Diego Maradona falleció el miércoles 25 de noviembre de 2020 como consecuencia de una insuficiencia cardíaca aguda, que le generó un edema de pulmón, mientras se encontraba descansando en una vivienda del barrio San Andrés, en la localidad bonaerense de Dique Luján, del partido de Tigre. El exfutbolista se había instalado allí después de ser operado en la cabeza por un hematoma subdural, días después de su cumpleaños número 60.
El cuerpo del campeón del Mundial de México '86 dijo "basta" y se descompensó mientras dormía. Alrededor de las 11.30, cuando fueron a despertarlo, ya no reaccionó a los intentos de reanimación. En los últimos días que precedieron su muerte, sus familiares y allegados lo habían notado deprimido, ansioso y muy nervioso. Incluso se había reflotado la idea de trasladarlo a Cuba, donde años atrás se había internado para tratarse por su adicción a las drogas.
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¿Quiénes estaban junto a él en sus últimas horas?
Su sobrino Johnny Espósito, hijo de su hermana María Rosa, se hallaba en la vivienda de Tigre y lo vio con vida la noche anterior a su fallecimiento. En la casa también estaba "Monona", su asistente y cocinera, y a quien el ex entrenador de Gimnasia de La Plata trataba como a una "segunda madre" y decía que hacía los guisos más ricos del mundo. Ella le había dejado para comer sandwiches de miga que "quedaron intactos en la habitación". Además de la mujer, estaba su asistente personal Maximiliano Pomargo, su guardaespaldas y una enfermera.
A las 6.30, Ricardo, el enfermero que se encargaba de asistir a Maradona durante el turno noche contó que antes de ser relevado por una compañero, ingresó al cuarto y vio al Diez descansando. Respiraba normalmente. A partir de esta declaración, él habría sido la última persona en verlo con vida.
Diego Maradona no reaccionó a los intentos de reanimación
Una hora después, cuando se realizó el cambio de guardia, Gisela, la enfermera a cargo de Diego, dijo que lo escuchó moverse dentro de la habitación pero no ingresó para dejarlo descansar. Cerca de las 11.30 de la mañana llegaron a la vivienda la psiquiatra Agustina Cosachov y el psicólogo Carlos Díaz, quienes entraron al dormitorio y notaron que no reaccionaba. La enfermera, la psicóloga y un vecino residente del country San Andrés, cirujano de profesión, le hicieron maniobras de reanimación, pero Diego no volvía.
Después del mediodía, Leopoldo Luque, neurocirujano y médico de cabecera del astro del fútbol, llamó al servicio 911 para pedir una ambulancia. Pomargo, hizo lo propio y solicitó una a la empresa de medicina prepaga Swiss Medical. La ambulancia tardó 11 minutos en llegar a la casa donde vivía Diego Maradona.
El vecino del country que atestiguó su muerte contó en el podcast "Los Últimos Días de Maradona" que cuando ingresó en la casa automáticamente lo llevaron a la habitación, que estaba al lado de la cocina. “Estaba acostado, sobre el lado derecho de la cama, con la cabeza contra el ventanal. Parecía que estaba durmiendo”.
“Me acerco a tomarle los signos vitales, y al tocarlo tenía un sudor frío característico de una persona que estaba sin vida más de dos o tres horas. Intenté tomarle los signos vitales, escuchar con el estetoscopio, utilicé el tensiómetro... pero no se podía encontrar ningún signo vital", recordó. Finalmente, después de las 13.10, el médico de la ambulancia, tras hacer maniobras de RCP y no poder reanimarlo, constató la muerte de Maradona.
FP cp