DEPORTES
poco serio

La era de la ridiculez

La crisis en la AFA y las desprolijidades en la seleccion dejaron un escenario grotesco. Hasta Caruso Lombardi gana las encuestas para suceder a Martino.

En lugar del tata. Tras la renuncia de Martino se barajaron muchos candidatos: Cholo Simeone, Mauricio Pochettino, Marcelo Gallardo y Jorge Sampaoli. En las encuestas, el elegido de los hinchas es Ric
| Cedoc Perfil

Si hace un par de semanas la revista Barcelona publicaba “ahora dicen que la gente elige a Caruso Lombardi para que asuma como técnico de la Selección”, no hubiera habido dudas de que se trataba de una gran joda barcelonesca. Un absurdo. Un chiste. Una situación ridícula. Lo lindo de todo esto es que Barcelona nunca publicó nada parecido. Pero los hinchas de fútbol eligieron a Caruso para que reemplazara a Gerardo Martino. De eso se trata: un absurdo, un chiste, una situación ridícula.
Desde que el Tata renunció como técnico de la Selección, en las páginas de internet empezaron a subir encuestas para que la gente eligiera un sucesor. El sentido común puede llevar a debatir entre entrenadores con un estilo u otro, con más o menos títulos, con más o menos experiencia. No fue el caso. Esta vez la mayoría se inclinó por el candidato menos pensado. ¿Cómo es posible entonces que Caruso tenga más votos que el Cholo Simeone, que Sampaoli, que Ramón Díaz o el Muñeco Gallardo? ¿Qué fue lo que ocurrió? Ocurrió la AFA.

Caos. Lo que cuenta es el contexto. La Asociación del Fútbol Argentino es tierra de nadie. Está al borde de la quiebra, acéfala y virtualmente intervenida. La jueza Servini de Cubría investiga la cuentas del programa Fútbol para Todos, la FIFA envió a un directivo para que designe una comisión normalizadora, el inicio del torneo tiene fecha incierta, las elecciones también. Para peor, Messi no ayuda: yerra penales. Martino, menos: renuncia. En medio de semejante caos ninguna propuesta podría ser seria. Caruso, entonces, es el resultado de ese caos.
Todo comenzó en las redes sociales después de la renuncia de Martino. Los chistes, los comentarios y los montajes empezaron a circular con una exigencia: Ricardo Caruso Lombardi a la Selección. En un contexto institucional ridículo, la propuesta mantuvo ese tono. El absurdo en medio del absurdo. La gira mediática (otra más) del propio Caruso hizo el resto. Entonces aparecieron las encuestas, los candidatos y el ganador impensado. El delirio llegó también a Facebook: de los grupos que se armaron para lanzarlo como DT de la Selección, uno convoca a una marcha al Obelisco para hoy a las 13.30 con el objetivo de sostener la candidatura. Más de 10 mil personas prometieron asistir.
Rápido de reflejos, el propio Caruso se puso en campaña. TN, TyC Sports, América, cada canal tuvo su exclusiva con el candidato de la gente. En un exceso de confianza, el técnico se animó a armar “su” Selección: “La defensa ya está, dejo la misma. El arquero también. En el medio Mascherano junto con Román Martínez o Guido Pizarro, cualquiera de los dos. Enzo Pérez por derecha y Di María o Gaitán por izquierda. Y arriba pongo a Marco Ruben con Messi. ¿No puede jugar ese equipo?”.
Las cuentas de la AFA, se sabe, están en rojo. Al renunciado Martino le deben siete meses de sueldo, por ejemplo. Durante la Copa América el plantel padeció dificultades organizativas. Pero a Caruso no lo detiene nada. Dijo, como un candidato en campaña: “Si no hay plata, voy gratis. Por la gloria. Ahí voy a demostrar si sirvo o no”.

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Tiempo de descuento. En apenas unos días la Selección argentina atrasó cuarenta años. Después de la final de la Copa América, el equipo se impregnó de las desprolijidades de la AFA. Se quedó sin su estrella y sin su entrenador, nada menos. Nada de lo que ocurra ahora sobre los escombros de la calle Viamonte es casualidad. El entrenador que se haga cargo del plantel después de los Juegos Olímpicos, en principio, deberá convencer a Messi para que vuelva. Y tendrá que lidiar con la insensatez cotidiana en una institución a la deriva.
Caruso Lombardi, se sabe, es el bombero del fútbol. El tipo al que convocan en situaciones límite. Salvó del descenso a San Lorenzo, Quilmes, Newell’s, Sarmiento y dos veces a Quilmes, y evitó que Racing jugara la Promoción. Es un especialista en sacar las papas del fuego. Logró revertir el destino de equipos con dificultades con el promedio. La gran diferencia es que ahora la Selección ya está en la B.