Está escrito. En la vida de los grandes campeones mundiales, de los más grandes, hay defensas que hacen historia y otras que hacen números. Les pasó a todos: a Muhammad Alí, a Carlos Monzón, Ray Leonard y, por qué no, también a Sergio Gabriel Martínez, uno de los hombres más talentosos del boxeo de hoy.
Para él, la noche del domingo 2 de octubre de 2011 no quedará en la historia. Nadie hablará de ella como sí lo hicieron de la paliza que le dio a Kelly Pavlik, o sus victorias contundentes ante Paul Williams y Serhy Dzinzuruk, o la pelea que se vendrá en 2012 ante Manny Pacquiao… Pero este triunfo por nocaut en el undécimo round, ante el inglés Darren Barker marcará sólo una página más en su record. Lo alejará otro paso también de cualquiera que pretenda quitarle su lugar en la historia y lo definirá, al fin, como un campeón diferente, distinguido. Tan distinguido como su boxeo…