DEPORTES
ENTREVISTA A LA NICA MUJER QUE DIRIGE UN EQUIPO DE FTBOL MASCULINO

Charla técnica entre pizarrones y tacos altos

Linda Isabel Cedeño tiene 26 años y desde el 1º de septiembre es la entrenadora de un equipo profesional de fútbol masculino de México: Gallos Blancos de Izcalli, de la Segunda División. Cuenta que sus jugadores se sorprendieron cuando la presentaros pero que hoy la respetan. Esta mujer, que admira a Carlos Bianchi, tiene un sueño: dirigir un equipo de Primera. Galería de fotos

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A LO MENOTTI. Durante los partidos, Linda no suele levantarse demasiado del banco de suplentes para dar indicaciones. | Cedoc

Temblorosa, ella se acercó a los profesores que organizaban la competencia en el colegio, y les preguntó si podía participar. Los profesores, azorados, se miraron. Después de una deliberación breve, concluyeron que no había trabas reglamentarias, y accedieron a que ella participara. La competencia consistía en dominar una pelota sin que se cayera al suelo y, naturalmente, ganaba el participante que dominara más. “Cuando me tocó –rememora ella– todos los hombres se burlaron de mí.” Pero ella, que ese mismo 4 de septiembre de 1998 cumplía 18 años, golpeó más de 1.000 veces la pelota sin que se le cayera. Y ganó.


Ella se llama Linda Isabel Cedeño, y hoy es la única mujer en el mundo que dirige un equipo de fútbol masculino. Mexicana, nacida en 1980, está a cargo desde el 1º de septiembre de los Gallos Blancos de Izcalli, un equipo de la Segunda División de México. “Tengo la curiosidad de saber si soy la primera mujer que dirige un equipo de hombres, pero no lo sé”, reconoce durante la entrevista telefónica con PERFIL.


—¿Siempre quisiste hacerte cargo de un equipo de fútbol masculino?
—Sí, siempre quise dedicarme a esto, y estoy preparada para hacerlo. Nunca dudé de mi capacidad. Cuando me propusieron este trabajo, me pregunté: “¿Por qué no, si es un trabajo?”. Me sorprendió, pero era una oportunidad que esperaba. Ya había dirigido equipos femeninos, pero soñaba con esto.

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—¿Y cómo fue la presentación con los jugadores?
—Algunos se sorprendieron, se los noté en la cara. Pero en los primeros días les hice ver que no hay diferencias entre un hombre y una mujer. Les comenté que tengo las bases teóricas para dirigirlos. Y ellos creen en mí.


—¿Y la prensa cómo te trató?
—En los primeros días mi llegada era vista como algo inédito. Había mucha curiosidad. Por eso decidí que el equipo se entrenara a puertas cerradas, para que mis jugadores no se distrajeran con la prensa.


—¿Qué diferencias ves entre el fútbol femenino y el masculino?
—Futbolísticamente no hay. Sí, quizás, en el trato. Las mujeres son más sensibles. Con los hombres el trato debe ser más fuerte.


—¿Y ese trato más fuerte incluye gritos o retos?
—No soy de gritar, pero sí, alguna vez me ha tocado levantarles la voz. Y los jugadores me respetan.


—¿Y cuando estás con ellos en el vestuario?
—Es todo bastante normal. En el vestuario, además, hay un apartado en que los jugadores se cambian y se bañan. Y no tengo por qué entrar ahí.


—¿Las hinchadas rivales se burlan de vos?
—No. Aunque hubo un partido en el que la afición rival me mandó... me mandó lejos. Y se acordaron de mi madre. Pero el fútbol es así, ¿no?


La vocación de Linda por la dirección técnica no es reciente. Por el contrario, el rastreo de esa vocación se remonta a su niñez. “Me gusta desde niña. Pero como en México el fútbol femenino no es profesional, me preparé para dirigir en la ENDIT (Escuela Nacional de Directores Técnicos de México) e hice una licenciatura en entrenamiento deportivo.


—¿Te discriminaron mientras hacías esos cursos?
—En clase éramos dos mujeres y... siempre hay discriminación. En las prácticas en la cancha no me pasaban el balón... “Físicamente no voy a ganarles –me arengaba– pero sí intelectualmente.”


—¿Qué te decía tu familia?
—Hoy me apoya, aunque a nadie de mi familia le gusta el fútbol. Y cuando era niña, a mis padres les fastidiaba que viera partidos. “Qué raro que te guste el fútbol y no las telenovelas o las caricaturas”, me decían. Yo no les hacía caso.

Hablemos de fútbol. Ningún entrenador que se precie esquivaría una charla futbolera. Y Linda no es la excepción. “Mi sistema táctico favorito es el 3-5-2. Hay más equilibrio en el centro del campo.


—La Volpe, hoy en Boca, trabajó 27 años en México. ¿Es un referente?
—Bueno, eh... El señor La Volpe tiene experiencia, y usa variantes interesantes. Es un buen director técnico.


—¿Hay algún entrenador con el que te identifiques?
—Con ninguno. Trato de seguir mi propia línea. Aunque me gusta, por citar un argentino, Carlos Bianchi, que es un señor con personalidad. Sus logros son muy difíciles de conseguir. Y los resultados son los que hablan.


—¿Cuál es tu sueño dentro del fútbol?
—Mantenerme en este medio profesional, conseguir resultados, escalar a otras divisiones.


—¿La Primera División incluida?
—Todo director técnico, con elevadas expectativas, sueña con dirigir en Primera División. Y yo estoy dentro de ese grupo.


Un presidente con antecedentes
Gallos Blancos de Izcalli es un equipo mexicano que juega en la Segunda División (como la C de la Argentina), compuesta de sucursales de equipos de Primera. Gallos Blancos de Izcalli es la de los Gallos Blancos de Querétaro. Por eso, el plantel está formado por jugadores de entre 18 y 21 años. Con Linda Cedeño, el equipo ganó tres partidos, perdió otros tantos y empató uno.


El dueño y presidente de Gallos Blancos de Izcalli es Mauricio Ruiz. “Contraté a Linda –le cuenta Ruiz a PERFIL– porque había egresado con honores en la escuela de entrenadores.” Ruiz niega que su contratación responda a una estrategia de mercadotecnia. “Al principio, la gente iba a la cancha por morbo, para ver cómo una damita dirigía a los hombres. Hoy la respetan, aunque le gritan: ‘Vete a lavar los platos’”, describe Ruiz.


Este empresario tiene un antecedente: cuando en 2004 presidía al Celaya, incorporó al plantel a Maribel Domínguez, pero la FIFA prohibió que jugara con los hombres. Hoy, Domínguez está en el equipo femenino del Barcelona de España.