Cuando el TC disputó el 11 de diciembre en Buenos Aires la última fecha del certamen de 2011, el Gobierno nacional ya tenía tomada la decisión de quitarle al Grupo Clarín las transmisiones de la categoría más popular del país. No obstante, el anuncio se demoró por la muerte del talentoso piloto Guido Falaschi, de apenas 22 años, un mes antes, en la carrera de Balcarce. La negligencia de la organización del TC, entre otras cosas, trajo como resultado el accidente que luego causó la muerte del piloto santafesino, cuyos padres, en medio de amenazas, aún esperan saber de manera fehaciente qué sucedió con su hijo. Anunciar la estatización en medio de la conmoción hubiese sido desafortunado. La cuestión volvió a demorarse cuando la presidenta Cristina Fernández de Kirchner debió operarse, en enero. Entonces, la noticia recién se hará oficial mañana por la tarde, cuando se haga el anuncio formal del acuerdo.
“Queremos que todos los argentinos vean deporte de manera gratuita”, sostuvo Cristina en 2010, cuando presenció en Banfield la inauguración del taller del JP Racing, un poderoso equipo de TC y TC2000. “El TC tiene que ser para todos, como el fútbol, porque forma parte de la cultura e identidad de los argentinos”, opinó hace cuatro meses el ministro del Interior, Florencio Randazzo, que por medio de la Agencia Nacional de Seguridad Vial apoya al TC desde hace dos años.