La primera jornada de la Eurocopa 2008 nos ofreció diferentes niveles. Pero puedo destacar cuatro partidos: Holanda-Italia, Alemania-Polonia, Portugal-Turquía y España-Rusia. Todos ellos fueron realmente divertidos.
España brilló sólo medio tiempo contra los técnicos jugadores rusos, pero lo que Xavi, Iniesta, Torres y Villa, que marcó tres goles, mostraron sobre el césped hizo a su equipo, como ya esperaba, uno de los favoritos al título.
Una pena que el último partido decayera tan rápido. El choque entre la defensiva Grecia, defensora del título, y Suecia fue uno de los momentos más bajos. Al menos los suecos castigaron a los griegos por su cerrado fútbol. Gracias a Ibrahimovic. El hombre es y será un fuera de serie.
En el Grupo C, el llamado Grupo de la Muerte, había sólo dos posibilidades: empezar de manera cautelosa para no arriesgarse a una derrota o arrancar a todo gas para asegurarse enseguida tres puntos.
Los holandeses hicieron esto último de manera ejemplar al demoler al campeón del mundo, Italia. De acuerdo, los italianos tuvieron que sustituir al lesionado Cannavaro, pero los holandeses también tenían en Robben y Van Persie a dos jugadores rápidos lesionados.
El torneo traerá aún muchos puntos álgidos, pero el gol del 2-0 de los holandeses merece entrar en el libro de texto del fútbol moderno: el pase diagonal del lateral izquierdo Van Bronckhorst a la banda derecha, el toque de cabeza de Kuyt para el desmarque de Sneijder y el disparo del centrocampista al primer toque a gol. Así debe ser el fútbol. Rápido, al primer toque.
En Sneijder vimos cómo madura un jugador cuando juega durante un año en el Real Madrid.
Los franceses me decepcionaron ante los rumanos. Los dos equipos decidieron arriesgar poco, aunque en Rumania es comprensible. Pienso que contra Holanda, Ribery debería pasar de la izquierda a la derecha. Ahí le gusta más jugar.
En los Grupos A y B es una pena que los anfitriones, Suiza y Austria, perdieran por 1-0 contra República Checa y Croacia, respectivamente. Eso es malo para el ambiente.
Ambos equipos merecieron al menos un punto por su espíritu combativo. Los austriacos estuvieron preparándose durante cuatro semanas más que el resto, por lo que les quedarán fuerzas para enfrentarse a Polonia y Alemania.
El 2-0 contra Turquía fue un signo de que Portugal juega por el título. No se trata sólo de Cristiano Ronaldo. Quien tiene en el banquillo a un jugador como Nani debe sentirse afortunado.
En el Grupo B, el 2-0 de los alemanes es para tener en cuenta. Los polacos estaban bien colocados por su entrenador, el holandés Leo Beenhakker, pero no fueron capaces de contrarrestar el ritmo de los alemanes. Y a Podolski, que marcó dos goles, apenas lo reconozco cuando considero su irregular rendimiento en el Bayern.
(*) especial para DPA.