el propietario del objeto. En efecto, al estar la obra destinada a la práctica privada habitual, suele ser personalizada, más aún cuando la copia es un manuscrito iluminado. En la creación de libros de horas participaron renombrados iluminadores, algunos de los cuales llevaron a cabo obras de arte y ya son famosos reconocidos por los historiadores del arte.

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En este sentido, la Mediateca de Orleans, Francia, conserva varios libros de horas, al menos seis manuscritos y una decena de obras impresas, y hoy mismo realiza la presentación de un tesoro recién adquirido: el Manuscrito 2626, un “libro de horas iluminado para su uso en Orleans”, así su nombre. El mismo fue adquirido de una colección privada y la misma institución detalla su interés (compartido por el Ministerio de Cultura francés), en tres tópicos generales: “Su carácter local: la expresión para uso de Orleans significa que el texto presenta variantes que atestiguan una procedencia local. En el caso de nuestro manuscrito, este anclaje queda demostrado en particular por la mención de la liberación de Orliens (9 de mayo) en el calendario. Los libros de horas utilizados en Orleans son raros. Hasta ahora, la colección de la Mediateca de Orleans solo incluía libros de horas impresos para su uso en Orleans, pero ningún manuscrito”.

“Su carácter artístico: la obra, iluminada en su totalidad, incluye un gran número de miniaturas y todas las cenefas están ricamente decoradas. Las miniaturas se han atribuido a los talleres de François Barbier (París, c. 1460-1490) y del Maître de la Chronique scandaleuse -Maestro de la Crónica Escandalosa-, (París, c. 1480-1510), ambos reconocidos por la calidad de sus trabajos”.

“Su carácter único y sus perspectivas de estudio: el manuscrito no es conocido por los científicos y esconde algunos misterios. Uno de los artistas iluminadores y el supuesto patrocinador aún no han sido identificados. La iconografía, en particular las figuras de las cenefas, merece ser estudiada”.

La obra en sí, realizada sobre pergamino, contiene 171 folios, o 342 páginas, se encuentra encuadernada desde el siglo XIX y conservada de manera tal que son aún visibles los brillos de las tintas, más aún los pigmentos metálicos, vale decir, sobrevive casi intacta desde su confección, hace 544 años. La Mediateca de Orleans la digitalizó por completo y está disponible online en: mediatheques.orleans-metropole.fr.

La adquisición se realizó en julio del año pasado, mientras ya habían detectado el libro desde 2016 tanto Christine Perrichon, conservadora y directora de la Mediateca de Orleans, como Ariane Bouchard, responsable de las colecciones patrimoniales de la red. Finalmente, Orleans pagó 140.000 euros por la obra. Afirma Perrichon: “Y esto es un acontecimiento en sí mismo. ¡No hemos adquirido un manuscrito medieval desde 1970! Simplemente porque los manuscritos medievales son raros y caros. Finalmente, todo es relativo: el año pasado, se vendió una página original de Hergé por 165.000 euros. ¡Aquí, por menos, tenemos el libro completo!”.

Un detalle llamativo: en este libro la fecha de la liberación de Orleans se adjudica al 9 de mayo, cuando históricamente se adjudica al 8 de mayo de 1429, bajo el liderazgo espiritual de la virgen conocida como Juana de Arco, quemada en la hoguera por el invasor inglés, luego de un juicio inquisidor falsario, durante la Guerra de los Cien Años.

Y aquí un excursus indispensable, acaso parábola del arte. Si Juana de Arco es una heroína santa de la historia francesa, no menos importante es la versión cinematográfica sobre su juicio infame. Realizada en 1928 por el cineasta y guionista danés Carl Dreyer, La pasión de Juana de Arco es onsiderada una de las películas más importantes del cine mudo y de la historia de este arte. En ella destaca la actuación de Maria Falconetti, que influirá hasta hoy en toda su expansión expresiva. Es más, podemos decir que al primer plano le adhirió un valor emocional acaso inimitable.

La austeridad escenográfica, un set de cemento que evoca geometrías expresionistas, se suma a la actuación donde las tensiones expresivas siguen la línea de Falconetti, y es más, uno de los actores fue el poeta Antonin Artaud. La aparición del surrealismo no es casual, porque el vestuario de los personajes, la estética del despojo que casi evoca la desnudez de las paredes que hacen de prisión, tienen como artista a una mujer de dicho movimiento, la pintora e ilustradora Valentine Hugo.

Casada con el bisnieto de Victor Hugo, fue amiga de Jean Cocteau, Picasso y Dalí, a quienes retrató, pero su reconocimiento fue como ilustradora de libros del conde de Lautréamont, Arthur Rimbaud y Paul Éluard. Una continuadora del género iluminación del libro de Orleans.