Una vez más, la violencia podría decir presente de un modo absolutamente previsible y evitable en el fútbol argentino de confirmarse los fuertes rumores que indican que el domingo, en ocasión de protagonizar Boca y River en La Bombonera una nueva edición del Superclásico, se produciría un nuevo choque entre los dos bandos en pugna por el control de la barra brava riverplatense.
Se trata del sector "oficial" y el grupo disidente conocido como "La Banda del Oeste", que increíblemente habría conseguido hacerse de un buen número de entradas pese a que, de acuerdo con lo dispuesto habitualmente por Boca para el público visitante, sólo 2.700 hinchas de River podrán ocupar un lugar en la tercera bandeja de La Bombonera.
Esas localidades teóricamente se habrían expendido y agotado a través del sistema de venta telefónica, pero, según pudo averiguar Perfil.com, el grupo "del Oeste" estaría en posesión de varias de ellas gracias a la "mano negra" de un dirigente del club aparentemente vinculado al oficialismo, pero que en su afán por desplazar a José María Aguilar de la presidencia estaría intentando desestabilizarlo.
Para ello, este personaje de la política riverplatense habría estado reclutando en los últimos tiempos a miembros de la hinchada de Almirante Brown que, al parecer, participaron también de las últimas movilizaciones en contra de los reclamos del campo organizadas por Luis D'Elía, fuertemente vinculado al club de La Matanza por ser ese su lugar de residencia y por tener a su hermano Ariel trabajando allí como técnico de divisiones inferiores.
Esos hinchas contratados habrían pasado a engrosar a "La Banda del Oeste", que así y todo no ha podido hasta ahora desplazar del centro de la popular "millonaria" al sector que desde el asesinato de Gonzalo Acro maneja la barra de River.
Es vox pópuli en Núñez que ese sector "oficial" seguiría contando con el respaldo de Aguilar y otros referentes del oficialismo riverplatense, lo que además de brindarles la logística y la protección necesarias para dominar la tribuna les permitiría estar muy al tanto de los movimientos de sus rivales, anticipárseles y propinarles serias palizas como la que les dieron en Vélez antes de River-Arsenal.
Eso mismo es lo que se teme que ocurra en el estadio de Boca, ya que los barras oficialistas estarían preparando una emboscada de proporciones contra los "del Oeste", con la idea de hacerlos desistir definitivamente de su propósito de copar el centro de la popular.
A tal punto llega la situación que, según se pudo saber, gente de River ya advirtió a la Subsecretaría de Seguridad en Espectáculos Futbolísticos, que conduce el ex árbitro Javier Castrilli, acerca de este inminente peligro que encierra el Superclásico del domingo, para el que la Policía dispuso la presencia de un número posiblemente récord de 1.100 efectivos. ¿Servirán para algo esta vez?