Es uno de los hombres apuntados por la Justicia por el apriete a Sergio Pezzotta en el entretiempo de River-Belgrano. Y, si se comprueba que fue quien le dio vía libre a los barrabravas millonarios para que amenazaran al árbitro, complicará seriamente al club de Nuñez, ya que esto probaría que hubo connivencia entre la dirigencia y los violentos. Pero Daniel Bravo es mucho más que un dirigente de fútbol: hijo de Alfredo, el fallecido referente del socialismo, el secretario riverplatense también cuenta con algunos agitados antecedentes políticos.