Cuando José Pekerman asumió en 1994 al frente de las selecciones juveniles de Argentina no era el canditato del establishment ni del pueblo ni de los grandes medios. Pekerman no era candidato. Su carpeta, finalmente, fue la que sedujo a Grondona; al presidente de la AFA le gustó el proyecto.
Desde entonces, la impronta de su estilo se extendió más allá de 2001, cuando dejó de ser el entrenador. Su lugar lo ocupó Hugo Tocalli. Los dos juntos primero, y Tocalli solo después, condujeron a la Argentina a la obtención de cinco títulos de la sub 20: Qatar 1995, Malasia 1997, Argentina 2001, Holanda 2005 y Canadá 2007.
Sin embargo, Pekerman nunca se jactó de las vueltas olímpicas. Prefirió remarcar, sin demagogia, los premios Fair Play. El juego limpio era la sustancia de un proyecto que se consagró con trofeos que sólo tenían como antecedente el título en Japón 1979, bajo la suela de Maradona.
Además de las conquistas, quedaron los legados: equipos que brillaron y cuyos futbolistas (Juan Pablo Sorín, Juan Román Riquelme, Pablo Aimar, Javier Saviola, Esteban Cambiasso, entre otros) formaron parte, también, de la Selección Mayor.