El ex jefe de la barrabrava de Boca Juniors, Rafael Di Zeo, salió hoy de prisión durante poco más de una hora para comparecer en el Juzgado N 25, donde el juez contravencional Ladislao Endre lo notificó de una pena menor que deberá purgar por trabar molinetes en un partido ante Vélez Sársfield del año pasado, en Liniers.
Di Zeo, quien cumple una condena de cuatro años y seis meses de prisión en el penal de Ezeiza por un ataque a hinchas de Chacarita en un amistoso jugado en la Bombonera en 1999, recibió 30 días de arresto en suspenso, y además deberá donar mil pesos a un comedor de La Boca y realizar trabajos no remunerativos durante cuatro horas en cuatro días distintos.
El ex jefe de la barrabrava de Boca llegó al Juzgado 25, en Tacuarí 138 de esta capital, a las 12.35 en un celular del Servicio Penitenciario Federal y permaneció allí durante quince minutos, lapso en el que el juez lo notificó de la condena.
Vestido con un equipo de gimnasia azul y más delgado que en los no tan viejos tiempos en que lideraba la hinchada de Boca, Di Zeo bajó esposado y custodiado por dos policías.
En el lugar lo esperaban su abogado, José Monteleone, y otro hombre de unos cuarenta años que rehusó dar precisiones sobre su presencia en el lugar.
"¿Usted es amigo de Di Zeo?", preguntó al misterioso acompañante un cronista de la agencia DyN, a lo que el hombre respondió: "Eso a vos no te interesa".
El actual jefe de la barrabrava de Boca, Mauro Martín, y otro ex cabecilla de ese grupo, Alejandro Falcigno, ya habían sido notificados el lunes de las condenas que recibieron por trabar molinetes en ese mismo partido en la cancha de Vélez.
Martín y Falcigno no podrán ir a las canchas durante cuatro meses y además fueron sancionados con veinte días de prisión en suspenso. Según informaron fuentes judiciales, las condenas a Di Zeo, Martín y Falcigno todavía no entraron en vigencia porque "la sentencia no está firme".
"Ya fueron notificadas todas las partes, es decir el fiscal, la defensa y los imputados. En este caso hay un acuerdo de partes, pero la sentencia es apelable cuando hay un perjuicio para las partes, y hasta que no se agote el plazo para que quede firme, la condena no entra en vigencia", explicaron desde el juzgado. La misma fuente estimó que, de no haber una apelación de alguna de las partes, ello ocurrirá "en unos diez días".
Fuente: DyN.