Definitivamente, el inicio del nuevo torneo Clausura no deparó demasiadas sorpresas en cuanto a los episodios de violencia en el fútbol. Aunque tan sólo se lleva disputada una fecha del campeonato, los enfrentamientos entre barrabravas y las amenazas de muerte a planteles y dirigentes parecen estar convirtiéndose en moneda corriente.
Esta vez le tocó al presidente Banfield, Carlos Portell, quien recibió una dura "apretada" de la barra brava del club. Las amenazas de los hinchas se habrían producido por la negativa del dirigente de ceder entradas para el clásico de hoy ante Lanús.
Los "barras" también estarían furiosos porque Portell optó por no colaborar con ellos cuando le pidieron plata para viajar a Paraguay, donde el equipo de Patricio Hernández debutará en la Copa Libertadores, frente a Libertad.
Días atrás, algo similar había sucedido en Quilmes, otro de los clubes del sur del conurbano bonaerense y que está muy comprometido con el promedio del descenso.
Un grupo de hinchas del "cervecero" reclamaron entradas para los partidos de visitante y dinero para los viajes. Dejaron un mensaje en la pared que decía "Queremos plata o entradas o los choriamos" y rompieron vidrios de la sede del club..