El ADN copero de Boca o el jogo bonito de Fluminense. La final de la Copa Libertadores 2023 de hoy en el legendario Maracaná enfrenta la obsesión xeneize por alcanzar la hegemonía histórica del torneo contra la ilusión de un gigante sin corona. Todo un cóctel perfecto para un buen partido de fútbol sin un candidato favorito.
El Xeneize disputará su duodécima final de Libertadores y persigue con desespero el séptimo título tras los seis que ganó. De conquistar la séptima, Boca igualará a Independiente como el máximo ganador del principal torneo de clubes de la Conmebol.
El Fluzão, uno de los grandes de Río de Janeiro y de Brasil, nunca levantó el trofeo de la Libertadores. Lo más cerca que estuvo el Tricolor carioca del barrio de Laranjeiras fue en 2008, en su primera presencia en una final, cuando perdió en el Maracaná en definición por penales con Liga de Quito.
El ensayo de ayer fue en el predio Moacyr Barbosa, del Vasco da Gama. Allí, el DT Jorge Almirón definió que repetirá 10 jugadores del equipo que en semifinales eliminó a Palmeiras con la salvedad de que no estará el capitán Marcos Rojo, quien fue expulsado y dejará su lugar a Valentini, una de las grandes esperanzas de Boca.
Una novedad importante que fue la presencia de Darío Benedetto, totalmente recuperado de una contractura en el aductor izquierdo.
Otro de los jugadores que estaba “tocado” físicamente, el juvenil Valentín Barco, completó su segundo día consecutivo de entrenamientos al mismo ritmo que sus compañeros y se mostró distendido.