Gonzalo “Patón” Basile, boxeador y miembro del gremio de camioneros, peleó el viernes pasado para retener sus dos títulos de campeón Latino del Consejo Mundial de Boxeo y el de la Asosiación de Boxeo del Mundo Hispano, en el Parque Municipal de Lomas de Zamora.
El Patón Basile ostenta tener amigos famosos, entre ellos el juez Norberto Oyarbide. Durante su precalentamiento en el vestuario escucha cumbia y recibe a chicos, hombres, mujeres y abuelos que vienen a saludarlo y sacarle fotos.
Varios cronistas de diversos programas de televisión se acercan para entrevistarlo. Por el vestuario circula mucha gente con camperas verdes en las que se lee: "Sindicato de Camioneros". Entre tanto verde, uno se diferencia con una campera roja que dice "Korea" en la espalda. Es Pablo Moyano, el secretario general del Gremio de Camioneros.
Con mala cara, Moyano le indica a Perfil.com que no quiere ser entrevistado y los asistentes confirman su negativa. "Ya dijo que no, no molestes. Andá para allá, hacele preguntas al Patón". Del momento de la visita quedan las fotos, aunque los cercanos de Pablo Moyano insisten en no que no se lo moleste. "Perfil, no saques tantas fotos", aconsejan los muchachos. Cuando el sindicalista y su séquito abandonan el vestuario para acomodarse cerca del ring, Basile queda sólo con sus preparadores físicos y su entrenador.
Antes de cada pelea, el "Patón" reza dos rosarios, uno que le regaló su hija y otro que le dio su entrenador. Aunque sus padres son radicales, dedica su vida a militar en el peronismo, el gremio de los camioneros y la CGT. “El sindicalismo y el peronismo van de la mano”, afirma el boxeador.
Cuando llega el momento de subir al ring, se apagan todas las luces del gimnasio y comienza a sonar una canción dedicada al "Patón". "Activando, representado. Es el Patón, quien viene llegando", suena en los parlantes. Basile sube al ring y todos lo aplauden. Saluda a su contrincante y se va a su esquina a prepararse para la pelea.
Basile tiene cuatro hijos de una pareja anterior y hace 5 años que está de novio con Yanina García, quien también es boxeadora.
Durante la pelea, ella le grita desesperada que levante las manos, para defenderse de los golpes en la cara, y que no se haga el "vivo". Al patón le gusta jugar un poco y le pegan varios derechazos por confiarse. Pero, al final, triunfa por fallo unánime del jurado.
(*) de la redacción de Perfil.com